SUBSISTENCIA Y DESAMPARO
Antonio
Campillo Ruiz
“Sus condiciones de
vida no son nuestra responsabilidad.
Los asuntos de pobreza
no son nuestra responsabilidad.”
JOHN MAKOMBO , UGANDA WILDLIFE AUTHORITY
Los pueblos
“pigmeos” de África central son tradicionalmente cazadores-recolectores que
viven en la selva tropical a lo ancho de la región. El término “pigmeo” ha
adquirido una connotación negativa. Sin embargo, algunos grupos indígenas lo
han reclamado como término de identidad. A pesar de ello, ante todo, estas
comunidades se identifican a sí mismas como “pueblos del la selva”, debido a la
importancia fundamental de la selva para su cultura, sus medios de subsistencia
y su historia. Cada pueblo es distinto, como los twa, aka, baka y mbuti, que
viven en toda África central, incluyendo la República Centroafricana, la
República Democrática del Congo (DRC), Ruanda, Uganda y Camerún.
Los distintos grupos tienen lenguas y tradiciones de caza diferentes. Aunque cada comunidad se enfrenta a amenazas y retos diferentes, para muchos de ellos los principales problemas son el racismo, la tala y la conservación medioambiental. Todos éstos generan serios problemas de salud y abusos violentos. Cálculos recientes estiman que la población de los pueblos “pigmeos” alcanza aproximadamente el medio millón de personas.
Los distintos grupos tienen lenguas y tradiciones de caza diferentes. Aunque cada comunidad se enfrenta a amenazas y retos diferentes, para muchos de ellos los principales problemas son el racismo, la tala y la conservación medioambiental. Todos éstos generan serios problemas de salud y abusos violentos. Cálculos recientes estiman que la población de los pueblos “pigmeos” alcanza aproximadamente el medio millón de personas.
La vida en la selva Jengi, el espíritu del bosque, es una de
las pocas palabras comunes a las distintas lenguas que hablan los pueblos de la
selva. Las técnicas de caza entre los pueblos de la selva varían e incluyen
arco y flecha, redes y lanzas.
Sin embargo, muchas
comunidades han sido desplazadas por proyectos de conservación medioambiental y
la selva que les queda han sido degradada por la tala extensiva, el incremento
del número de agricultores y actividades comerciales como el tráfico intensivo
de carne de la caza de animales salvajes. En Ruanda, por ejemplo, muchos twa
desplazados de sus tierras se ganan la vida haciendo piezas de cerámica y
vendiéndolas. Ahora, este medio de subsistencia está amenazado por la pérdida
de acceso a la arcilla a causa de la privatización de la tierra y la creciente
disponibilidad de productos de plástico. Las únicas opciones que les quedan a
muchos de los pueblos de la selva desplazados es mendigar o trabajar por una
miseria.
Sin reconocer a
escala nacional sus derechos territoriales a la selva de la que dependen, los
foráneos o el Estado pueden apropiarse de sus tierras sin barreras legales y
sin proporcionar compensación alguna. Los pueblos que viven en la tierra de la
que han cuidado desde hace siglos gozan de mejor salud y nutrición que sus
vecinos que han sido desplazados de sus territorios en la selva. El conflicto
en la República Democrática del Congo (RDC) ha sido especialmente brutal para
los pueblos “pigmeos” del país. Han sufrido matanzas y violaciones, y
supuestamente han sido víctimas de canibalismo por parte de los combatientes
armados. En 2003, representantes bambuti presentaron una petición a la ONU para
proteger su pueblo de los horrendos abusos a manos de las milicias armadas en
el Congo, incluyendo incidentes extremadamente frecuentes de violaciones de
mujeres por parte de los hombres armados. Una de las consecuencias ha sido un
drástico incremento de la tasa de VIH/SIDA.
Sinafasi Makelo, portavoz de los Mbuji explica: “A lo largo de nuestras vidas hemos visto
crueldad, masacres, genocidio, pero nunca hemos visto que se cace y se coma a
seres humanos como si fueran animales, como ha ocurrido recientemente.”
