LA LARGA BÚSQUEDA IX
Antonio Campillo Ruiz
Nada
más lejos de mi mente que hablar y hablar de aspectos que, no por conocidos, trazan, queramos o no, caminos inesperados e insondables. Pero, en
fin, así nos sucede siempre. Nuestra inesperada sinceridad, a veces, puede
conducir hacia un camino espinoso y podemos sufrir algún rasguño en el alma.
Tres
hechos han confluido en una especie de meditación inesperada: unas canciones,
un día y una soledad. Las canciones prepararon un terreno muy abonado para la
siembra de una añoranza, siempre reclamada y jamás atendida con la rapidez
requerida. Su lento desgarro del espíritu produce imágenes recordadas que nunca
existieron, soñadas, preparadas en primera línea de partida pero todavía sin
escuchar el pistoletazo de salida. Un día, que ha sido fruto de esa terrible
añoranza y ese sentir del mundo en derredor vacío, sin la mirada que habla con
mil palabras cerca de quien la ama, admira y se mira en ella. Un día henchido
de plomizas y rebosantes nubes de amor que no pueden descargar, no pueden siquiera
dejar fluir las gotas que tratan de resbalar por mejillas secas, no dejan cuajar el
asombro, el amor o la tensión que poseen. Una soledad como la que cantaba
Bécquer “… Dios mío, ¡qué solos se quedan los muertos!...” Y por extensión, que
solos quedamos cuando los vivos no somos pacientes, con razón, sin dudarlo.
Posiblemente, la impaciencia por no perder ni un segundo de existencia, algo muy
normal y habitual, nos lleva a tratar de trazar caminos que no se encuentran
sobre terreno duro, fuerte, sino sobre arenas movedizas que nos hunden poco a
poco en un mar de nada que llegará a ahogarnos, irremediablemente, en la
desesperación cuando el tiempo haga los estragos a los que está
acostumbrado.
Así
que, seré paciente porque más vale vivir un día de pie que mil años de
rodillas. Y los mil años han pasado ya. El día para poder estar de pie se
encuentra a la vuelta de la esquina si se desea que un mínimo tiempo pase tan
veloz y feliz como se prevé el futuro. ¿Qué no existe el futuro todavía? ¡Ese
es su mayor atractivo! Cuando se alcance, no sólo se estará de pie sino que se
saltará, caminará y correrá veloz hasta el fin de los tiempos.
¿Que
no se quiere conseguir nada de lo expresado? Bien, no habrá sido por no
intentarlo. Y esta, esta es la clave: intentarlo a pesar de ser duro, difícil y
complejo. Cuando se intenta con pasión se consigue con serenidad, duración y
verdad. ¿Que a pesar de todo no se quiere intentar? Bien. Habrá un punto y
aparte que será de mucha categoría en el mundo de los signos gramaticales.
No
cabe duda, me gustaría saber qué se piensa y las bases para pensar de esa
forma. Me gustaría introducirme en los pensamientos para bucear sin molestar
ni corregir en el mundo de ideas que
rondan por ellos. Me gustaría saber si alguien, sea quien fuese, es
conocedor de parte de los pensamientos de los demás, puede desentrañar lo que
sucede al pensar y, por supuesto, de aquello que deriva de ellos emotivamente:
deseos, pasiones, sueños, delirios, vehemencias, arrebatos.... Me gustaría que
hablásemos con la absoluta y total confianza de que somos niños que poseen el aspecto
de adultos. Sí, sin menosprecios ni pasadas alusiones a un carácter que es
libre. Me gustaría depositar toda la confianza que poseen unos en los otros.
Me gustaría que nos supiésemos para comprender lo que es la añoranza, la
ilusión y la vida.
En
la infinita espiral del tiempo, lo que ha sido, es y será, confluyen cuando se
entremezclan momentos vividos y por vivir. Este dilema acaba cuando la vida
continúa y sigue su camino anormalmente normal, a pesar de no poder existir ya ningún
tiempo que pueda ser revivido, reemprendido o renacido.
Es importante visionar el vídeo a plena pantalla.
Qué bellos textos se pueden escribir desde la nostalgia, la añoranza...bellos pero tristes. Así te siento, Antonio,en tus reflexiones. Triste.
ResponderEliminarY dices algo en lo que yo también he caído algunas veces. En la nostalgia de lo que nunca ha existido. Esa es la peor. Una nostalgia vacía, sin el sustento de un recuerdo. Una nostalgia estéril, seca, áspera.
Y esas "rebosantes nubes de amor que no pueden descargar" estoy segura que serán capaces de seguir almacenando ese amor hasta que llegue su tiempo y el terreno adecuado donde vaciarse.
Ánimo amigo, estás convaleciente y atado a un posoperatorio que se te hace interminable y de ahí tu impaciente añoranza. Pero todo llega (para algo bueno sirve el paso del tiempo) y en nada tus pensamientos y tu ánimo serán libres y positivos como tú.
En cuanto al paso del tiempo...qué hacer? El vídeo sobre ello es de lo más bonito que he visto por estas páginas. Delicado, elocuente. Un abrazo
Muy bonitas imágenes en este vídeo, el mensaje de tu post, para mi, podría ser lo que bien has querido representar
ResponderEliminaresos momentos de que se compone la vida y que tendremos que saborearlos, no queda otra
Un abrazo ANtonio
Eres realmente un alma envuelta en arte, en amor, en esencias, en vida ...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Antonio
Te veo girar en esa espiral del tiempo, absorto de tus propios pensamientos, de tus emociones y sentimientos vividos y por vivir...
ResponderEliminarDéjame cogerte la mano el día que disfrutarás de pie, porque lleva la esencia de aquellos otros mil que pasaste arrodillado. Cuéntame de tu pesar, de tu sentir, será la única forma de introducirte en ese lugar donde nace la emoción.
Camina de mi mano como si de un niño se tratase, al fin y al cabo tenemos demasiadas cosas por vivir.
Cuéntame de esa añoranza, ya conocía parte de aquel camino en tu mirada, quiero saber de cada suspiro olvidado.
Adoro esa espiral que nos vuelve locos, nos atrapa y nos abraza, al fin y al cabo reconozco en mi persona esa prisa por vivir, esas ansias.. y me gusta que sea así.
Te quiero Antonio, con todo mi corazón.