CIVILIZACIONES
CERCANAS
Antonio Campillo Ruiz
Herodoto
(480-420 a.n.e), padre de la Historia y posiblemente de la parcialidad cuando
no de errores orales relatados y recopilados, realizó innumerables viajes y, como
resultado de sus pormenorizadas indagaciones así como de sus vivencias, escribió una obra, a la que llamamos Historia, dividida en
nueve libros encabezados por las nueve Musas.
El objetivo de esta
minuciosa y pormenorizada obra fue que los hechos de los hombres nunca se borrasen
ni dejasen de ser contados; la obra extendió su fama tanto en la Antigüedad
como en etapas modernas. El Libro IV, encabezado por Melpómene, trata sobre los
escitas y narra principalmente la expedición de Darío contra los escitas como represalia por su invasión a Media. Al inicio del libro Herodoto deja que sean los propios escitas quienes se
describan a sí mismos y hablen de su mitología. De su descripción podemos
establecer una relación, pocas veces explicada interdisciplinarmente, entre los
pueblos de Escitia y su enfrentamiento con Darío, las Guerras Médicas, afinidad con civilizaciones de un entorno cercano, etc., no muy bien comprendidos. La
evolución de estos pueblos ha asimilado a lo largo del tiempo invasiones,
costumbres y creencias que, con la lentitud propia de los procesos históricos,
han cambiado sustancialmente alguno de los aspectos propios de su diferenciación.
Heródoto, Libro IV - Melpómene
1
Después
de la toma de Babilonia, se realizó la expedición de Darío en persona contra
los escitas. Como la población de Asia era abundante, y grandes los tesoros que
ingresaban, codició Darío castigar a los escitas, pues al invadir antes el
territorio de los medos y vencer en batalla a los que les hicieron frente,
habían sido los primeros en abrir las hostilidades. Porque, como he dicho
antes, los escitas dominaron la alta Asia durante treinta años menos dos. Yendo
en seguimiento de los cimerios, invadieron el Asia, poniendo fin al dominio de
los medos: éstos, en efecto, dominaban el Asia antes de llegar los escitas.
Después de faltar de su país veintiocho años, de regreso en él tras tanto tiempo,
les aguardaba una faena nada inferior a la de Media. Halláronse con que les
salía al encuentro un ejército no pequeño; pues las mujeres escitas, como sus
maridos estaban ausentes tanto tiempo, se habían unido con sus esclavos.
[…]
5
Según
cuentan los escitas, su nación es la más reciente de todas y tuvo este origen.
Hubo en aquella tierra, antes desierta, un hombre que se llamaba Targitao;
dicen (y para mí no dicen verdad, pero lo dicen no obstante), que los padres de
este Targitao fueron Zeus y una hija del rio Borfstenes. Tal, pues, dicen que
fue el linaje de Targitao, y que nacieron de él tres hijos, Lipóxais, Arpóxais
y el menor Coláxais. Reinando éstos, cuentan que cayeron del cielo ciertas
piezas de oro: un arado, un yugo, una copa y una segur. Habiéndolas visto
primero el mayor de los tres, se acercó con ánimo de tomarlas, pero al
acercarse el oro comenzó a arder. Retirado el primero, avanzó el segundo, y el
oro hizo otra vez lo mismo. Rechazó a los dos el oro encendido, pero se apagó
al acercarse el tercero, el cual se lo llevó a su casa. En atención a esto los
dos hermanos mayores entregaron al menor todo el reino.
6
Añaden
que de Lipóxais desciende la tribu de los escitas llamados aucatas; del
mediano, Arpóxais, la de los que se llaman catiaros y traspies; y del más
joven, que fue rey, los que se llaman paralatas. Dicen que todos, en conjunto,
llevan el nombre de escolotos, apellido de su rey. Pero los griegos les han
llamado escitas.
