MUROS INVISIBLES
Antonio
Campillo Ruiz
Cada día de su
existencia, El Muro de Berlín, denominado oficialmente “Muro de Protección
Antifascista” (Antifaschistischer Schutzwall) por la Deutsche Demokratische
Republik – DDR y también con la denominación de los ciudadanos “Muro de la
vergüenza” (Schandmauer), no dejaba de ser machacona noticia día tras día. A
cualquier hora, podíamos leer, escuchar o ver la “inmensa” barrera del muro entre
la libertad y la dictadura socialista.
Desde su nacimiento, el día 13 de agosto
de 1961, construido precipitadamente por el ejército comunista y personal
perteneciente al partido en un tiempo demasiado corto, hasta su estrepitosa
caída, con igual rapidez, el 10 de noviembre de 1989, fue el punto de mira
constante de la lucha entre la libertad democrática y la dictadura brutal. Pareciese
que con la caída de esta enorme e innecesaria construcción, en pleno centro del
poder europeo, convertida mediáticamente en el símbolo de la guerra fría
necesaria, acabarían los desafueros que llevaban a la sociedad moderna más allá
de lo tolerable. Nada más lejos de la realidad. Otros muros han sido
construidos, se seguirán construyendo y, aunque son mucho más grandes que el
“Muro de la vergüenza”, de ellos se habla poco o nada, provocando en quienes
los conocen, la doble sorpresa de soportar nuevos muros y de admitirlos como
irremediables medios de separación entre castas, clases sociales, religiones,
etnias o simplemente seres humanos.
Los muros han
seguido naciendo en un mundo en el que ya no existe la locura de la guerra
fría, ni la dictadura comunista y pertenecen a la democracia: al sur de la
frontera de EEUU existe un inmenso muro que separa a dos naciones democráticas;
nos enteramos que en Ceuta y Melilla existen interminables alambradas cuando un
problema grave surge en una de ella, que es inmediatamente resuelto; ningún
medio se hace eco del
lamentable, vergonzoso e inhumano muro que trata de
establecer una larga invasión en Palestina, donde un muro que es más de 16
veces más largo que el caído Muro de Berlín. Cisjordania es una cárcel a cielo
abierto realizada, precisamente, por quienes sufrieron detenciones y un inmoral
genocidio en campos de concentración similares a los que ellos construyen. Pero
nada se puede comparar con los hechos provocados por el último gobierno de la
feroz dictadura fascista que impidió, durante más de cuarenta años, que España
se desarrollase al ritmo de los países europeos. El dominio imperial de la
colonia del Sahara Occidental por España dio grandes frutos entre la población
autóctonos de la zona. En un siglo de colonialismo y dirección política y
social formó a tres universitarios: un médico, un abogado y un perito mercantil.
Esta fue la inmensa apuesta por la formación y crecimiento de un extenso
territorio muy rico en recursos naturales y pesca. Es el fruto del colonialismo
vigilado y de la desorientación de los pueblos que veían aumentar su pobreza
continuamente. La resolución 1542 (XV) de la Asamble General de la ONU, de 15
de diciembre de 1960, mediante el informe del Comité de Descolonización, el
Sahara Occidental, colonia española, fue introducido en la lista de países en
los que se debía eliminar el colonialismo. El proceso fue interrumpido en 1976,
tras la llamada “marcha verde”, iniciada el 6 de noviembre de 1975, en plena
agonía del dictador. Tras los vergonzosos e ignominiosos acuerdos de Madrid, el
Gobierno abandonó, sí abandonó, su colonia en una división entre Mauritania y
Marruecos que jamás se cumplió. Marruecos se hizo cargo del territorio ante el rechazo
del Frente Polisario que en ese mismo año proclamó la República Árabe Saharaui
Democrática, reconocida en la actualidad por más de 90 países del mundo, entre
los que no se encuentra ninguno europeo, ni siquiera España.
Marruecos ocupa y
se beneficia de los recursos naturales de este territorio desde entonces, habiendo
levantado un muro, minado de principio a final y vigilado por soldados día y
noche, que posee una longitud de más de 60 veces la que tenía el Muro de Berlín.
