POR LA SOLEDAD
Antonio
Campillo Ruiz
Andrius Kovelinas
Un flash cegador,
una suavidad infinita, un sabor dulce, fueron algunas de las sensaciones que
experimentó cuando aquel hombre comió con delicadeza su labio inferior. Súbitamente
reaccionó y separó su cara dejando en su boca el sabor a miel, que se convirtió
en hiel al ser consciente de su
momentánea debilidad. Todo había empezado por la soledad y los vanos consejos
de una de las amigas que, con asiduidad, se reunían en animadas tertulias tratando
de paliar la languidez de sus vidas y la monotonía de sus trabajos. Puchi expuso,
una de esas largas tardes, el gran descubrimiento que había realizado para
tener amigos. Ella, siempre recriminada por dar la nota con su incredulidad, dudó
en voz alta de la posibilidad de ir encontrando amigos como el que recoge
aceitunas tras hacer vibrar al olivo. Su amiga Puchi, en esta ocasión no se
enfadó y siguió con su discurso.
Les descubrió su secreto explicándoles cómo, a
través de su dirección en una red social, había conocido a varias personas y
que, de entre ellas, dos tenían su residencia en la ciudad. De cómo se habían
conocido y de lo bien que se lo pasaba cuando hablaban o realizaban cualquier
otra actividad. Unas risitas fueron la respuesta de todas las amigas, excepto
de ella. Todas dijeron que eso era ya antediluviano y se reían cada vez más
alegres. Ella, que ni siquiera sabía cómo manejar estas cosas raras,
exceptuando la informática que debía aplicar en su trabajo, rió disimuladamente
pero se sorprendió. Desde ese día, con el método más viejo para aprender a
utilizar muy mal la informática, prueba-ensayo-error, inició una indagación
y puesta al día de estos recursos. Para cuando se volvieron a encontrar, se consideraba
una experta en cuanto a captación de amigos se trataba, su selección a través
de sus publicaciones y todas sus pequeñas necesidades. Ese día
fue Dori la que desconcertó a todas. Contó quedamente cómo había establecido
una cita con un hombre y disfrutaron el uno del otro. Ella, además del
impacto emotivo que le produjo tal hecho, nunca lo creyó. Le parecía inusitado.
Sin embargo, por la soledad en la que se encontraba durante las largas horas de
aquel invierno oscuro y frío, continuó leyendo a los amigos con interés.
Se le
había abierto un mundo inesperado y tan atractivo como vedado. De entre todas
las páginas que leía, encontró una que era muy sugerente y delicada en sus
publicaciones. Escribió en ella varias opiniones y comentarios hasta que un día
recibió, sin explicarse cómo, un escrito personalizado. Inició una
correspondencia a ciegas hasta que en otra ocasión, al cabo de unas semanas, le
solicitaron conocerse personalmente. Asombrada, estuvo con los nervios a flor
de piel días y días, sin responder. Inopinadamente, tras este pequeño martirio,
se tranquilizó cuando escribió dando su consentimiento para la cita. Ante ella
se presentó un hombre, prácticamente de su misma edad, que, tras saludarla
efusivamente, le hablo de qué buscaba y qué quería; qué ofertaba y qué poseía; qué
harían y cuándo lo llevarían a cabo. En no más de cinco minutos, sin acabar de
tomar el café que había solicitado, su mente comenzó a girar y a preguntarse
obsesivamente: “¿Qué hago yo aquí?” La respuesta, salió involuntariamente de
sus cuerdas vocales dejando mudo y pasmado a aquel hombre: “¡Estoy aquí por la
soledad!”. Todo sucedió muy deprisa. Se levantó, empezó a despedirse
prestamente, el hombre, medio inclinado por no haber tenido tiempo para elevar
todo su cuerpo tenía la cara blanca…
Cuando llegó a casa, lloró. Lloró por
sentirse mujer a la que se le leía la cartilla nada más conocerla, por su
genio, por su incredulidad, por sus amigas que la creían feliz, por la soledad.
Pasó tiempo, mucho tiempo, hasta que un huracán vestido, un soplo continuo de
palabras desenfadadas, alegres y, parecía que sinceras, unas anécdotas
mezcladas con la sal y la pimienta dicharachera y segura de una buena y fresca
ensalada, otro hombre, conocido hacía dos horas por casualidad y sin ningún
tipo de contacto previo, le supo a miel y a yerba recién cortada. Entendió que
quizás, sólo quizás, su amiga Puchi y. probablemente, Dori, podían haber vivido
esta experiencia arrolladora y atropellada. Sus dudas nunca estaban lejos de su
mente pero se preguntaba, al comparar a gran velocidad la diferencia con su pésima
experiencia anterior, ¿cómo era posible?, ¿cómo con su severo pensamiento y su
vida atareada, podía haber explotado en su interior una bombilla de luz que la
iluminaba tan serena e intranquilamente? Se encontraba asimilando este cúmulo
de dudas cuando su embelesamiento se vio preso por aquellos labios que
absorbían los suyos en otro beso furtivo y tierno. Un erizón severo en su
cuerpo la sorprendió, ¿cuánto tiempo hacía que no sentía estas sensaciones?
