EL
UNIVERSO SIMULADO
Antonio Campìllo Ruiz
"Sólo mediante la búsqueda racional de
teorías,
incluso las que nos introducen en dominios
extraños y poco familiares, tenemos una oportunidad
de revelar la extensión de la realidad."
Brian Greene
Es
frecuente que los seres humanos busquemos un sentido a la realidad y nos
planteemos preguntas sencillas. Sí, aparentemente muy sencillas pero de una
intensidad y complejidad enorme. ¿Por qué pienso? Puede ser una de ellas. Y, otras
muchas igual de sencillas, ¿Quién soy? ¿Qué hago yo en un planeta como este?
¿Por qué siento?, y un largo etcétera. Las respuestas, no son tan sencillas
como las preguntas y, casi con toda seguridad, requieren un extenso paseo por
esos guarismos negros, llamados letras, que conforman palabras garabateadas
sobre un medio y puede ser que encontremos en ellas la solución a nuestras
dudas. Pero, el ser humano es inquieto. No solo se pregunta cuestiones
trascendentales para él que pueden o no estar basadas en experiencias previas,
trata de demostrar que los elementos complejos puedan ser elevados a la
categoría de hipótesis y sucesivamente, tesis experimentales y constatables. En
muchas ocasiones el recorrido que se realiza para conseguirlo escora hacia
contaminantes que le llevan por caminos no deseados y otras, más frecuentes,
consigue que, efectivamente, se logre el objetivo que ha sido su preocupación
en cualquiera de las materias del saber.
Plantear
nuestra propia existencia y el sentido que posee en este maravilloso planeta,
alejado de otros muchos de los que, en el momento actual, no sabemos nada en
absoluto, puede, en muchos casos y en función de la formulación de la pregunta, desvirtuar la indagación que se
realiza pues, nuestros pasos nos dirigen a pseudomaterias que no poseen
fundamentos racionales ni lógicos. En otras ocasiones, si logramos relacionar
nuestros anhelos por saber la solución a nuestras preguntas, podemos tener la
sorpresa de que muchos estudios avalan, no en su totalidad pero sí en una o
varias parcelas de su respuesta, teorías ya experimentadas o experiencias en
curso que no poseen en el momento requerido resultados experimentales.
Así,
una de las grandes preocupaciones de muchos seres humanos es algo que definimos
como una sensación: el tiempo. Para los seres humanos de este planeta Tierra,
más allá de la medida, en el sistema sexagesimal, poco comprendido y muchas
veces incorrectamente utilizado, el tiempo es una sensación compleja y difícil
de explicar. Ante esta peculiaridad, miles de teorías, especulaciones y
charlatanerías, circulan sin cesar por el entramado pseudocientífico que dicta
sentencias inconexas, indemostrables e, incluso, paranoicas. Gracias a los
serios avances en el campo de su estudio y la enorme transformación que ha
supuesto, desde mediados del siglo pasado, el estudio, demostración y
aplicación de teorías de cumplimiento universal, la transformación en la
comprensión de las propiedades materiales y unidades fundamentales en Física,
ha favorecido un serio cambio científico y un revés muy importante a la
dialéctica especulativa. Así, la estrecha unión espacio/tiempo, su relación con
la posibilidad de dependencia de uno sobre el otro, la demostrada teoría de la
deformación del tejido espacial a causa de la masa, la estabilidad armónica del
movimiento a causa, precisamente, de esta última propiedad y otros muchos
estudios, han generado unas vías de investigación que, aún estando en fase
experimental, algunas de ellas, pueden suponer un cambio en la concepción de
nuestro mundo, pudiendo explicar realidades consideradas hasta hoy fantasías y
sueños ficticios.
No todos
los seres humanos tienen oportunidad de estudiar en profundidad estas teorías
ni pueden acceder a ellas con facilidad. Son los científicos que trabajan en
ellas los encargados de transmitir los avances o fracasos con el devenir del tiempo.
