Antonio Campillo Ruiz
Nasrudin conversaba con un amigo.
- Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte?
- Sí pensé -respondió Nasrudin. En mi juventud, resolví
buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco y
conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas
de este mundo. Continué viajando y fui a Isfahan; allí
encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero
no era bonita. Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una
moza bonita, religiosa y conocedora de la realidad material.
- ¿Y por qué no te casaste con ella?
- ¿Y por qué no te casaste con ella?
- ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un
hombre perfecto.
Cuento Sufí
PUBLICACIÓN PROGRAMADA.
Muy bueno Antonio, todos buscamos la perfeccción, pero en el prójimo. El amor duradero es cuando amas tanbien los defectos de tu pareja.
ResponderEliminarEso es lo que tiene buscar la perfección en los demás.
ResponderEliminarMuy bueno, querido Antonio. Este relato debería ponérselo más de uno y una en un sitio bien visible para no olvidar su moraleja.
Un abrazo
Amigo Antonio esta figura que se acompaña al cuento, tiene una tetilla que podría ser mas perfecta, mas voluminosa
ResponderEliminarTengo un amigo separado (según él, soltero), busca la mujer perfecta y yo le digo pero..Pedro tú te has mirao en el espejo?
Un abrazo tocayo!!
PERFECTO Y EJEMPLARIZANTE, AMIGO CAMPILLO. UN ABRAZO.
ResponderEliminarPor cierto, he buscado la obra de Audrey Marienkoff y me encanta. Gracias Amigo.
ResponderEliminarLos que buscan siempre la perfección, siempre serán imperfectos. El cuento sufí al que nos invitas, Antonio, me ha llevado a la "nivola" unamuniana de "Amor y pedagogía". La perfección no existe porque lo perfecto es un concepto ampliamente subjetivo. No se puede llegar a lo que no existe. Y el empeño en ello solo tiene un camino y un fin: la impotencia y autodestrucción.
ResponderEliminarMe encanta, me ha gustado muchísimo el cuento. Y el cuadro que dejas de Audrey Marienkoff es una auténtica maravilla.
Un fuerte abrazo, mi gran Antonio.
Y si se hubieran casado, hubieran querido tener al hijo perfecto, que se casara con la nuera perfecta y tuviera los nietos perfectos! Después nos llaman inconformistas. Demasiado exigentes! Ja! Muy bueno, Antonio! U gran abrazo!
ResponderEliminarEstos relatos se debieran leer y comentar en el proceso de enseñanza.
ResponderEliminarMuy bella la imagen de Audrey Marienkoff
Un beso Antonio
Por más que se trate de encontrar la perfección, creo que es imposible. A mi modo de ver, no existe.
ResponderEliminarMuy bueno este relato.
Un abrazo bien grande, querido amigo.
Como nos pongamos así nunca vamos a encontrar la pareja de nuestros sueños. Con que nos guste creo que es suficiente.
ResponderEliminarUn saludo
El ser mas imperfecto es quien busca la perfección...paradojas del ser humano...
ResponderEliminarBesos
Dios, ¡con la dichosa perfección!. Esa que no es más que un ente abstracto que solo se concreta en los duros golpes que te das contra la humana, rica, dolorosa pero edificante imperfección.
ResponderEliminarMAGNÍFICO, UN BESO
Pues nunca he sabido bien que es eso de perfecto o imperfecto, debe ser una cosa subjetiva en la que el modelo de referencia lo coloca cada uno donde quiere o donde puede. Vaya ud. a saber. En cualquier cuento, la moraleja del cuento es interesante, como cualquiera que incite a la reflexión. un abrazete, pollo.
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