EL
DEGOLLADOR
Antonio Campillo Ruiz
Tara Juneau
Nadie se acuerda de la quema de las iglesias,
ni del asesinato de Juan Duarte, ejecutado por orden de Perón. Yo no puedo
hablar con imparcialidad; mi madre, mi hermana y mi sobrino estuvieron en la
cárcel. A mí me echaron de un puesto mínimo que ocupaba en una biblioteca de
las afueras. Un detective me seguía a todos lados. Al final nos hicimos amigos
y él me dijo: “Discúlpeme, Borges, pero yo tengo que ganarme la vida”.
Entonces, para consolarlo, le conté que mi padre había conocido a un viejo
soldado, degollador de oficio -un buen hombre que cumplía con su deber-, y
procedía siempre de la misma manera. Los prisioneros estaban sentados en el
suelo con las manos atadas a la espalda. El degollador se les acercaba, les
daba una palmadita en el hombre y les decía: “Ánimo, amigo, más sufren las
mujeres cuando paren”. Luego los degollaba rápidamente, de un solo tajo. Parece
que era casi indoloro…
Jorge Luis Borges
PUBLICACIÓN PROGRAMADA.
Como el que como hombre...sabe lo que es el dolor del parto..no te digo...si es que siempre salta un cojo...
ResponderEliminarQue fácil es olvidar y sacrificar al prójimo...
Besosss
Me ha recordado a la película "El verdugo", donde el puesto era hereditario, o casi.
ResponderEliminarUn abrazo Antonio
Uffffffff. Que bueno era el jodío!
ResponderEliminarYo, aunque fuera hombre, preferiría parir a que me degollasen.
ResponderEliminar¡Qué maestría la de Borges! Qué pocas palabras necesitaba para escribir un gran texto.
Un abrazo, amigo Antonio, y feliz fin de semana
No puedo entender el trabajo de verdugo, y luego dormir.
ResponderEliminarAntonio, esta sociedad está con la soga al cuello y llegados aquí, que se debería hacer??Dicen que consuelo de todos consuelo de tontos, como debe reaccionar una persona con la soga al cuello? El degollador puede ser un desgraciao mas que tiene un salario con contrato fijo; todo es una cuestión mental, que fácil decir lo que deberíamos hacer y que difícil el llevarlo a la práctica hay que hecharle muchos guevos y parece que hoy no se encuentran ni en el Mercadona
ResponderEliminarUn abrazo tocayo
Sencillamente cruel e hiperrealista, amigo Antonio. Me lo llevo para que lo degusten y destripen mis "alumnos"
ResponderEliminarUn abrazo-e.
También me ha hecho recordar la película "El verdugo".
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Un Borges, además, critico, de la política de un personaje de la historia de mi país que muchos aman y otros odian. Creo que la Argentina que hoy padecemos, tuvo su germen en aquel Perón, que dividió a la Argentina entre adeptos y retractores de su política, y que, para nuestra desgracia, nos sigue dividiendo cada vez que un gobierno peronista retoma el poder. Si tan sólo tuvieran una memoria menos parcializada, podríamos corregir errores, y empezar a crecer de una vez por todas, Juan Duarte era el cuñado de Perón, hermano mayor de Evita, sospechado de corrupción, la misma que parece rodear, sistemáticamente, a todos lo gobiernos que se suceden de cada facción del peronismo argentino. Juan Duarte apareció muerto de un disparo, los peronistas, claro, dijeron que fue un suicidio, la oposición, sostuvo que se trató de un asesinato. Y así estuvimos...y así seguiremos estando, con estos gobiernos corruptos y demagógicos que, como dice Borges, cuando las "papas queman" nadie parece recordar,Abrazo, Antonio.
ResponderEliminar¡Qué duro! pero qué bien contado por el gran maestro. De manera tan natural, aprentemente sencilla nos lo hace ver como en un flash fotográfico.
ResponderEliminarBesos
HABRÁ QUE ASUMIR EL TRABAJO!!!!
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