Tanto como había tardado en percibir aquel bullicio silencioso, aquel entramado
de solicitudes, aquel empuje irrefrenable. Por la soledad se encontraba en
aquella situación y por la soledad seguiría sintiendo la fascinación del placer
hasta que huyeran de ella las quimeras que le habían impedido soñar hasta el momento
de saborear el entusiasmo, de percibir el bienestar, de deleitarse con el
placer y de alimentarse de paz por un instante, sólo por un instante.
Antonio Campillo Ruiz
Elena Nelson Reed
¡Qué bello Antonio! Un placer leer tus post. Un abrazo grande.
ResponderEliminarQuerida Lou, muchas gracias por atreverte a leer esta serie de preposiciones. Me sonrojas pero me gusta, me gusta leerte en todos los artículos, poemas y novelas de tus blog. Poseen la imaginación que nos falta a los pioneros en este complejo y difícil arte.
EliminarRecomiendo que lean los bogs de Lou:
El príncipe del Nimbo
Los ojos de Douglas Craig
Vulturific
Outtakes Linaje inmortal
Ya estoy con el nuevo capítulo. Hablaremos de él.
Un fuerte abrazo, querida Lou.
Qué bonito relato "Por la soledad" y hasta dónde se puede llegar cuando se logra que huyan las quimeras que le impiden soñar. Por la soledad: todo puede ocurrir, por se tan buscada y otras veces tan denostada.
EliminarTe dejo mi cariñoso abrazo junto con mis deseos de paz y felicidad para estos días.
Así es, querida María Pilar: buscada y denostada. Creo que, a veces,, quienes se creen solos no lo están, siente alguna pequeña añoranza y, quienes la buscan, tratan de tranquilizar pequeños o grandes hechos que han alterado su paz interna. Como dices, lo importante es desarmar a las quimeras que tratan de clavar sus ponsoñosas lanzas en nosotros bajo la apariencia de soledad.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Pilar.
¡¡Qué inmenso relato!!. Me gusta mucho leer tus escritos.
ResponderEliminarTe mando un beso y un fuerte abrazo.
Querida Amalia, me alegro, me alegro mucho que te gusten estos pequeños pensamientos de mujer que componen un mundo muy personal. Tu "Lo que el viento se llevó" es tan importante que jamás debes dejar que sople y produzca remolinos de placer al leerte.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Amalia.
Olá Antonio!
ResponderEliminarMuito bonita história.
Hoje passei exclusivamente para agradecer o carinho, à amizade, e a tua presença nesse ano de 2013 no meu blog. O meu desejo é que em 2014 possamos estar juntos novamente.
Desejo um abençoado Natal pra você e toda a sua família. Que os dias do Ano Novo sejam uma seqüência de profundas realizações e vitorias com fartas colheitas chegando a seus campos, e belas flores surgindo em seus jardins.
Feliz Natal e Próspero 2014!
Um um grande abraço!
Querida Smaresis, es de justicia leerte siempre que escribes. Te agradezco tus palabras pero, si me lo permites, creo que seguiré aprendiendo de tus publicaciones. He confeccionado ua felicitación general que publicaré en el blog y, si es posible hacerlo por otro medio personal, personalizaré mis deseos de paz y amistad con grandes mujeres como tú. ¡¡¡FELICIDADES Y MUY PROSPERO AÑO 2014 PARA TI Y TODA TU FAMILIA!!!
EliminarUn inmenso abrazo, querida Smaresis.
Un verdadero laberinto en el que se internarse la persona, tratando de escapar de la soledad.
ResponderEliminarAbrazo grande grande, Antonio! Con mi deseo de todo lo mejor del mundo para ti y tu hermosa familia...cuídate y cuídalos mucho... disfruta al máximo, que tengas un 2014 ¡FELIZ!
De todo corazón!
Muchas gracias, querida Sara. Eres un Sol. Tu lucha por todos y tus publicaciones me han enseñado. día a día, la inmensa calidad de tu espíritu y tus bellos artículos son siempre ejemplo de serena paz. A pesar de felicitaros en general con una pequeña publicación, trataré de personalizar mis ¡¡¡MEJORES DESEOS DE PAZ Y FELICIDAD EN ESTAS FIESTAS Y AÑO 2014 EN COMPAÑÍA DE TODA TU FAMILIA!!!
EliminarUn inmenso abrazo, querida Sara.
