viernes, 8 de mayo de 2015

MONTAÑA DE INUSITADA BELLEZA

CUERPO DE MUJER

Antonio Campillo Ruiz

Jean Baptiste Valadie

"Los maestros chinos comparaban a
estos cuentos con cierto tipo de miniaturas:
una primera visión permitía, por ejemplo,
percibir un hermoso paisaje, pero un
acercamiento más cuidadoso dejaba ver
detalles hasta entonces invisibles"

Sebastián Vázquez

   Una noche de verano un chino llamado Yang despertó de pronto a causa del insoportable calor. Tumbado boca abajo, la cabeza entre las manos, se había entregado a hilvanar fogosas fantasías cuando se percató de que había una pulga avanzando por el borde de la cama. En la penumbra de la habitación la vio arrastrar su diminuto lomo fulgurando como polvo de plata rumbo al hombro de su mujer que dormía a su lado. Desnuda, yacía profundamente dormida, y oyó que respiraba dulcemente, la cabeza y el cuerpo volteados hacia su lado.

Jean Baptiste Valadie

   Observando el avance indolente de la pulga, Yang reflexionó sobre la realidad de aquellas criaturas. “Una pulga necesita una hora para llegar a un sitio que está a dos o tres pasos nuestros, aparte de que todo su espacio se reduce a una cama. Muy tediosa sería mi vida de haber nacido pulga…” Dominado por estos pensamientos, su conciencia se empezó a oscurecer lentamente y, sin darse cuenta, acabó hundiéndose en el profundo abismo de un extraño trance que no era ni sueño ni realidad. Imperceptiblemente, justo cuando se sintió despierto, vio, asombrado, que su alma había penetrado el cuerpo de la pulga que durante todo aquel tiempo avanzaba sin prisa por la cama, guiada por un acre olor a sudor. Aquello, en cambio, no era lo único que lo confundía, pese a ser una situación tan misteriosa que no conseguía salir de su asombro.

Jean Baptiste Valadie

   En el camino se alzaba una encumbrada montaña cuya forma más o menos redondeada aparecía suspendida de su cima como una estalactita, alzándose más allá de la vista y descendiendo hacia la cama donde se encontraba. La base medio redonda de la montaña, contigua a la cama, tenía el aspecto de una granada tan encendida que daba la impresión de contener fuego almacenado en su seno. Salvo esta base, el resto de la armoniosa montaña era blancuzco, compuesto de la masa nívea de una sustancia grasa, tierna y pulida. La vasta superficie de la montaña bañada en luz despedía un lustre ligeramente ambarino que se curvaba hacia el cielo como un arco de belleza exquisita, a la par que su ladera oscura refulgía como una nieve azulada bajo la luz de la luna.

Jean Baptiste Valadie

   Los ojos abiertos de par en par, Yang fijó la mirada atónita en aquella montaña de inusitada belleza. Pero cuál no sería su asombro al comprobar que la montaña era uno de los pechos de su mujer. Poniendo a un lado el amor, el odio y el deseo carnal, Yang contempló aquel pecho enorme que parecía una montaña de marfil. En el colmo de la admiración permaneció un largo rato petrificado y como aturdido ante aquella imagen irresistible, ajeno por completo al acre olor a sudor. No se había dado cuenta, hasta volverse una pulga, de la belleza aparente de su mujer. Tampoco se puede limitar un hombre de temperamento artístico a la belleza aparente de una mujer y contemplarla azorado como hizo la pulga.

Ryunosuke Akutagawa


Jean Baptiste Valadie

7 comentarios:

  1. Buenas letras y buenas imágenes, Antonio.
    Te dejo mi saludo.

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  2. Me has dejado un tanto confuso, no estoy seguro si en algún momento me gustaría ser pulga, solo por unos momentos, y seguir explorando. Saludos maestro.

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  3. Después de todo, Kafka no había sido tan innovador con su escarabajo! Ja! Un gusto siempre pasar por tu espacio, Antonio. Te envío un fuerte abrazo!

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  4. Un fuerte abrazo y muchas gracias por compartir tan buen texto.

    Feliz fin de semana

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  5. Un fuerte abrazo y muchas gracias por compartir tan buen texto.

    Feliz fin de semana

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  6. Como siempre, y digo siempre, magnifico, interesante, perturbador, bello, exquisitamente bello..
    Un abrazo.

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  7. Que texto tan original. Las imágenes son fantásticas también. La verdad es que da mucho en qué pensar, está claro que siempre deberíamos mirar desde varias perspectivas, incluso aquello que creemos sabernos de memoria.
    Un abrazo grande querido Antonio.

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