Durante el
genocidio de Ruanda en 1994 los batwa también sufrieron muy desproporcionadamente:
algunos estudios estiman que un 30% de los batwa fueron asesinados – más del
doble de la media nacional. Allí donde las comunidades pigmeas siguen teniendo
acceso a los recursos abundantes de la selva de los que han dependido
tradicionalmente, su nivel de nutrición es bueno. Cuando se ven desplazados de
la selva, a menudo sin compensación o alternativas para ganarse la vida, su
salud se deteriora rápidamente. Un estudio informa que un 80% de los baka
sedentarios en Camerún tienen frambesía (una infección dolorosa de la piel). Otros
estudios han demostrado que las comunidades pigmeas que viven en la selva
tienen tasas más bajas de muchas enfermedades como malaria, reumatismo,
infecciones respiratorias y hepatitis C en comparación con poblaciones sedentarias
bantu que viven cerca.Además, las comunidades ya no tienen acceso a los
productos medicinales de la selva de los que dependían, y corren el riesgo de
perder su rico conocimiento tradicional de la medicina natural. La mayoría de
las comunidades no tienen acceso a asistencia sanitaria debido a la falta de
disponibilidad y fondos y al maltrato humillante. Los programas de vacunación
pueden tardar mucho en llegar a los pueblos de la selva y existen informes de
personas pigmeas que han sido discriminadas por el personal médico.
Una de las causas
principales de los problemas a los que se enfrentan los pueblos de la selva es
el racismo. Muchas veces las comunidades vecinas, empresas y organizaciones
internacionales que valoran el liderazgo fuerte (y masculino) no respetan sus
estructuras sociales igualitarias. Antes, otras sociedades valoraban y
respetaban la conexión profunda de estos pueblos indígenas con su selva, pero
ahora se burlan de ella. Muchas comunidades agricultoras y ganaderas en la
región consideran a los pueblos de la selva, que no tienen ni tierra ni ganado,
“atrasados”, “empobrecidos” o “inferiores” y muchas veces los tratan como
“intocables”.
Fotografías: © Kate Eshelby/Survival
Fotografías: © Kate Eshelby/Survival
Es importante visionar el documental a plena pantalla
Me siento impotente ante tanta desgracia que no está en mi mano solucionar.
ResponderEliminarPero dicen que se está tratando de buscar el mecanismo para evitar que los pueblos mueran de hambre. Tanto dolor y cuanta maldad alguna vez, alguna ocasión habrán de solucionarse. Tengo esperanza con esta crisis de que el mundo va a abrir los ojos y no va a permitir la distancia que separa a los muy muy pobres de los tan deshonestamente ricos.
Algo bueno habrá de salir de todo esto.
Tecla, lo que dices tendríamos que asimilarlo todos y empujar un poco para que se llegase a un instante en el que, al menos, no se despojase de sus tierras ancestrales a pueblos que pueden ser asimilados, lentamente, en la sociedad moderna. Es un hecho, como dices, que la hecatombe del sistema caduco pueda traer una sociedad más justa. Tu pensamiento es tan loable como rico en humanismo.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Tecla.
Les ha tocado -sin ninguna responsabilidad por su parte- bailar con la mas fea, sobre todo porque el baile se ha llenado de gente a los que les estorban. Un abrazo, antonio.
ResponderEliminarCierto, Mariano, muy cierto. Tienen la desgracia de poseer recursos naturales de gran valor que encienden la siempre ansiosa ambición de quienes dictan sus propias leyes y compran armas para aniquilarles. Toda una vida de evolución para que un dictador o falsa democracia, extendidas más de lo pensamos, cometa un genocidio “justificado”.
EliminarUn abrazo, Mariano.
Todo este asunto me deja tocado. Millones de personas que pasan hambre a diario. Se reunen los mandarines en una conferencia sobre el hambre y comen diez platos, postre y bebidas.Para avergonzarnos,vaya.
ResponderEliminarUn abrazo.
Thornton, posees toda la clarividencia comparativa que no queremos ver los demás. Cierto, es bastante repugnante que existan miles de mandarines a los que su barriga y bienestar pasa por encima de armas genocidas.
EliminarManri, sabes que os quiero a todos.
Y siempre se les ve felices, con esa aparente carencia de todo. Nos hace reflexionar
ResponderEliminar¡Pero mucho, Marcos! ¿Qué será la felicidad para ellos? Creo que debe ser tan elemental como para nosotros, quizás más sencilla. ¡Y viven! Creo que su día a día es tan importante y está en conjunción tan fuerte con la Naturaleza que sólo con dejarles en paz llegarían a alcanzarnos evolutivamente. ¿Por qué no lo harán?