7
Así
cuentan los escitas su origen. Y dicen que desde su primer rey Targitao hasta
la invasión de Darío, pasaron en todo mil años y no más. Los reyes guardan
aquel oro sagrado con todo celo, y todos los años le rinden culto,
propiciándoselo con grandes sacrificios; y aquel que en esa festividad queda
dormido al aire libre teniendo consigo ese oro, ese tal, dicen los escitas, no
llega al año, y por eso se le da toda la extensión que él mismo puede recorrer
a caballo en un día. Como la región era vasta, cuentan que Coláxais fundó tres
reinos para sus hijos, e hizo que uno de ellos, aquel en que se guardaba el
oro, fuese el más grande. Dicen que las tierras situadas al viento Norte,
allende los más remotos habitantes no se pueden ver ni recorrer a causa de las
plumas esparcidas, pues la tierra y el aire están llenos de plumas, y éstas son
las que impiden la vista.
[…]
11
Existe
aún otra historia, del siguiente tenor, a la que más me atengo. Los escitas
nómades que moraban en el Asia, apurados en la guerra por los maságetas,
partieron, pasando el río Araxes, hacia la región de los cimerios (pues se dice
que la región que ahora ocupan los escitas era antiguamente de los cimerios).
Ante el ataque de los escitas, los cimerios deliberaron, como es lógico hacerlo
ante ataque de tan grande ejército. Dividiéronse los pareceres, entrambos
obstinados, aunque mejor el de los reyes; porque el parecer del pueblo era que
convenía partir y no exponerse al peligro por defender la ceniza del hogar; el
de los reyes era que se había de pelear por la tierra contra los invasores. Ni
el pueblo quería obedecer a los reyes, ni los reyes al pueblo; los unos
pensaban partir sin combate entregando la tierra a los invasores: los reyes
resolvieron morir y estar sepultados en su patria, y no huir junto con el
pueblo, calculando cuántos bienes gozaban, y cuántos probables males les
sucederían si huían de su patria. Así opinaban, y hallándose discordes y en
igual número, lucharon entre si. El pueblo de los cimerios enterró a todos los
que a sus propias manos murieron cerca del río Tiras (donde se ve todavía su
sepultura); y una vez enterrados, salió de su tierra. Llegaron los escitas y se
apoderaron de la región desierta.
[…]
18
Tales
son los pueblos que viven a lo largo del río Hípanis, al Poniente del
Borístenes.
Pasando el Borístenes, la primera comarca a partir del mar, es la
Tierra Boscosa; a partir de ésta, en dirección al Norte, habitan los escitas
labradores a quienes llaman boristenitas los griegos que viven cerca del
Hípanis, y .se llaman a sí mismos olbiopolitas. Estos escitas labradores, pues,
ocupan la región que hacia Oriente tiene de largo tres días de camino,
extendiéndose. hasta un río que tiene por nombre Panticapes, y hacia el viento
Norte tiene de largo once días de navegación por el Borístenes arriba. Más
allá, sigue el desierto en una vasta extensión; después del desierto moran los
andr6fagos, pueblo aparte, que no tiene nada de escita. Y más allá de ellos se
encuentra ya un verdadero desierto en que no vive nación alguna, que nosotros
sepamos.
19
La
región situada a Oriente de los escitas labradores, pasando el río Panticapes,
la ocupan ya escitas nómades que nada siembran ni cultivan. Toda esta tierra
está rasa y sin árboles, excepto la Tierra Boscosa. Dichos nómades ocupan hacia
Oriente una región de catorce días de camino, que se extiende hasta el río
Gerro.
20
A la
otra parte del Gerro se hallan los campos llamados Reales, y los escitas más
bravos y numerosos, que tienen por esclavos suyos a los demás escitas; se
extienden por el Mediodía hasta la región Táurica; por Levante hasta el foso
que abrieron los hijos de los ciegos y hasta el emporio que se llama Cremrios,
en la laguna Meotis, y en parte se extienden hasta el río Tanais. Más allá de
los escitas reales, hacia el viento Norte, viven los melanclenos, otro pueblo,
no escitas; y más allá de los melanclenos hay lagunas y el país está
despoblado, que nosotros sepamos.
Es importante visionar el montaje a plena pantalla.
De traspies y paralatas hasta escitas, muy interesante su lección de cultura, se nota que es usted un maestro. Me apasiona el conocimiento y ha elegido interesantes fotos y un vídeo que me ha encantado. Gracias, lo he disfrutado.
