Fin
de baile
Antonio Campillo Ruiz
Kenny Washington
Acaban de bajar las
luces del salón de baile. La banda comienza a tocar la última canción: una
balada. Siempre odié la música lenta, pero ésta significa “te
quiero”, y hay poco más que decir.
Nunca unos ojos me habían mirado así. Nunca había sentido mi
cuerpo vibrar a cada nota, ni mis ojos mirar más fijos a algo.
Estas notas que envenenan el aire me han henchido el pecho,
hiriendo mi alma de muerte. Me noto temblar cuando nuestras manos se unen, y
sus enormes ojos azules se clavan como preciosas aristas de poliedros de amor
en mi mente, en mi corazón, en mi recuerdo.
Mientras,
suavemente, el cantante me demuestra que todo lo que ocurre es real, y por
ello, estrecho mi lazo, atenazando mis brazos a su espalda, acercando su pecho
al mío. Noto su respirar entrecortado en mi entrecortado respirar, y entre
medias nuestros pechos, golpeados por nuestro revolucionado corazón. Sólo
quiero que el pianista lea mi mente, y toque para siempre esta melodía,
mientras hago de mis labios una extensión de sus labios. Cierro los ojos para
soñar que este momento es una poesía en nuestros oídos o el sabor del azúcar
glasé del dulce más lindo del mundo.
Cuando abro los
ojos veo los suyos mirándome, pero tienen veinte años más. No existe el salón
de baile, sólo queda en nuestro recuerdo. Y la canción suena en nuestras
cabezas, recordándonos cada día cuánto nos queremos, y que lo que una vez fue
sueño permanece siendo realidad.
Miguel Ángel Hurtado
PUBLICACIÓN PROGRAMADA.
Es una curiosidad, pero casi todas las parejas, al menos muchas que conozco, y de muy diferentes edades, tenemos "nuestra canción". Esa que hiere nuestra alma de dulce muerte.
ResponderEliminar¡Ay, ay!...Me emociona este emotivo relato.Está tan bien escrito que he sentido esa música desconocida con añoranza. Qué bonito que los sueños "sigan siendo realidad", con lo frágiles que son a la erosión del tiempo.Pero hay músicas, poemas, sucesos, que aun cuando el sueño se haya desvanecido,nos traen recuerdos de momentos felices.
ResponderEliminarUn abrazo.
No había leído nada de este autor, pero creo que buscaré más relatos suyos. Éste es precioso, enternecedor, esperanzador y tremendamente emotivo.
ResponderEliminarEl éxito de una relación es, precisamente, saber conservar "la primera canción" siempre como si se escuchase por primera vez.
Un abrazo, querido Antonio, y feliz fin de semana.
Es maravilloso recordar aquella cancion... despues de tanto tiempo. un fuerte abrazo querido amigo. siento la tardanza
ResponderEliminarSe te echa de menos.
ResponderEliminarBesos
Que seria de nosotros sin el poder de soñar?, del recuerdo? la vida es una sucesión de recuerdos, no existe el ahora, solo tenemos concepción del momento, del ahora, precisamente cuando ya ha pasado, no? somos contradictorios? hay explicaciones para cosas difíciles de entender, pero quizás las mas sencillas o que nos creemos son sencillas, tampoco las sabemos descifrar, la vida es un eterno secreto y quizás el mas tonto de los humanos es el mas preparado para sacarnos de dudas; Sancho o Quijote?
ResponderEliminarUn abrazo
No quisiera olvidar la canción, precioso texto con la clave para conservar lo más delicado de nuestras vidas... un abrazo Antonio!
ResponderEliminarUn relato lleno de ternura. Los recuerdos hermosos siempre quedan en el corazón.
ResponderEliminarUn beso, querido amigo.
Antonio: has publicado un PRECIOSO cuento breve que no había leído.
ResponderEliminar-Llego al blog para agradecerte que me hayas acompañado durante el año,es significativa para mí esta comunicación virtual.
Mejores tiempos y un abrazo.
El amor es melodía polifónica y cambiante, pero melodía, al fin y al cabo. Pasa el tiempo, los días, las horas, y siempre queda la música, la melodía, en la realidad, en el recuerdo....
ResponderEliminarIgual de bella, igual de hermosa.
Música adorable la que acabo de leer
Un abrazo
La música querido Antonio es milagrosa. Te acompaña, te cura el alma, y te hace viajar sin moverte de tu sitio. Un regalo maravilloso, no cabe duda. Un abrazo.
ResponderEliminarSutilmente trasladado a la escena por el relato, amigo Antonio. Lees pero las imágenes se producen a la misma velocidad que leo tu "cuento". Feliz noche y, ya, feliz semana.
ResponderEliminarAh, por cierto, antes de que te enfades, te diré que voy "robándote" todas vuestras imágenes y las voy colgando en Pinterest: http://www.pinterest.com/etarrago/arte/ - Se las muestro a alumnos, arte-creyentes y nietos.
ResponderEliminarEso fue precioso.
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