EliminarUn abrazo, amigo Marcos.
Con la sinceridad en la mano
y una sonrisa en los labios,
te deseo un esplendido
fin de semana!!
Cumpliendo sueños
y restableciendo ilusiones...
Un abrazo de esperanza
Y un beso de confianza.
Atte.
María Del Carmen
Querida Gatita Coquetuela, eres tan dulce para con todos que los pigmeos te agradecen esa esperanza que destilan tus versos. Cumplir sueños y restablecer ilusiones es una virtud que posees y, al deseármela, te lo agradezco con todo mi corazón.
EliminarUn fuerte abrazo, querida María Del Carmen.
Asombra pensar que en estos tiempos de tecnologías y naves espaciales, de conflictos nucleares y smartphones, todavía puedan vivir en su estado natural poblaciones aisladas del mundo. Imagino que su aislamiento no será tal y sean frecuentes sus contactos, a menudo traumáticos, con el resto del ser humano. Esperemos que puedan sobrevivir.
ResponderEliminarUn saludo
Sí, Carmen, en el siglo XXI, el hipertecnológico, los contactos con tribus que desconocen casi todo lo moderno debe realizarse con mucho cuidado. Los choques de civilizaciones desconciertan y asombran. Nos sucede a nosotros cuando cambiamos de continente o país, ¿cómo no le va a ocurrir a estas personas? Cuando ven un avión o helicóptero, medios para llegar a ellos, lo que pueden sentir debe llegar a ser tan asombroso que les desorientará. La relación directa, excepto en guerras y desórdenes, está prohibida en muchos lugares por las autoridades. Por fin apreciaron el peligro potencial para las tribus. Espero, como tú, que poco a poco se generalice el respeto por ellos.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
Qué vida....
ResponderEliminary pensar que son tantísimos los pueblos que viven de esa manera. Desde nuestra cultura es muy doloroso ver estas situaciones, por lo menos a mí me duele tomar conciencia de ello y no poder hacer nada.
Buen artículo.
Abrazos y buen fin de semana.
Muy cierto, Genessis. Por el contrario no necesitan prozac ni valium. Sus mentes están serenas y sanas. Su modo de vida, con normas y leyes naturales, puede llegar a se envidiable. Sin embargo, también es cierto que sin adelantos técnicos el trabajo es más duro. Nuestra obligación, como “más civilizados”, es ayudarles a mejorar su nivel de vida sin intervenir en su cultura.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Genessis.
Destinos tan duros y tan insuficientes las alternativas de solución. Casi todas tan alejadas de lo que realmente necesitan, pues en la mayoría atropellan idiosincrasias y se trata de imponer. ¿Cómo le hacemos, mi buen amigo, para recuperar la esperanza?
ResponderEliminarPor lo pronto recibe un fuerte abrazo!! y que pasen muy buen domingo.
Así es, Sara, se trata de imponer y no de ayudar. La diferencia es tan grande que nos debe dar vergüenza la producción de estas imposiciones. Y si sólo fuese esto sería nimio. No solo no se les ayuda sino que se les roba, y se les mata sin ningún motivo excepto el de la avaricia de los poderosos. Creo que la única forma de recuperar esa esperanza de la que hablas, Sara, es incrementando el conocimiento de estos pueblos e insistiendo en su desproporcionada debilidad ante la llamada civilización.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Sara.
Assombroso, mestre, assombroso!!!! Ufffff... que dizer??!!!
ResponderEliminarBeijos.
Muy cierto, Teca. ¿Qué decir? ¿Qué hacer? Pues sólo creo que sea adecuado, desde nuestra poca fuerza, la concienciación a través de la información. Si desconocemos que existe una tribu primitiva en A y se arrasa el lugar, en general hablamos de la Naturaleza pero no de quienes no sabíamos de su existencia. Si conocemos que en A existe una población de humanos, primitivos o semicolonizados, será mucho más difícil que se destruya A. Millones de personas levantarán su voz y esa es su protección. Conocer lo que sucede creo que les protege.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Teca.