Sin embargo, personas que han querido realizar un avance sobre las
investigaciones que se suponen actuales en este campo, han utilizado medios de
comunicación que favorecen la transmisión de las grandes líneas que la
investigación sigue para conseguir, si ello es posible, la solución de las miles
de “preguntas sencillas” que se plantea el ser humano moderno. Así, en el año
1995, un director de cine, Terry Gilliam,
basándose en un relato de Chris Marker
sobre un futuro apocalíptico de ciencia ficción, de intriga fantástica, distopía,
pandemias y viajes en el tiempo, con guion de David Peoples
y Janet Peoples, rodó “TWELVE MONKEYS”, “DOCE MONOS”, interpretada por un
elenco de actores que dieron vida a personajes como James Cole y Jeffrey Goines.
Esta
original aventura, se inspiró y tomó varios conceptos del cortometraje de
ciencia ficción francés “LA JETÉE”,
“EL MUELLE”,
de Chris Marker, 1962, en el que se relata un experimento de
viaje en el tiempo que rompió con las técnicas narrativas tradicionales,
logrando un efecto deslumbrante que mezcla documental, ficción y fantasía. Así,
“DOCE MONOS” posee un
sorprendente e intenso guion futurista que se desliza entre la lucidez y la
locura, entre los sueños y la realidad, entre la ficción y la ciencia. No pocas interpretaciones recorrieron revistas
y otros medios, generando un enorme dilema en los espectadores que, asombrados
con hechos representados cuya complejidad, conceptos e, incluso, un pequeño
desliz de continuidad temporal, fueron motivo de extensos estudios de su significado
dramático, estético y diagrama espacio/temporal. Sin embargo, existe en esta
película una secuencia que puede ser un ejemplo de los nuevos estudios
derivados de la Mecánica Cuántica que no ha sido ni resaltada ni estudiada hasta
este momento: el concepto de la simulación.
El
diagrama espacio/temporal de la película, representando el tiempo en continuidad
de la acción en horizontales y el transcurrir del mismo, en el espacio señalado
en líneas, se puede representar de la siguiente forma:
Para
su comprensión, consideraremos que las líneas de distintos colores pertenecen a
los acontecimientos que suceden, en los tiempos que transcurren para cada
personaje, durante los diferentes años representados. Las líneas punteadas representan
la continuidad de la acción, que sólo se produce en las líneas no punteadas y,
simplemente son los enlaces de un espacio/tiempo a otro. La lectura del
diagrama siempre se debe realizar de izquierda a derecha del mismo, volviendo,
de un espacio/tiempo a otro mediante las líneas punteadas. Existe un viajero
principal (color rojo) y tres secundarios: José, el mendigo y la científica (resto
de colores). Realizan viajes mediante una máquina del tiempo no precisa porque
se cometen errores de llegada al pasado. El viaje debe transcurrir de forma
instantánea en un universo aparentemente inalterable. El espectador debe tener
en cuenta que, los viajes en el tiempo no deben ser los que produzcan en él alteración
sorprendente o no admitida. Tras la demostración de la Teoría de la
Relatividad, un viaje en el tiempo puede realizarse “fácilmente” mediante la
posibilidad de una “arruga en el tejido espaciotemporal”. Una “doblez” en el tejido
espacial, facilitaría un recorrido extremadamente largo en un tiempo cuasi
infinitamente pequeño. Por último, el lector debe recorrer las líneas del
diagrama espaciotemporal señalado, a la vez que lee el camino de cada uno de
los actores, tal como se expresa a continuación.
Bien.
El objetivo del viaje espaciotemporal es encontrar al llamado “Ejército de los Doce Monos” para su destrucción.
