ES TAN FÁCIL VER UN ATARDECER
Antonio Campillo Ruiz
- Ahora que estamos tranquilos, tú que hablas tan bien, cuéntame cómo está el cielo.
- ¡Ah!, pues te hago un relato brevísimo. Hoy el cielo está un poco nuboso, le cuelgan unos algodones que se están tiñendo de rojo, apenas todavía, pero creo que cada vez estarán más rojos. El pintor del cielo prepara con su espátula mucha pintura roja. Seguro que mañana hará aire. Siempre ocurre así: cuando se pintan de rojo las nubes, el fraile señala viento. Luego lo vemos en casa.
- ¿El fraile?
- Sí. El fraile con capucha y la varita que señala el tiempo.
- ¡Ah!, si, no te había entendido.
- Bueno, como te decía, el color rojo ya casi se ha apoderado de todo el espacio blanco. Me recuerda un gran helado de melón. La puesta del sol se acelera y ya casi ni se ve. Se ha ido el sol.
- Voy a quitarme estas gafas tan grandes y ahora que me da el aire en la cara… Hace mucho aire, ¿verdad?, ¡hasta huelo el cielo!, voy a mirar el rojo ese que dices.
- Sí, pequeña, sí, el aire de levante es muy fuerte esta tarde.
Es un precioso relato amigo... Nos esperan tantos atardeceres todavía!!!...
ResponderEliminarSiempre marco la casilla de excelente, porque me quedo sin palabras. ¡Qué hermosa descripción!
ResponderEliminarBesos de un cielo limpio y azul a estas horas.
Queridas Beatriz e Isolda, sois tan benevolentes conmigo que no tengo más remedio que amaros.
ResponderEliminarOs cuento un secreto. El minirrelato posee una pequeña trampa, realizada con absoluta conciencia, para, después de haber sido leído, poder hablar, razonar, discutir, en fin, lo que queráis definir cuando se "compone" una tertulia.
El tema sería "Emisor y receptor, cómo emitir y como recebir un mensaje".
Lo trataremos personalmente.