LOS CATASTERISMOS
Antonio Campillo Ruiz
Constelaciones
Eratóstenes de Cirene (276-194 a.n.e.) estará siempre en nuestra memoria
por haber calculado, mediante un procedimiento científico tan sencillo como
genial de observación y cálculo, la longitud de la circunferencia y el diámetro
de la Tierra. Igualmente, aunque sea menos conocido, por el invento de la
esfera armilar y el método para determinar números primos (la criba que lleva
su nombre).
A lo
largo de varios años, Eratóstenes apreció que en el día del solsticio de verano
la luz caía verticalmente y en el fondo de un pozo no existía sombras de sus
paredes en Siena, es decir, un palo hincado en la tierra carecía de sombra, mientras
que en Alejandría —más al norte—, formaban un ángulo con la vertical. Midiendo
el ángulo mínimo y la distancia entre Alejandría y Siena, Eratóstenes encontró
que la Tierra tenía una circunferencia de 252.000 estadios, o en unidades
modernas y tomando el valor más probable del estadio, unos 39.690 kilómetros,
¡apenas 400 kilómetros menos del valor correcto! Conocida la longitud de la
circunferencia, el cálculo del diámetro terrestre y la aseveración de su forma
esférica es evidente.
Eratóstenes además de científico fue poeta y prosista científico, como tal, se expresó en
términos que hoy nos asombran pues, refiriéndose a los rapsodas, dijo que debían de tender en todo a influir sobre las almas si bien nunca con fines
instructivos. Es de notar asimismo, que recogió las leyendas que corrían sobre el
cielo en “Catasterismos”, un compendio en
donde relata cómo y por qué un personaje mitológico es convertido en estrella o constelación. Si este texto carece de
importancia para la mayor parte de la gente porque solo los astrónomos son
capaces de identificar en la bóveda celeste sus miríadas de cuerpos, ¿cómo se
explica el favor popular por el influjo de los astros en los acontecimientos
terrestres? De “gala”,
leche, proviene el nombre
de Galaxia pero ¿cuál es la razón? Se decía que ningún hijo de Zeus podía
participar de los honores del cielo si no había mamado del pecho de su mujer y,
cuando Hermes -Mercurio- puso a Heracles -Hércules- en el seno de Hera, esta lo
arrojó de sí transformándose su abundante leche derramada en la Vía Láctea.
La Vía
Láctea
Eratóstenes
estudió los aspectos científicos de los astros pero la posibilidad de su
influencia sobre los humanos y su relación e identificación con los dioses ha sido una necesidad social tanto en su época como en tiempos que siguieron conformando la Historia de Europa, lo que supuso un grave inconveniente para los grandes descubrimientos
que se conocen de él:
“Sobre
las cinco estrellas llamadas Planetas, debido a que tienen movimiento propio,
dicen que son propiedad de cinco dioses. La primera, Fenonte, es grande, y
pertenece a Zeus. La segunda, llamada Faetonte, no es grande, y es así llamada
por el hijo del Sol. La tercera es de Ares. Se llama Piroente; no es grande; su
color es igual a ala que está en la constelación del Águila. La cuarta, Fósforo
es de Afrodita, de color blanco; es la mayor de todas estas estrellas; la que
llaman tanto Fósforo como Héspero. La quinta, Estilbonte, es de Hermes; es
brillante y pequeña. Se le concedió a Hermes por ser el primero en delimitar la
ordenación del cielo y las posiciones de los astros, y también en medir las
estaciones y en indicar los signos favorables. Se le llama Estilbonte por hacer
Hermes tal manifestación.”
Eratóstenes de Cirene
Hermes
!Hola,Antonio!
ResponderEliminarAl igual que las del zodiaco que vienen también de esta mitología ,la transformación de un personaje en estrella o constelación. Me ha parecido espléndida tu explicación, fascinantes las imágenes. Muchos besitos.
Admirable explicación y unas imágenes excelentes. Un tema bien interesante del cual, gracias a ti, he aprendido mucho más.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, querido amigo Antonio.
Amigo y maestro, Antonio: me rindo a tus pies, a los de tu sabisuría. Gracias.
ResponderEliminarBuen elemento Eratóstemes, con los medios de que disponía, pudo hallar la longitud de la circunferencia terrestre!!!, los chavales de hoy con tantas mates, no le llegan a las barbas y es que el Hombre cuando piensa y medita se transforma y puede llegar a todas partes. Maestro Antonio como dice el amigo Enrique, también yo me rindo a tus pies
ResponderEliminarSalud compañero!!
Cierto es que hoy -con nuestra mentalidad de científicos inefables- es difícil de admitir y fácil de negar la influencia de los astros en la vida humana, pero Eratóstenes lo admitía (y demostraba) al mismo nivel que su estudio de la longitud y diámetro de la Tierra, y esto último, sin apenas errores. Es curiosa la valoración selectiva que el científico hace de tus antecesores...
ResponderEliminarComo siempre, excelente tu pedagogía, querido Antonio.
Un fuerte abrazo.
Hola, Antonio:
ResponderEliminarNo conocía nada de este genial ser humano: Eratóstenes de Cirene, y debo confesarte que me ha gustado mucho descubrirlo de tu pluma y letra... Siempre he pensado que los estudiosos, profesionales o aficionados a la astronomía portan un corazón de poeta en su alma, aunque muchos (por desgracia) ni siquiera son conscientes de ello.
Te dejo un fuerte abrazo, querido Antonio.
Como siempre, una publicación sin desperdicios! Breve, concreta y clara. Gracias por ilustrarnos, Antonio! Gran abrazo!
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