OIGAMOS Y VEAMOS XV
Antonio
Campillo Ruiz
“La Primavera”
(1480-1482) de Botticelli
El 29 de mayo de 1913, se estrenó en París “Le sacre du printemps”, “La consagración de la primavera” de Igor Stravinsky. El
ballet de dos actos, basado en una Rusia pagana conmocionó al público de la
época, provocando furibundas reacciones, y significó una verdadera
revolución de los cánones de la música occidental. Gonzalo Saavedra, director
de la Escuela de Periodismo y comentarista musical contaba su experiencia
personal con "La consagración de la primavera", obra que escuchó a los 14 años,
por pura casualidad: “Fue como una revelación”. Sin tener
mucho conocimiento de la música docta y después de escucharla repetidas veces,
descubrió algunos de los secretos que esconde esta música que desafiaba todas
las convenciones musicales de la época y que hasta el día de hoy sigue
provocando opiniones divergentes. “Stravinsky desafía la tonalidad, no todo el
sistema tonal, pero sí a lo que se estaba acostumbrado. Los tonos pasan al
mismo tiempo, algo sin ton ni son para un oído desprevenido, pero que posee su
sentido más alto cuando se escucha atentamente”.
"La consagración de la primavera" aparece un año antes de la Primera
Guerra Mundial, un hecho que marca un antes y un después en la Historia. Se
sitúa dentro de la época de las vanguardias que empiezan a iniciar un cambio en
la sociedad occidental moderna. De ellas surge una sensibilidad nueva para percibir
y analizar el mundo. Debió ser importante para Igor Stravinsky su formación,
alejada de los convencionalismos. Su padre, cantante bajo de la ópera real rusa,
le envió a estudiar Derecho como resultado de un acuerdo familiar y a la vez
recibía clases de piano de Nikolái Rimski-Kórsakov,
probablemente el compositor más importante de su tiempo. Este, le aconsejó que
no asistiera a las clases del Conservatorio. Por el contrario acudía a las
clases en casa de Rimski-Kórsakov, frecuentada por los músicos más reputados de
la época. Esta fue, quizás, la razón de su gran alejamiento de los
convencionalismos musicales.
“La consagración de la primavera” no es una música que se pueda
escuchar de fondo. Exige una memoria vigilante, porque plantea muchos desafíos
tanto sensoriales como cognitivos. Sólo tras muchas audiciones es posible
entender que la obra va uniendo distintos temas que se tocan de manera casi
simultánea, algo que también hizo el rock mucho más tarde. No es fácil, por no
decir imposible, presagiar “La consagración de la primavera”. Es la creación de lo imprevisto. “Esta es una música que se
adelanta varias décadas de lo que podría ser el rock progresivo”. En "La consagración de la
primavera", Igor
Stravinsky utiliza un concepto que ya se usaba en el cine: el montaje.
Se utilizan distintos trozos de melodía, que en el rock se llaman riff. Son
frases que se repiten, como un loop, y que además aparecen superpuestas. Aunque
parece compleja, la obra está basada en solo 5 notas. “Pero como es una orquesta
grande, estos loops pueden estar ocurriendo en 14 líneas o niveles
diferentes”. Para Leonard Bernstein esta obra trata de
sexo y regeneración y en ambas cosas deben pensar los componentes de la
orquesta al interpretarla.
La
escucharemos interpretada por Radio Filharmonisch Orkest dirigida por Jaap van
Zweden en Zondagochtend Concert in het Concertgebouw in Amsterdam , 14 november 2010.
Es importante escuchar la música con sonido de
calidad alto
!Hola,Antonio!
ResponderEliminarMe ha dejado impresionada lo del rock progresivo.No suelo escuchar música clásica,mea culpa jajaja.pero algunas piezas si que he oído.Me ha encantado tu entrada,me fascina aprender cosas que no se.Gracias por compartirlo.Muchos besos.Buena semana.
Me encanta la música clásica, así que he disfrutado mucho con este regalo tan maravilloso que nos haces.
ResponderEliminarTu información al respecto es fantástica. ¡¡Muchas gracias!!
Un abrazo bien grande, querido Antonio.
Es muy interesante tu explicación, Antonio, y me vino a la memoria una fantástica clase que tuve en la facultad de arquitectura, hace muchos años, sobre estos "motivos rítmicos" que se repiten en una pieza musical y que, en ese caso, estaban parangonados con el uso de "módulos" en el diseño...El tema fue, en aquella oportunidad, la 5ta. Sinfonía de Beethoven y su: "ta-ta-ta-taa" reiterado a lo largo de todos los movimientos de la sinfonía, lo que le da a la obra "unidad dentro de la diversidad". Gran abrazo! Excelente publicación, como siempre.
ResponderEliminarMe encanta tu entrada porque ayuda a entender una música de calidad, que por desgracia hoy no muy escuchada por el gran público. Una delicia.
ResponderEliminarGracias amigo Campillo. Practicaré eso de la memoria vigilante. me ha encantado el concepto y el término.
ResponderEliminar¡Impresionante! No dejo de aprender en tu blog. Me alegra porque como dicen "la ignorancia es un abuso". Felicitaciones como siempre querido amigo. Un lujo.
ResponderEliminarLa novedad rompedora. Menudo escándalo el día del estreno. El público, a palos entre partidarios y detractores, montó tal follón que la música no llegaba con nitidez al escenario y había que ayudarse de gestos para ayudar a los bailarines.
ResponderEliminarBuen tema de reflexión, Antonio.
Un abrazo.