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ISIS, MADRE

María Luisa Arnaiz Sánchez

Antonio Campillo Ruiz

 Isis-Afrodita hallada en Egipto, siglo I ó II

   La primera vez que vimos una estatuilla de Isis amamantando a Horus fue en una chamarilería y nuestro asombro fue extraordinario. No había figurado jamás en ninguno de nuestros libros bajo esa caracterización, por lo que nos sentimos defraudados y con ganas de saber. ¡Estábamos hartos de los escamoteos y más si eran de origen espurio! Evidentemente no podían faltar quienes supieran de iconografía egipcia, maya o de donde fuera. ¿Sabían los editores, los profesores y bibliotecarios?, ¿por qué tanto fingimiento? Quizá la explicación estuviera en que se acababa de morir el dictador de turno, que  padecimos, y nadie había osado contravenir sus dictados. ¡Para que haya quienes crean en la libertad de cátedra y no en la fuerza de la censura intencionada y solapada! Lo que no se ve u oye no existe. Así de simple. 

 Isis sobredorada con Horus

   Isis era hija de Gueb y de Nut y sus hermanos eran Seth, Neftis y Osiris. De este último quedó fecundada en el mismo seno materno y  dio a luz a Horus, representado como Harpócrates cuando niño. Su extremado amor y su fidelidad posibilitaron el que se la considerara la esposa y madre ideales, llegando a representar el arquetipo de la maternidad. Mucha fue su aflicción al matar Seth a Osiris, trocearlo y esparcir sus pedazos en el Nilo, sin embargo no se arredró, buscó sin desfallecer los 14 miembros de su marido hasta encontrarlos y, a falta de uno, el miembro viril, se valió de la magia para resucitarlo; se unieron sexualmente por última vez y mandó hacer simulacros del pene, que llevó a los templos para su veneración. Esta historia enternecedora, mezcla de amor y resurrección, se difundió al punto.

           Isis. Símbolos. Nudo isíaco. Museo del Bardo, Túnez

   Cuando el culto de Isis llegó a Roma, fue incorporado como uno de tantos de los innumerables que acogía el imperio que, como es sabido, aceptaba y no prohibía las creencias de los otros pueblos, pero la evocación de una madre celestial (¿recuerdan a la patrona o al patrón de su ciudad?) le procuró muchísimos adeptos. Puede decirse que junto con el culto a Mitra casi monopolizaron el fervor numinoso de los romanos. Sus misterios guardaban relación con la supervivencia del alma tras la muerte, revelación que se conseguía en una ceremonia iniciática semisecreta. Ambos cultos rivalizaron con el cristianismo, la secta del judaísmo que propagó la igualdad de “almas”, no otra igualdad, con la promesa de salvación eterna. El artífice fue el circuncidado san Pablo, que se aprovechó de que los judíos no creían, como los griegos, en la inmortalidad y adaptó pro domo sua los cultos mistéricos. Nacía el sincretismo cristiano.

 Afrodita jugando con Eros, siglo IV. El Hermitage

   Pues bien, dejaremos hablar a Apuleyo, que describió en el siglo II los rituales isíacos en “Las metamorfosis o El asno de oro”. Solo citaremos la ceremonia llamada “navigium isidis”, cuya importancia reside en que se asiste a una iniciación mistérica con todos los elementos esenciales del ritual: sueño con revelación de Isis, procesión con los símbolos, intervención de un sacerdote, y transformación de Lucio. Apuleyo omite lo que sucede en el sanctasanctórum para provocar las visiones divinas pero, al solicitar a los lectores que no se den por enterados, usa una fórmula propagandística capciosa que aumenta la curiosidad. El mensaje de amor de Isis no fue comprendido fuera de su país y, del mismo modo que Caracalla le construyó un templo en El Campo de Marte, su clero fue considerado manipulador. 