ResponderEliminarCivilización antigua, arte, historia... Me gusta sin ninguna duda. Cuando leo estas cosas y miro su arte, se me azuzan las ganas de viajar para conocer mundo.
ResponderEliminarGracias por la recopilación.
Un beso, querido Antonio.
Interesante documentación de estas civilizaciones, toda civilización aporta valor al desarrollo, aunque luego vienen las guerras y la decadencia, surgen otros pueblos que superan a los anteriores y asi sucesivamente...a donde llegará el hombre? si los Escitas levantaran la cabeza..sentirían lo mismo que nosotros al estudiarlos a ellos?
ResponderEliminarUn abrazoAntonio
Gran aporte de cultura el que nos regalas. Me encanta.
ResponderEliminarMuchas gracias por este documento tan extraordinario..
Y un abrazo grande.
Un gran regalo, maestro Campillo. Texto y vídeo que es de una belleza ++++++++++++++++++
ResponderEliminarUn gran reportaje como siempre. Me has retraído mas de 50 años, cuando estudiábamos los dos siglos de guerras Médicas entre Griegos y Persas, hasta el triunfo de Alejandro. Me asusta lo mucho que tengo por releer, que ya no estudiar.
ResponderEliminarUn gran reportaje como siempre. Me has retraído mas de 50 años, cuando estudiábamos los dos siglos de guerras Médicas entre Griegos y Persas, hasta el triunfo de Alejandro. Me asusta lo mucho que tengo por releer, que ya no estudiar.
ResponderEliminarMarcos me quitaste del pensamiento lo que iba a escribir
EliminarSi aún lo recuerdo sentada primera fila escuchando al profe
con la boca abierta mírándolo y mi alma corriendo afuera...
.Antonio
Me hubiera encantado tenerte como profesor
:)
Me has hecho recordar mis años de estudio universitario en Salamanca y concretamente el primer curso, donde, además del coco de la asignatura de Prehistoria, Edad de los Metales, asustaban a los estudiantes con el monstruo de la Historia Antigua. Y es que era tremendo tener que estudiar la Historia de la Humanidad desde las primeras civilizaciones Babilonias hasta Grecia, inclusive. Los codos fueron fundamentales para pasar aquella sucesión de civilizaciones, guerras y nombres de grandes reyes y políticos.
ResponderEliminarUn saludo
Eres un pozo sin fondo de 'saber' y buen gusto querido Antonio
ResponderEliminarGracias por tan delicioso aporte de cultura, que he disfrutado y donde tambien he recordado y aprendido
Un abrazo.
Eres un pozo sin fondo de 'saber' y buen gusto querido Antonio
ResponderEliminarGracias por tan delicioso aporte de cultura, que he disfrutado y donde tambien he recordado y aprendido
Un abrazo.
Nunca me había acercado a estos remotos mundos de nuestra historia antigua. Has hecho un gran trabajo no sólo a nivel documental, las fotos y el vídeo están muy bien hechos y trabajados. He disfrutado mucho, gracias por compartir tu saber y tu pasión.
ResponderEliminarUn gran abrazo mi querido Antonio.
Mi querido amigo, con tu aguda inteligencia nos hablas con gran objetividad y precisión de una cultura milenaria , para dejarme posada en ella como un testimonio presente. Las imágenes y el esplendido video , me nutren mas aun de esa historia, costumbres, tradiciones de ese mundo antiguo. Gracias por ello.
ResponderEliminarY gracias también por acompañarme siempre y mas .. en estos momentos , depositando en mi blog tus siempre acertados y sabios consejos.
Te envío un enorme beso , Antonio.
Creo que hay que felicitarte por este post que a mi me habrá sorprendido, quizás, porque no estoy acostumbrada a disfrutar con tus entradas.
ResponderEliminarEste pueblo, los escitas, que deja una impresión de tal lejanía, nos demuestra, sin embargo. a través de los objetos que es capaz de realizar, un grado de civilización sorprendente y sumamente interesante para mí. He de reconocer que disfruto en todos los museos de arqueología más que en cualquier otro. Aunque siento interés por muchos otros tema.
Es una maravilla el vídeo. Te reitero mi entusiasmo y espero que se solucionen pronto tus problemas informáticos. Saludos cordiales. Franziska