TEMPERATURA
DE COLOR
Antonio Campillo Ruiz
Catedral de San Salvador, San Petersburgo.
© Antonio Campillo
Con
frecuencia, al realizar una fotografía, se evitan los encuadres de un objeto cuando la fuente de luz que lo ilumina se encuentra
detrás del mismo e incluso en una posición inclinada que pueda incidir, aun en un
pequeño ángulo, sobre el objetivo de la cámara. Es normal desechar estas fotos por considerarlas tomadas con un error, sin tener
en cuenta que muchas de esas imágenes poseen un valor artístico que merece ser
estudiado. Los contraluces realzan los detalles de la imagen de una manera
especial. Es como si cada uno de los elementos y componentes del objeto adquiriesen
vida o tuvieran un halo mágico que desentrañase sus formas más íntimas, sin
apreciarlas con claridad.
La Alhambra, Granada.
© Antonio Campillo
En otras
ocasiones la oportunidad de poder poseer una imagen obliga a quien la realiza
a no tener en cuenta aspectos considerados por algunos como imprescindibles. Sin
embargo, en cualquier circunstancia, al visionar el material captado de la
realidad, el perfil trazado sobre los protagonistas de la imagen semeja a
un pincel luminoso dibujando los contorno de los sujetos (u objetos). Realzados
por la luz, los cambios cromáticos que pueden acompañar al conjunto de la
imagen, pueden imprimir unos efectos adicionales a la mirada del fotógrafo. La
complejidad de un contraluz reside en la denominada temperatura de color, en
negro o en color, que se puede medir con un fotómetro que ha evolucionado desde
los imperfectos elementos químicos que la medían hasta agotarse y resultar
inservibles, hasta la tecnología digital que lo hace, sin riesgo de gastos
materiales, desde una intensidad de luz puntual a otras por zonas, e incluso
transformando los datos por medio de microchips que analicen y faciliten la visualización del objeto en cualquier circunstancia.
La Mezquita, Córdoba.
© Antonio Campillo
La
luz, como elemento imprescindible para una imagen, eleva en los contraluces los
elementos dramáticos de los componentes de una fotografía al potenciar, si se
trata de una silueta, determinados aspectos que pueden alcanzar la categoría de
sobrecogedores. Sombras y luces han sido a lo largo de la historia elementos
imprescindibles para ayudar a un aumento de los aspectos emotivos captados por los
espectadores que, asombrados, admiten como imprescindibles los contraluces que
poseen una expresividad acorde con la imagen fotografiada.
El rio Tiber a su paso por Roma.
© Antonio Campillo
Es importante visionar el montaje a plena pantalla.
Uf, y yo que pensaba que tomar una foto era cosa simple. Ya veo que no, que hay que tener en cuenta estos datos que nos proporcionás. Buenísimas las fotos. Aprovecho para desearte un feliz y luminoso 2015
ResponderEliminarMagníficos contraluces Antonio, me encantan, hay que saberlos captar, claro está, y que se necesita experiencia,
ResponderEliminarsi ademas, el tema, es la Alhambra o la Mezquita, el resultado deberá ser hermoso, la luz resaltará mas de entre la obscuridad, lo podemos apreciar en las fotos que insertas, como el Tiber. y es que los contrastes son la salsa y pimienta de la fotografía.
Un abrazo tocayo
De una gran belleza, y gran repertorio nos traes. Gran maestría y envidiables viajes. Felíz 2015
ResponderEliminarBrava lección, maestro campillo. El vídeo es ++++++++++++. Con tu permiso me lo llevo.
ResponderEliminarFELIZ AÑO NUEVO.
Maravillosos contraluces. Son unas fotos fantásticas.
ResponderEliminarLa Alhambra y la Mezquita me traen unos grandes recuerdos.
Te doy la enhorabuena por las fotos y por el vídeo. Un compendio de belleza,
Te deseo un AÑO NUEVO muy feliz.
Un abrazo fuerte.
Pues tienes toda la razón, amigo Antonio. En mi caso soy una disparadora compulsiva. Si veo algo susceptible de ser fotografiado lo hago y luego ya veré si las escojo o las desecho en casa, viéndolas en tamaño grande. Y hay que ver la cantidad de sorpresas que se lleva una cuando se comprueba que una foto, en principio "quemada", resurge bella en la pantalla del ordenador, con un halo de misterio que hace que sea quizá la mejor de la jornada. No hay que juzgar de principio; como en la vida, merece la pena reflexionar sobre un asunto con tranquilidad y desentrañar su belleza interior.
ResponderEliminarAprovecho para desearte una muy feliz entrada al año 2015. Que sea tan próepero como te mereces.
Un abrazo
Antonio, amigo, disfruta de un Feliz Año Nuevo, todo lo mejor para ti y tus seres queridos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
La grandeza de la fotografía es el misterio con que utiliza su propio criterio. Hay modelos a los que ama, como los niños, pero se enamora aún más de ese anciano afgano cosido de arrugas, al que el objetivo sacará a la luz toda su elegancia y nobleza.
ResponderEliminarLa luz es buen pintor, y el claroscuro, como nos enseñaron los directores del blanco y negro, el más grande.
Enhorabuena por las fotos y el vídeo. Te deseo un año lleno de salud y felicidad.
Preciosa viagem e emocionante relato... imagens fantásticas complementando.
ResponderEliminarO vídeo é uma maravilha!
Feliz 2015, querido Antonio!
Beijo carinhoso.
Que no nos falte esa luz, pero no para las fotografías, sí para la vida.
ResponderEliminarFelicidades, Antonio.
Para mí sigue siendo un misterio ese maravilloso arte de la fotografía, pero es precioso entrar en tu casita y encontrar tales maravillas,
ResponderEliminaraunque ando un poco desconectada, quería desearte lo mejor para este año que comienza, querido amigo, que seas muy feliz.
Un abrazo!
Me gusta el contraluz.
ResponderEliminarEstupenda muestra de imágenes usando esta técnica, claro que los modelos escogidos son una belleza de por sí. No tienes tú mal gusto, no, :)
Amigo apreciado, que este año recien estrenado (todavía en patucos) se porte bien contigo.
Un abrazo bien largo.