LOS
JARAWAS
Antonio Campillo Ruiz
Los jarawas utilizan hojas de
plantas
de la selva para hacer los tejados
de sus refugios.
© Thierry Falise/Survival
Aproximadamente
400 miembros de la tribu nómada jarawa viven en grupos de 40 a 50 personas en
chaddhas, que es como llaman a sus casas. Como la mayoría de los pueblos
indígenas que viven de forma autosuficiente y en sus tierras ancestrales, los
jarawas continúan prosperando y su población se incrementa de forma estable.
Los jarawas cazan cerdos, tortugas y pescan con arcos y flechas en los
arrecifes coralinos cangrejos y peces, incluido el panga, las anguilas y los
Leiognathidae dentados. También recolectan frutas, raíces silvestres,
tubérculos y miel. Los arcos están hechos de madera de chooi, que no crece en
el territorio jarawa. Usualmente deben hacer un viaje de larga distancia hasta
la isla Baratang para conseguirla.
© Survival
Tanto
hombres como mujeres jarawas recolectan miel silvestre en árboles de gran
altura. Durante la recolección de miel los miembros del grupo cantan canciones
para expresar su regocijo. Los recolectores mastican la savia que obtienen de
las hojas de plantas repelentes, como la ooyekwalin, que luego rocían con sus
bocas a las abejas para mantenerlas alejadas. Una vez que las abejas se van,
los jarawas pueden cortar su nido y lo colocan en un cesto de madera que cargan
a sus espaldas. Los jarawas siempre se dan un baño después de comer miel.
© Survival
Un
estudio de su nutrición y salud reveló que sus “niveles nutricionales” eran
“óptimos”. Tienen un conocimiento detallado de más de 150 plantas y 350
especies animales. Los jarawas de las islas Andamán disfrutan de una era de
opulencia. Sus selvas les dan más de lo que necesitan. En 1998, algunos jarawas
empezaron a salir de la selva por primera vez sin sus arcos y flechas para
visitar poblaciones y asentamientos cercanos. En 1990 las autoridades locales
anunciaron sus “planes” de sedentarizar a largo plazo a los jarawas en dos
comunidades basadas en una economía de pesca. Sugerían que la caza y la
recolección quedaran como sus actividades “deportivas”. El plan era tan
preceptivo que incluso detallaba qué estilo de ropa debían ponerse. La
sedentarización forzosa ya fue mortal para otras tribus de las islas Andamán,
como siempre lo ha sido para la mayoría de los pueblos recién contactados en
todo el mundo.
© Survival
Después
de una enérgica campaña fomentada por Survival y organizaciones locales, este
proyecto de sedentarización fue finalmente abandonado. En 2004 las autoridades
anunciaron una política nueva y radical: los jarawas podrían elegir su propio
futuro y la intervención externa en sus vidas se reduciría al mínimo. Esto
significó un enorme éxito para la campaña internacional y local. No se deberán
llevar a cabo intentos para incorporarlos a la sociedad mayoritaria.
© Survival
¿A
qué problemas se enfrentan las tribus de las islas Andamán? De las cuatro
tribus de las islas Andamán, la situación de los jarawas es la más precaria. Los
jarawas se enfrentan a muchas amenazas: La carretera que cruza su territorio
atrae a miles de foráneos, turistas incluidos, a sus tierras. Los turistas
tratan a los jarawas como a animales en un safari park. Los foráneos, tanto
colonos locales como cazadores furtivos extranjeros, entran a su frondosa
reserva de selva para robar la caza que la tribu necesita para sobrevivir.
Cola de vehículos para entrar en
la reserva jarawa a través de la
Andaman Trunk Road.
© G Chamberlain/ Survival
Los
jarawas continúan siendo vulnerables a enfermedades provenientes de fuera
contra las que carecen de inmunidad. En 1999 y 2006, los jarawas sufrieron
brotes de sarampión: una enfermedad que ha aniquilado a muchos pueblos
indígenas alrededor del mundo tras el contacto con foráneos. Una epidemia
podría destruirlos. Las mujeres jarawas han sufrido abusos sexuales por parte
de los furtivos, colonos, conductores de autobuses y otros. Las chicas dicen
que los hombres de fuera las presionan para que hagan muchas cosas. Las
presionan con sus manos y las uñas de sus dedos, cuando las chicas se enfadan.
Las persiguen bajo la influencia del alcohol. Tienen sexo con las chicas, beben
alcohol en las casas de ellas. También duermen en la casa de los jarawas. Fuman
marihuana y después persiguen a las chicas
Incluso por parte de los diputados de la isla
hay presiones para que los jarawas sean integrados a la sociedad “mayoritaria”
de la India. El destino de los granandamaneses y los onges son una clara
advertencia de lo que podría ocurrirles a los jarawas, a menos que se reconozca
su derecho a controlar quién entra en su tierra y a tomar sus propias
decisiones sobre el estilo de vida que quieran llevar.
© Survival
En la
India, integrar a la sociedad “mayoritaria” hace referencia a la política de
forzar a una tribu a integrarse en la sociedad dominante del país. Tiene
efectos devastadores en los pueblos indígenas. Los despoja de su
autosuficiencia y sentido de identidad y les deja marginados de la sociedad
enfrentándose a muchos problemas. Una actitud como esta puede provenir del
desprecio racista o de una preocupación real por el bienestar de la tribu; en
cualquier caso se basa siempre en una malinterpretación de la excelente calidad
de vida actual de los jarawas, y de las experiencias miserables de los pueblos
indígenas que han sido asimilados a la fuerza.
Antonio Campillo Ruiz
© Survival
me maravilla lo que escribes, amigo Antonio y aún más que yo pueda conocerte, es decir, sé que existes.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Muy interesante. No sabía nada de los Jarawas, me sorprende lo negros que son. Con respecto a la sedentarización forzosa, no me extraña que haya fracasado: suele suceder cuando se impone por la fuerza.
ResponderEliminarUn abrazo
Se acabo su buen hacer y libertad, en aras de la civilización. Como siempre, el pez grande se come al pequeño.
ResponderEliminarCuanto te quiero amigo.
Quizás la solución sea dejarse caer para ver qué pasa.
ResponderEliminarAbrazos, Antonio.