LA RENOVACIÓN DEL LENGUAJE
EN EL ESPACIO
Antonio
Campillo Ruiz
Alonso
González Berruguete formó parte, junto con Diego de Siloé y Bartolomé Ordóñez,
del grupo de artistas “Las Águilas del Renacimiento Español". Buscando una
formación novedosa, cada vez más alejada del Quattrocento, su formación italiana
fue el punto de partida para que, a su vuelta a España, en la segunda década de
1500 fuese el inicio de una gran renovación del arte escultórico e incluso
arquitectónico. En un principio, se inicia esta transformación en Burgos pero
es en Valladolid donde se erige la nueva escultura A pesar de que el primer
foco dónde se desarrolle esta etapa del nuevo lenguaje, cada vez más alejada
del quattrocentismo inicial, lo constituya Burgos, será Valladolid la ciudad
que verdaderamente se erija en capital de la escultura castellana renacentista
(con Alonso Berruguete como principal artífice y, años después, Juan de Juni)
una vez truncado el porvenir de la escuela burgalesa debido a la ausencia de
Siloé y la muerte prematura del joven Ordóñez.
El intenso
sentido dramático así como la personajes trazados con un ardoroso arrebato,
llegando incluso a olvidarse, en ocasiones, de las necesarias proporciones
adecuadas a la ubicación de las figuras en un conjunto escultórico, el análisis
de los sentimientos expresados por los personajes e incluso, su inestabilidad y
deformación, serán aspectos propios de un estilo duro, tan recio como la madera
en la que están esculpidos. En sus figuras es posible encontrar un ejemplo de
la convivencia de las formas italianizantes con el dramatismo de Miguel Angel:
cabezas tan personales, en las que se puede apreciar la influencia de Donatello,
en una explosión de color y dolor tan puros como impresionantes. La obra de Alonso
Berruguete, uno de los escultores de mayor importancia renovadora del lenguaje en el
espacio se caracteriza por la enorme angustia espiritual impresa en sus
composiciones, de rasgos expresivos y matices dramáticos, así como por el
dinamismo y una cierta "impaciencia" apreciable en los acabados.
Es importante visionar el montaje a plena pantalla.
EL ROSTRO SACRO EN ALONSO BERRUGUETE from Antonio Campillo Ruiz on Vimeo.
El Renacimiento como renovación, como humanización del mundo salido del oscurantismo medieval, como fuerza expresiva, que refleja a un hombre capaz, capaz de luchar contra los elementos de aquí, de ahora, es , en todas sus facetas, un movimiento sublime, por más que nos atraiga el recogimiento y responsabilidad divina, propios de la época precedente. Es movimiento de luz, lucidez que transmites en todos tus escritos.
ResponderEliminarGracias, Antonio
¡Cuánto saben tus huesos, amigo! Y eso que eres de ciencias.
ResponderEliminarUn merecido y bien llevado homenaje a uno de los referentes fundamentales de la imaginería española del Renacimiento.
Un abrazo
Si me gusta venir aquí es por todo lo que aprendo contigo.
ResponderEliminarRenacentista, sí; pero se nota esa fijación española con lo religioso. Ojalá hubiéramos dado escultores algo más paganos también.
Gracias, Antonio. Es un placer gozar de tu erudición.
Un beso.
Un beso.
Preciosos Antonio, unas tallas de belleza insuperable.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUna maravilla!!. Gran belleza.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
(Perdona haya eliminado el comentario anterior, pero es que sufrí un error)
Parece imposible que unas manos humanas sean capaces de crear semejantes maravillas. Esos tonos de color tan expresivos y exquisitos que nos llegan al alma de esta manera tal.
ResponderEliminarGracias, Antonio, por refrescarme la memoria. Por hacerme sentir.
¡Los ojos! en el video, qué impresionante. Bien se dice que son las ventanas del alma, aunque suene tan a lugar común.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
Me gustan las tallas de Berruguete, además , cuando era pequeña era de las únicas que no me causaban miedo, en esas procesiones en Semana Santa y a veces de noche...con los capiruchos y los cirios encendidos produciendo sombras ..
ResponderEliminarSiempre aprendo contigo, amigo Antonio,
Amigo ANtonio, hoy nos traes al recuerdo la figura de Berruguete, casi no me acordaba de lo que de él estudie, expresividad, efectivamente, me pregunto, si este tipo de artistas se está extinguiendo o hay mas que antes con los nuevos oficios, ya que, hoy con las copiadoras en 3d, te hacen virguerias y te resuelven en poco tiempo lo que antes se tardaba tanto
ResponderEliminarUn abrazo tocayo
magnífico, Maestro Campillo. El título dice mucho. La imagineria de Berruguete ahí queda.
ResponderEliminarCuánta pasión y sentimiento ponía en todo lo que hacía y transmitía estre gran escultor. Me he permitido ver los cinco minutos de vídeo siguiendo la comunicación de los ojos de cada personaje: el extasis en la mirada frente al dolor, miradas maternales, suplicantes y devotas, enérgicas y firmes, reflexivas y esperanzadoras, cargadas de sabiduría y humildad, miradas que te interpelan, miradas humildes en su grandeza, y siempre miradas centradas en alcanzar la superación de las debilidades humanas siguiendo esa fuente espiritual que es el motor de sus vidas.
ResponderEliminarMis palabras quedan muy cortas porque hoy sí que se cumple eso de que una imagen vale más que mil palabras.
Gran reflexión la que nos has propuesto sobre tan extraordinario maestro.
Cuando veo estas obras de la imaginería de vuestro país, es cuando me percato de la fuerte presencia española en las colonias...en los antiguos pueblos de Argentina, por ahí perdidos en alguna provincia cerca de un río, conservan entre sus tesoros jesuiticos, ejemplos de este tipo de obras de madera tallada y profusión de dorados...Ya sabes que la imaginería es la ornamentación religiosa característica de la América colonial, influenciada sin duda por los artistas y artesanos españoles del siglo XVI. Incluso es un arte que aún se sigue practicando en el interior de mi país, sobre todo en miniatura, y con la aparición de personajes místicos de la cultura religiosa popular, como San La Muerte. Interesante artículo. Saludos, Antonio.
ResponderEliminarQué delicia poder tener acceso a las expresiones de esos rostros del palentino Berruguete que raramente conseguimos apreciar a fondo, a las manos de sus personajes, ojos, cabellos. Cuando las obras se encuentran situadas en museos es un disfrute llegar hasta esos rincones de la figura, porque en ocasiones además puedes rodearla y ver su dorso. En los templos casi siempre mal iluminados y a menudo con las obras inaccesibles, gracias a los objetivos de las cámaras cada vez más potentes y con más recorrido de luz, también se va consiguiendo. Aunque sólo de frente.
ResponderEliminarHas hecho un vídeo exquisito de nuestro gran retratista de la transición del gótico al barroco,auténtico creador de género en éste último estilo. Cada uno de sus tipos es único por la intensidad interior que nos transmite, querido Antonio.
Que delicia tu trabajo, Campillo: Tu tiempo es el mayor tesoro que se puede desear... ya que son obras sin limite. Cordial saludo
ResponderEliminar¡Genial, maravilloso! Lo que realmente mas me ha emocionado,
ResponderEliminares lo que transmite la expresión de sus rostros.
Gracias Antonio ¡Que buen vídeo!
Un abrazo chillao.