Te quiero a las diez de la mañana...
Antonio Campillo Ruiz
Andrius Kovelinas
Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?
Jaime Sabines
PUBLICACIÓN PROGRAMADA.
La verdad es que no estoy muy segura de querer ser amada así.
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarEl verdadero luchador
no es el que pelea
con sus puños
por un trofeo,
sino el que lucha
con el corazón
por alcanzar sus sueños…
Yo lucho cada amanecer por ese sueño
que se ha quedado detenido en el firmamento…
…y tú me imagino que también.
¡Un abrazo y un feliz y armonioso comienzo de semana Antonio!
Atte.
María Del Carmen
Un amor así es inolvidable.
ResponderEliminarBicos, querido amigo.
No hay presencias sin ausencias, querido Antonio, se pertenecen, como dos amantes.
ResponderEliminarMe encanta Sabines, bueno... lo que escribió, su descendencia no. Un nieto de él, político muy corrupto que hizo mucho daño a Chiapas.
ResponderEliminarBesos.
Creo que el amor en sí conlleva ese sabor dulce y agrio a la vez. Creo que es parte de la misma vida. Aunque siempre ha de ser azucarado.
ResponderEliminarQué complicado es el amor,,, pero ¡¡es tan bello!!.
ResponderEliminarUn beso grande.
Amar así debe ser tremendamente difícil y hasta complicado pero el fondo es de muchos quilates. Feliz semana ML:
ResponderEliminarAy esos amores asi de esos tan bellos, y que hacen soñar a los demás...
ResponderEliminarSuspiros, se me escapan suspiros al leer este relato, de sentir cien por cien y de sufrir idem, pero ante todo si se quiere lo primero es aspirar a este tipo de amor, quizás otro más liviano pero tambien menos doloroso, la pregunta es: entonces¿ eso es vivir? o por el contrario ¿hay que ponerle pasión a todo?
ResponderEliminarUn Abrazo
Que texto tan atinado, Antonio define las relaciones a la perfección o por lo menos a mi me ocurre todos los días, entre querer y no querer anda el juego.
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