Los hechos se inician en el año 2035, justo en la flecha negra señalada en el
diagrama, correspondiente al primer viajero. Al enviarle al pasado se comete el
error de llegada a 1990. En este año, suceden acontecimientos que no dan fruto
en su búsqueda y regresa a 2035, donde continúa la narración. Le vuelven a
enviar al pasado y cometen el mismo error pero, esta vez, aparece en 1917,
durante la Primera Guerra Mundial, en la que es herido. Se comete otro error de regreso y aparece en el año 1996, año al que tenía que haber llegado la
primera vez. Regresa y, con la seguridad de que este era el año al que deberían
enviarle, regresa nuevamente a 1996 y descubre la anomalía que ha provocado la
catástrofe en la Humanidad por la cual, se busca a quien la produjo para
eliminarle y cambiar el futuro (2035), mediante la intervención en el pasado
(1996). En este periplo de idas y regresos, desde el futuro al pasado, James Cole encuentra, en
distintos momentos de 1996, a dos compañeros enviados desde 2035 a buscarle
(José y el mendigo). En el transcurso de la narración en 1996, se produce una
singularidad espaciotemporal porque la científica que maneja la máquina del
tiempo se encuentra en este año, siendo, que a la vez debe de estar en 2035. En
este año, 1996, representado por el cuadrado negro del diagrama temporal de la
película, momento en el que se encuentran pasado y futuro, es cuando aparece la
discrepancia con otras interpretaciones que explican los sucesos narrados en la
película: sí existen
universos paralelos, según la escena que se adjunta y por tanto, se origina la
singularidad de la simulación. Veamos. Futuro y pasado no podrían
encontrarse en un espacio/tiempo del mismo universo. Sería físicamente
imposible que este hecho tuviese lugar si no fuese a causa de la existencia de
universos paralelos en los que uno, crea la simulación de un hecho en el otro
y, en función de esta simulación, podría intervenir en él para restaurar
cualquier alteración que se hubiese producido. La pregunta sencilla que podemos
hacernos es: ¿Vivimos en una simulación? ¿Es real nuestra existencia o es una simulación de diferentes estados,
en diferentes universos, en los que, desde uno de ellos, el que se encuentra en
simulación, puede ser corregido o restaurado, cambiándose en él procesos
vitales inadecuados o no admitidos por otro universo no simulado?
En
este momento, la Mecánica Cuántica estudia la existencia de multiuniversos
diferentes, los multiversos de Brian Greene ("La realidad oculta") y que empezaba a estudiar Stephen Hawking, planteando, la existencia de que un universo, el nuestro, puede
ser una simulación que aporta a otros, de los que puede depender, datos
suficientes para la corrección de sucesos acaecidos, con el objetivo de poder
ser alterados antes de que se vayan a producir. Podríamos considerar que uno o
varios universos serían los potenciales visionadores del pasado de uno de ellos
y se encontrarían en el futuro de este. Esta es la situación que se produce cuando
James Cole, en la película, a
una edad aproximada de 45 años y encontrándose en el pasado, se ve a sí mismo
cuando es un niño, 40 años antes, siendo, que él proviene del futuro en un
universo paralelo. La singularidad da lugar a una simulación en universos
diferentes: el universo que se encuentra en un futuro cercano (el de James Cole adulto), descubre,
en el pasado, el universo simulado (el de James Cole niño), el presente en el que se encuentran
ambos. Es ahí, en esta compleja situación, cuando una anomalía pasada se puede
restaurar.
Es
probable, solo probable, que se puedan considerar complejos varios de los
aspectos de lo expuesto pero, tengamos en cuenta que, si en esta película,
dirigida a todos los espectadores, con la diversidad que poseen, es comprensible
su estructura y las llamadas “especulaciones científicas”, se deben comprender,
igualmente, las modernas teorías acerca de nosotros mismos. Y, de entre ellas,
la pregunta fácil:
¿Es posible que estemos viviendo
una simulación?
Experiencias de laboratorio, inexplicables pero
visualizables, demuestran que podría ser cierta la existencia de la simulación
del universo conocido.
SIMULACIÓN
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RUIZ on Vimeo.
Los
guionistas, consciente o inconscientemente, introdujeron un concepto que, en el
momento de la realización, no estaba en estudio ni se podía sospechar la
posibilidad de su existencia, la simulación en universos paralelos. En
realizaciones similares, como la trilogía de “Regreso al futuro”, de Robert Zemeckis, 1985-1990, sólo se
plantea la existencia de un universo y, por ello, se reitera, en todas ellas,
la imposibilidad de la presencia del futuro en el pasado y viceversa, porque,
según Emmett Brown, el científico
creador de la máquina del tiempo, se generaría una singularidad de
imposibilidad existencial. Sin embargo, en el momento actual, los avances
científicos y las experiencias cuánticas han dado paso a teorías que se
encuentran, a la vez, en el complejo mundo de la Filosofía y la Ciencia,
respondiendo a “preguntas sencillas” que, reiteradamente, se hace el ser
humano.
Antonio Campillo Ruiz
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