ENTRE
AMANTES
María Luisa Arnaiz Sánchez
Jarrón al sol, Matisse,
1898
De 1492 “La cárcel
de amor”, novela de Diego de San Pedro; de 1499 “La Celestina ”, drama de
Fernando de Rojas. Solo examinaré el código castrante del “amor cortés” que
domina la conducta de Leriano y Laureola frente a las relaciones sexuales que Melibea y Calisto mantuvieron. En el amor cortés la insatisfacción del amante
era norma: el deseo de cuantos aspiraban a los favores femeninos crecía en
proporción directa a las exigencias de la pretendida. Así lo confirma Leriano
cuando Laureola habla del honor para frenarlo: “las dos dueñas que me dan…corona de martirio, se llaman…Ansia y…Pasión”.
Por el contrario, Melibea es práctica pues, sin reprimirse, dice a Calisto: “igual galardón te daré yo si perseveras”.
Flowers in a Pitcher, Matisse, 1906
En cuanto al
secreto con que debía conducirse el amante, Leriano silenció los favores
recibidos de Laureola, pero transgredió la norma desencadenando el conflicto de
la novela y así, cuando todo estaba perdido, disolvió las cartas
comprometedoras de ella en agua y se las bebió. Calisto, sin embargo,
escribe Enrique Tierno Galván, “sugiere algo
extraño…es el anti-Don Juan. Un mes, ¡un mes nada menos!, llevaba de su ilícito
trato con Melibea, y aún no lo sabía nadie…sus encuentros…no pasan…de ser el
testimonio de un enamoramiento vulgar”. Ciertamente. La obra es una parodia
del amor cortés y para un español es impensable tener una aventura sin darle
publicidad.
Ramo de flores en la
galería, Matisse, 1912-13
San Pedro es
medieval: introduce la divulgación del secreto de los amantes en el momento justo
para que Laureola no se conduzca como Melibea. Pero de Rojas muestra, a mi
juicio, que se acomoda a su tiempo y, dado que la Iglesia católica prohibía
-y prohíbe- el placer incluso en el matrimonio, deja que los amantes se den
gusto fuera de él. Curiosamente la novela fue prohibida por la Inquisición y la obra
teatral no.
Amapolas, Matisse,
1919
No conozco la obra "La cárcel de amor", pero ya sólo el título da que pensar... Interesante comparación, querida amiga. En cuanto a la iglesia católica, realmente cansa. Un abrazo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el análisis comparativo de ambas obras. Por aquellos años, el amor cortés daba sus últimos coletazos y se imponía el amor carnal, el que no es escandaliza del deseo. Pero ahí estaba la Iglesia, siempre tozuda y muy preocupada por los asuntos de las entrepiernas de los fieles, no tanto por sus espíritus, y ya se sabe que el cerebro es el órgano sexual más potente.
ResponderEliminarUn placer, querida Marisa.
La santa Iglesia causó tantos desajustes, en la conducta normal del hombre, que mejor mido mi comentario.
ResponderEliminarMuy interesante tu blog, y los cuadros de Matisse muy de mi agrado.
Un abrazo.
Bueno, Isabel, "La cárcel de amor" es para nota y la hipocresía de quienes quieren dominar las conciencias es un abuso, así que tu apreciación es justa.
ResponderEliminarUn beso.
¡Qué razón tienes, Isabel, respecto del "coco"! De ahí el control que sigue ejerciendo la Católica en todo lo que signifique represión.
ResponderEliminar¿Cuándo saldrá con la pancarta rechazando los "recortes" del Gobierno y apoyando a los desfavorecidos?
Besos.
Hola, Taty, no practicamos la censura en este blog, de modo que puedes opinar lo que gustes.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y un cariñoso abrazo.