Precioso Antonio. Estoy casi acostumbrado a la soledad en los mayores, que en casos son tremendos problemas, pero no había pensado en la soledad de los medio jóvenes, y su frustración e indefensión,. tal como lo cuentas. Felices Fiestas.
ResponderEliminarQuerido amigo Marcos, tu labor es encomiable, tanto con tu bello blog como con las actividades que realizas. La soledad, especialmente entre quienes se encuentran más desfavorecidos en esta sociedad, no es buscada sino impuesta. Eludirla con la ayuda de amigos y personas que, como tú, sois imprescindibles por la labor que realizáis. Es una de las acciones más emotivas y placenteras que podemos realizar.
EliminarQuerido amigo, ¡¡¡FELICES FIESTAS Y AÑO 2014!!!
Un abrazo, Marcos.
Hay un placer secreto - casi hiriente - en traspasar un umbral que no se cruza sin riesgo... Estupendo relato, querido amigo.
ResponderEliminarTe deseo que tengas unas fiestas muy felices y satisfactorias. Un abrazo muy fuerte.
Es tan cierto tu pensamiento, querida Isabel, que se debe desarrollar en una nueva publicación. Su profunda verdad encierra un conocimiento de la vida y los sentimientos tan sensible como atinada. ¡¡¡FELICES FIESTAS Y AÑO 2014!!!
EliminarUn inmenso abrazo, querida Isabel.
Por la soledad... Que bien trabajado, Antonio!
ResponderEliminarQuerida Mariano, tus palabras de verdadero escritor siempre las tendré en cuenta para percatarme de que el trabajo y la constancia, a veces, es leído por los grandes de las letras.
EliminarUn fuerte abrazo, Mariano.
Y bueno, es dificil escaparle a la soledad y nos metemos en caminos confusos, gran relato, felicitaciones.
ResponderEliminarCierto Boris, escapar de las turbulencias de este tornado que envuelve sin avisar es difícil, muy difícil. Sin embargo, en ocasiones, ha sido cantado como una bella búsqueda de paz por los poetas. Muchas gracias por tu apreciación.
EliminarUn gran saludo, Boris.
La soledad es un tema que me cuesta mucho comprender...Por fortuna, nunca me he sentido sola, aún estando "sola". Ojalá muchos de los que la padecen, pudieran verdaderamente explorar y descubrir sus riquezas interiores. Allí hay tanta compañía! Claro, que la soledad del amor es otra cosa, y tú lo has contado aquí tan bien, en su puno justo, además ilustrado por dos de mis preferidos : Kovelinas y Reed. Qué más pedir! Como los otros aprovecho, querido amigo, para dejarte mis mejores deseos para estas Fiestas, y que comiences un año estupendo del que puedas disfrutar con alegría, trabajo y salud. Me voy de vacaciones unos días, nos "leemos" a mi regreso. Gran abrazo.
ResponderEliminarQuerida Patzy, siento una gran alegría por tu buen sentido de la soledad. Me ha encantado que tengamos gustos similares en pintura actual e imaginativa. Tu comentario, como siempre, complementa y amplía el texto del relato, algo que te agradezco siempre por tu buen tino y pormenorizado análisis. Espero que tengas unas vacaciones muy alegres, bulliciosas, de paz y belleza,,, Y no, no nos leeremos a la vuelta, nos leeremos siempre...
EliminarUn inmenso abrazo, querida Patzy.
Gracias, Poeta, por tus cálidas palabras. Mi deseo de todo lo mejor. /n gran abrazo con mi más seguro afecto.
ResponderEliminarAntonio, amigo, ¿cómo el más grande de los grandes poetas se atreve a poner este nombre al más pequeño de sus aprendices? Eres tan afectuosamente sensible y amigo, Antonio, que me sonrojas hasta el encarnado puro. ¿Qué se puede decir de ti si no es un canto a la ternura, una satisfacción que me engrandece cuando te leo, una permanente enseñanza que provoca azarosa vibración al leer y sentir tanta belleza en tus palabras? Amigo Antonio, tus poemas han limado asperezas de insensibilidad en mi alma.
Eliminar¡¡¡FELICES FIESTAS Y AÑO 2014!!!
Un abrazo, querido amigo Antonio
Preciosa bloguería amigo Antonio. Sugieres y nos haces creer y crear tantas cosas que ...
ResponderEliminarGracias, Enrique. Cada día no tengo más remedio que quererte más. Creo que no sé nada del alma femenina pero, como muy bien has captado: sugiero, hago creer, opino, observo, soy sujeto pasivo de un entramado complejo... y, creo que nos gusta, nos gusta a todos los hombres pensar en este mundo de sentimientos tan diferentes a los nuestros.
EliminarUn abrazo, Enrique.