MODERNISMO
COSTUMBRISTA
Antonio Campillo Ruiz
Julia (detalle), Ramón Casas i Carbó
De Francisco
de Zurbarán, pasando por Marino Fortuny i Marsal, Joaquín Sorolla o Julio
Romero de Torres, la riqueza y diversidad de la colección del museo Carmen
Thyssen de Málaga, muestra la Andalucía de un romanticismo que se basa en sus bellas
gitanas, duros gitanos, bandoleros, las corridas de toros, tabernas o procesiones
y todo ello, girando alrededor de un costumbrismo que se desarrolla a lo largo
del siglo XIX por medio de pinceladas que buscan la identidad en
estereotipos y tradiciones que arrastran hacia la luz. La luz y las sombras
de unas gentes en entornos absolutamente particulares que poseen la impronta de
su peculiar forma de vivir y morir, de divertirse y amarse, de mostrarse como son con sus cualidades y defectos.
La fuente de Reding, Guillermo Gómez Gil
Manuel Cabral Aguado, Rafael Benjumea, José y Joaquín Domínguez Bécquer, José García
Ramos o Guillermo Gómez Gil, reflejan con precisión un costumbrismo que conocen
y han vivido, sorprendiendo al espectador de su obra con una precisión en
trajes, actividades y labores cotidianas, que impulsa la difusión de este
género tan preciosista como la propia corriente que camina paralela,
engalanando las telas sin disimulos, incluso con la violencia cotidiana de los
seres que se representan. Se trata de la idealización genuina de una tierra en la estela de como fue admirada por extranjeros post-románticos de visita en nuestro país. Por medio de esta muestra se pueden seguir con gran interés las costumbres andaluzas, que sorprenden y entusiasman por la pasión con que ojos ajenos supieron conferir a escenas cotidianas que se erigieron en estereotipos de lo español y de las que suelen abominar muchos ojos patrios.
La Buenaventura, Julio Romero de Torres
Zuloaga
y su peculiar estilo es fundamental. Los retratos de ancestrales almas
castellanas alcanzan tal éxito internacional que generaron, entre los
intelectuales contemporáneos, una gran polémica en la que latía, al igual que
en la pintura de Julio Romero de Torres, un profundo y, a veces, desconocido debate sobre las señas de identidad y la construcción de la imagen de España.
Es muy importante visionar el montaje a plena pantalla.
Estas pinturas representan a Andalucia, la parte de España más poblada, y que por lo tanto su cultura da la sensación de imponerse a otras. Esa es la sensación que yo personalmente tuve y sigo teniendo, En particular Franco, intentó imponernos esta cultura de toros y flamenco. Afortunadamente no triunfó.
ResponderEliminarLo ciertos es que a grandes rasgos hay una profunda separación cultural entre la España norte y la del sur. Son dos formas diferentes de ver la vida. Aunque bien es cierto que actualmente con los medios que tenemos hoy en día esas diferencias se van atenuando. La aldea global se va imponiendo.
Estas pinturas siempre son interesantes, es como mirar las fotos antiguas. Puedes sacar muchas conclusiones.
Un fuerte abrazo querido amigo.
Amigo Antonio, estupenda esta relación de pintores y de sus obras, veo que te gusta la pintura ya que no es la primera vez que insertas bonitos cuadros, ami también, precisamente dentro de unos dias expongo aquí en mi pueblo unos 20 cuadros. Las luces y las sombras, que importantes es saberlas plasmar en un lienzo 2d para que se perciba en 3d, la magia de la pintura que es lo mismo que de decir que de nuestro cerebro.
ResponderEliminarAdemas, el saber pintar el alma de las personas, eso no lo hace cualquiera, pero todos estos genios que nos muestras, parece que lo hacen fácil, y no lo es, mi favorito es Sorolla.
Un abrazo
Genial maestro campillo, contenido y video-composición, extraordinario.
ResponderEliminarMe gusta mucho la pintura. Uno de mis favoritos es Sorolla por lo colores tan dulces.
ResponderEliminarExcelente entrada, como siempre. Y llena de cultura.
Un abrazo grande, querido amigo.
Me gusta Romero de Torres y la cultura de Andalucía, aunque no estoy de acuerdo con esa España de "fandango y pandereta, devota de Frascuelo y de María"..creo que ese estereotipo ha hecho bastante poco por la buena imagen del país en el exterior...
ResponderEliminarBesos, amigo Antonio
De todos ellos me quedo, en el caso del espíritu andaliz, con Julio Romero de Torres, sí, "el que pintó a la mujer morena". Nadie como él para captar el espíritu andaluz heredado de siglos, esa evolución suave desde el Al-Andalus más califal. Imprescindible es visitar su casa- museo de Córdoba. Y, por cierto, ¿sabes cuál es uno de mis cuadros preferidos, que se atesora en su casa- museo?. Se trata de un lienzo que muestra la cabeza de un muchacha por detrás y en el que el artista ha sabido magníficamente pintar su pelo sin detenerse a esbozar cada uno de ellos. ¿Que cómo lo hizo? Eso está reservado a los genios. Y se llama "Viva el pelo".
ResponderEliminarUn saludo
Los he mirado a plena pantalla como bien dices, Antonio, y es una gozada la riqueza de detalles de estos genios de la pintura con los que nos recreas.
ResponderEliminarHace que traspasemos el túnel del tiempo y nos metamos en el ambiente.
Precioso el del hombre del burro piropeando a la moza que va con su cántaro tan feliz.
-¿Somos ahora más felices que en esa época?
-Cualquiera sabe, Tecla.
-Te admiro, Antonio. Gracias.