  Culto de Isis en una tumba de la Vía Appia

   Llegamos a la ribera de la mar…el principal de los sacerdotes ofreció a la diosa una nave…pintada con pinturas maravillosas…y, hechos sus sacrificios y solemnísimas preces, con una tea ardiendo y un huevo y piedra azufre, rezando con su casta boca, después de haberla limpiado y purificado, la nombró su gran diosa; la nave tenía una vela muy blanca de lino delgado, en la cual estaban escritas letras que declaraban el voto de los que la ofrecían para que la diosa les diese próspero viaje…la popa estaba cubierta con láminas de oro…Entonces todo el pueblo…la lanzaban dentro en la nao…y, sueltas las áncoras, se echaba en la mar.

 Navigium Isidis. Museos vaticanos

   Sacó de un lugar secreto del templo ciertos libros escritos de letras y figuras no conocidas...me llevó…a unos baños...me puso ante los pies de su diosa y me dijo en secreto ciertos mandamientos que es mejor callar…en presencia de todos me dijo que en aquellos diez días continuos me abstuviese de comer, ayunando, y que no comiese carne de ningún animal ni bebiese vino….Entonces vestido yo de una túnica de lino blanca, el sacerdote me tomó por la mano y me llevó a lo íntimo y secreto del sagrario…Créelo porque es verdad, yo llegué al término de la muerte, y hallado el palacio de Proserpina, anduve y fui traído por todos los elementos, y a media noche vi el Sol resplandeciente con muy hermosa claridad, y vi los dioses altos y bajos, y me acerqué y los adoré. He aquí lo que vi, lo cual, comoquiera que has oído, es necesario que no lo sepas.

 Ceremonia iniciática de Isis, fresco de Herculano

  Nuestro paisano el licenciado Cascales nos ofreció un detalle minúsculo sobre el culto isíaco cuando describió en “Discursos históricos sobre Murcia y su reino” un altar hallado en Cartagena que se encontraba en un jardín, propiedad del marqués de Espinardo: “en un costado tiene un timón, en otro la figura de Palas con un ramo de olivo, en el tercero una cornucopia, en el último un caduceo…el timón significa el gobierno, la cornucopia la abundancia, el caduceo la paz…La duda está en si el ramo de olivo significa el mundo”. Y la inscripción de un bloque de relleno del Molinete, donde se ubica la acrópolis romana de Cartagena, recogida por Borja Díaz Ariño dice: “Titus. Hermes. Serapi. Et / Isi. In. Suo. Ma(ceriem). Donavit. / L(ibens). M(erito). De. Sua. P(ecunia)”. 

 Altar de Isis

   Cartagena había sido descrita por Polibio en “Historia Universal” aunque con ciertos errores: “En el fondo del golfo hay un tómbolo, encima del cual está la ciudad, rodeada del mar por el este y por el sur…La colina más alta está al este de la ciudad y se precipita al mar; en su cima se levanta un templo de Asclepio. Hay otra colina frente a esta…donde se edificaron magníficos palacios, construidos, según se dice, por Asdrúbal”. Lo cierto es que en el actual Molinete estaba el templo de Asclepio y en el cerro de la Concepción la fortaleza del cartaginés, y que Serapis e Isis gozaron de la misma devoción que en otras ciudades costeras hispanas. Serapis, figura antropomórfica de Apis, asimilado a Osiris, al igual que Isis lo había sido a Afrodita, Cibeles, Atagartis, etc., era una deidad sincrética y se relacionaba con la curación; Isis con la fertilidad.

