lunes, 23 de abril de 2012

ANTISEMITISMO

URIEL DA COSTA

María Luisa Arnaiz Sánchez

Victor Brauner

   Uriel da Costa no admitía la resurrección de los muertos y, una vez en los Países Bajos donde la libertad de conciencia era una realidad incuestionable, fue una víctima moral de la comunidad hebrea. Había nacido en Oporto en 1585 en el seno de una familia española, los Acosta, que marcharon a Portugal tras la persecución de los conversos en España, y fue bautizado como Gabriel. Según declara en “Exemplar humanae vitae”, sus memorias hológrafas, llegó a un punto en que, desesperado por la salvación, se pasó al judaísmo y abandonó el cristianismo.

The strange case of Mr. K, Victor Brauner

   En 1640, al acabar el manuscrito, se pegó un tiro porque no pudo sufrir la presión de sus correligionarios. “Desaparecido” por los judíos, debido al “herem schamatha” -la pena de exterminio que dictaminaron contra él-, no se supo de su existencia hasta 1857, cuando, tras ser despegada la cubierta de un libro de contribuciones a la comunidad hispano-portuguesa de Ámsterdam, se descubrió que el volumen era su “Exemplar humanae vitae”.

El triunfo de la duda, Victor Brauner

   Su caso es espeluznante y más teniendo en cuenta cómo una congregación religiosa persiguió a un ciudadano libre y lo sometió a toda suerte de vejaciones y castigos. De su narración se deduce la existencia de un Estado dentro del Estado, asociado al carácter antisemita de los que se llamaban “nación de Israel” en Ámsterdam. Siendo imposible silenciarlo, se lo ha tildado de loco, consecuencia del totalitarismo de ciertas religiones y creencias.

Preludio de la civilización, Victor Brauner

   “Comoquiera que considerara ciertamente poco digno caer en tal temor (ser separado de la comunidad), yo, que por la libertad había renunciado al suelo natal y a tantos otros beneficios…decidí mejor soportarlo todo y persistir en la sentencia”. Pierre Bayle dice en el “Dictionnaire historique et critique” que Uriel cometió el error de menospreciar “la fuerza constrictiva de una comunidad religiosa”, pues no calculó las consecuencias coercitivas morales que este tipo de asociaciones ejerce cuando un miembro decide abandonar o retornar al seno de ellas. Uriel comprobó que las cadenas de quienes se atribuyen el control de las almas son peores que las de los tribunales de justicia.

Retrato en grupo, Victor Brauner

4 comentarios:

  1. Precioso. Con tu permiso, lo coloco en el face.

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  2. Se me ha puesto la carne de gallina. ¡Caramba!
    Un beso para ti, Marisa.

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  3. Con todos los permisos que quieras,Mariano. Abrazos.

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  4. Aunque todas las memorias tengan parte de ficción, si lees el "Exemplar" te sublevas. Me alegro de tu vuelta y de tu pluma, Isabel. Besos.

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