miércoles, 26 de junio de 2013

PENSAMIENTO Y LIBERTAD

Bertrand Russell y la libertad

Antonio Campillo Ruiz

Bertrand Russell

   La forma de tratar una gran cantidad de problemas hizo que el Profesor Bertrand Russell, Premio Nobel de Literatura en el año 1950, fuese un continuador de la perdurable tradición británica que defiende una de las más sinceras visiones fundamentales de la realidad: el empirismo. Pero, Bertrand Russell fue un empirista con algunas variantes. Su formación matemática le impidió ser un radical, su amor por la experiencia chocó con los platónicos y, en consecuencia, adoptó un empirismo limitado, un empirismo que llamaríamos metódico, y que más que una teoría filosófica es una hipótesis. Su vasta obra (alrededor de cuarenta títulos) se puede dividir en tres grandes partes que corresponden a intereses fundamentales: uno lógico-matemático (que es el de mayor importancia), otro filosófico-epistemológico y un tercero político-social. Toda su obra es encomiable por el modo como está pensada, razonada y escrita. Corresponde al camino trazado durante una vida dedicada a lo búsqueda de la verdad. Siempre fue tan generoso como sincero con los demás. Con la pasión que le caracterizaba, pronunció unas palabras sobre uno de sus temas más estudiado y controvertido: la libertad. Sí, esa palabra que va teniendo menos significado cada día, que está siendo acosada, sobre la que se polemiza con ahínco según intereses, dirigismo, competitividad, política social… Sus palabras son aplicables a la sociedad actual como lo fueron cuando las pronunció:


 “Los hombres temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte. El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado. Pero si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo. Es el miedo el que detiene al hombre, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto. ¿Va a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de nosotros, los ricos? ¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo? Entonces, ¿qué será de la moralidad? ¿Van a pensar libremente los soldados sobre la guerra? Entonces, ¿qué será de la disciplina militar? ¡Fuera el pensamiento! ¡Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro! Es mejor que los hombres sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa. Así arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades.”

Bertrand Russell

6 comentarios:

  1. Porque lleva corbata el profesor? acaso está domesticado? acaso el hombre no debe ser disciplinado en pro de la humanidad?
    porque interiormente somos una cosa y exteriorizamos otra?
    y porque no debe ser así?
    Nuestros miedos, acaso no son nuestros?
    Un abrazo Marcos

    ResponderEliminar
  2. Antonio. creo importante la difusión de esta posición de Russsell, que lleva implícita los temas en debate de la sociedad actual...
    El 'empirismo metodológico' en los campos de la ciencias.? y sus correlatos.
    Profundos y esenciales temas inherentes a la condición humana : la libertad, el pensamiento y el poder.
    Felicitaciones !!
    Abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Interesantísimo, Antonio. Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Se teme a la libertad, por eso se atan los pensamientos en un sitio oscuro, para no quedar comprometidos.
    Qué excelente entrada, de un hombre extraordinario, cuyo legado nos trascenderá..
    Fuerte abrazo, Antonio!

    ResponderEliminar
  5. Recuerdo perfectamente que lo primero que nos enseñaban en la Mili era a cantar. Así, cuando veníamos reventados de maniobras o del campo de tiro, y te venia a la mente aquello de ¿que estoy haciendo aquí?, irremediablemente, cantar, cantar ...

    ResponderEliminar
  6. Geniales, estas vitaminas para el alma con que nos obsequias, Mil besos, Antonio!

    ResponderEliminar