 Isis, Serapis, Harpócrates y Dionisos. El Louvre

 Atargatis. Museo de Amman

   Pues bien, las deducciones concluyentes sobre el sincretismo que se produjo acerca de Isis de parte del cristianismo, aunque también tuvo otras adherencias que no apuramos ahora, son las que siguen. Isis, la diosa constitutiva de la tríada divina egipcia, “padre, madre e hijo” fue eliminada de la “trinidad” cristiana y sustituida por un espíritu en forma de paloma, el ave consagrada a Afrodita. Isis, tan poderosa que podía dar la vida tras la muerte, fue asimilada a “el ungido”, o sea, el Cristo para los cristianos, el Mesías para los judíos (“yo soy la resurrección, la vida” en palabras evangélicas); Isis, sobrenatural madre de dios - Horus, la luz, el principio de vida - fue el modelo de María, a la que se atribuyó algo excepcional, ser "virgen antes, en y después del parto” en el concilio de Calcedonia en 451, así como “madre de dios” en el concilio de Éfeso en 431; Isis, trono de dios -significado del étimo Isis-, igual a Venus, consuelo de los mortales, etc., fue “sedes sapientae, stella matutina, consolatrix afflictorum” en el rosario. Isis… No es preciso seguir, solo resaltar que fue el prototipo de las vírgenes de la leche.

 Virgen de la leche. Santo Domingo de la Calzada

   No es seguro que esté difundida su advocación como Stella Maris, es decir, guía de los marineros que la adoptaron como diosa de la navegación, ni su asimilación a la patrona de la Hispanidad de mala memoria. En el primer caso nos estamos refiriendo a las procesiones marítimas con la virgen del Carmen, protectora de la gente del mar, que se conmemoran en tantos pueblos de España, continuación y copia del “navigium isidis” (en denominación eclesial un rito pagano). Por tanto, el altar de Cartagena queda explicado no al modo de Francisco Cascales, sino así: por ser sus referentes Isis y Serapis, hay un timón y una cornucopia señalando a la benefactora de la navegación e intercesora de la fecundidad y aparece Palas Atenea porque Isis era equiparada a la sabiduría suma. La salud está representada por la vara de Asclepio.

 Isis con un timón y una cornucopia. 

Isis, siglo II. Museo de Nápoles

   En cuanto a la virgen del Pilar, que milagrosamente se apareció al apóstol Santiago sobre un pilar alrededor del año 40 en Zaragoza,  que es una virgen negra, que se la representa con rayos del sol y estrellas, más un huevo con una serpiente enroscada en su manto, que se le ofrecen los recién nacidos, que se la invoca en la guerra, que fue nombrada Capitán General en 1908, que es la “Patrona de la Raza”, concepto totalitario, excluyente y xenófobo, que su templo recibe gajes del ejército español, etc., ¿qué más se puede decir, mutatis mutandi, que no recuerde a Isis? También el escudo de la “ciudad de la luz”, París (Par + Isis en opinión de algunos), tiene un barco, cuyo casco es una luna creciente y cuya vela es un triángulo invertido, símbolos de la mujer, porque los bateleros tomaron a la diosa del Nilo como protectora.

Isis sobre un pilar. Escudo de París. Virgen del Pilar. Detalle manto

   En definitiva, a pesar de que el portavoz de los obispos españoles dijera de forma interesada en junio de 2010 que “todos los logros de la civilización surgen en torno al crucifijo” (¿hay mayor barbaridad y cinismo?), que el papa esté hoy en España y se haya permitido la salida de tono de comparar el laicismo actual con el anticlericalismo de los años treinta (¡socorro!), que los príncipes de Asturias hayan acudido a recibirlo, que paguemos los laicos, que el gobierno haya hibernado la ley de “libertad religiosa”, por todo eso, nos ratificamos en la idea de que lo espantable es no saber Y creer, conforme al modelo patrocinado por los poderes fácticos, censores que utilizan la ignorancia de los españoles y el adocenamiento de su enseñanza en beneficio de un conservadurismo involucionista (tipo secretaria de la derecha española que acaba de decir que “con una ley del aborto que respetaba y defendía la vida” su partido gobernó). 

 Isis y Horus (Harpócrates con el dedo en la boca)

sincretizados en María y Jesús, c. 300. Fayun, Egipto.