Desde su construcción, el Muro de Berlín ha sido un muro altivo, soberbio, el
muro de los muros, del que todos hablaban e incluso él empezó a hablar con sus
pintadas. Por el contrario este pobre, que se desgrana en el desierto bajo
temperaturas extremas, es un muro del que no se habla, no se puede expresar ni
se tiene en consideración, es un muro cuya existencia es desconocida para
millones de personas que creen que ese extremo del desierto del Sahara es
simplemente un lugar en el que no existe población humana, ni existe una guerra
soterrada que está provocando otro genocidio irreparable.
La negligencia e
incapacidad operativa de la ONU se ha puesto de manifiesto cuando, tras mil y
una resoluciones confirmando el derecho a autodeterminación del pueblo saharaui, se ha olvidado en una niebla perpetua, mientras la población ha ido disminuyendo
en pro de un masivo aumento de marroquíes en la zona. El anterior monarca tiró
y aflojó la cuerda del “sí” y el “acaso” al solicitarle un plebiscito
de independencia para la RASD. Cuando creyó conveniente dijo, definitivamente, NO,
obligando a aceptar el principio de todos los monarcas y dictadores por medio
del cual los súbditos sólo pueden ejercer el derecho de obediencia. Equivocadamente,
el patriotismo es un privilegio de las naciones dominantes. Cuando lo
practican las naciones dominadas, el patriotismo se hace sospechoso de
populismo o terrorismo, o simplemente no merece la menor atención.
Dice Eduardo Galeano: “Quizás
el pueblo del Sahara es culpable porque en sus largas costas reside el mayor
tesoro pesquero del océano Atlántico y porque bajo las inmensidades de arena,
que tan vacías parecen, yace la mayor reserva mundial de fosfatos y quizá
también hay petróleo, gas y uranio. En el Corán podría estar, aunque no esté,
esta profecía: Las riquezas naturales serán la maldición de las gentes. Los
campamentos de refugiados, al sur de Argelia, están en el más desierto de los
desiertos. Es una vastísima nada, rodeada de nada, donde sólo crecen las
piedras. Y sin embargo, en esas arideces, y en las zonas liberadas, que no son
mucho mejores, los saharauis han sido capaces de crear la sociedad más abierta,
y la menos machista, de todo el mundo musulmán. Este milagro de los
saharauis, que son muy pobres y muy pocos, no sólo se explica por su porfiada
voluntad de ser libres, que eso sí que sobra en esos lugares donde todo falta:
también se explica, en gran medida, por la solidaridad internacional. Y la
mayor parte de la ayuda proviene de los pueblos de España. Su energía
solidaria, memoria y fuente de dignidad, es mucho más poderosa que los vaivenes
de los gobiernos y los mezquinos cálculos de las empresas. Digo solidaridad, no
caridad. La caridad humilla. No se equivoca el proverbio africano que dice: La
mano que recibe está siempre debajo de la mano que da.”
Probablemente el
nuevo muro, absolutamente invisible, es el que se está levantando entre regentes
y súbditos, gobernantes y gobernados, políticos y ciudadanos, poderosos
enriquecidos y débiles enriquecedores, técnicos monetarios y gentes con falta
de salario. Cuando seamos conscientes de los pilares en los que se construye la
sociedad actual surgirá, como siempre, el poder detentado por unos pocos en
perjuicio del resto de los ciudadanos.
Todos ellos son para dar vergüenza...pero parece que no. A los que ordenan esas divisiones, nada les roba el sueño. Yo tengo uno muy horroroso a 4 hora de donde vivo... Que de todas formas, si no existiera, nadita de ganas me darían de visitarles. Conozco las principales ciudades gringas y la verdad, no hay una sola cosa que les admire. Por mí pueden subirle otros cuatro metros más de alto, que no les visitaré. Con decirte que se me ha vencido la última visa, pues siempre tengo por las conexiones a otras partes y eso, y en 10 años, no fui a ese país, vaya ni por una rebanada de Pizza. Lo triste es que mientras yo soy así, hay un montón de compatriotas que darían cualquier cosa por bricar al otro lado. Así de paradójico que es esto. Ah! y si el muro de ellos es de 3 metros, yo les tengo contruido uno de 7 metros, pues lo únicop que representan para mi país es basura, droga y perdición. Ni una cosita que valga de allá para acá.
ResponderEliminarAbrazo!
El muro fronterizo entre Mexico y EEUU es una de las vallas más frustrantes de la Humanidad. Un país que ha sido colonizado por extranjeros, que ha aniquilado a los humanos autóctonos, que se ha valido de esclavos de más allá de sus fronteras para levantar su llamado “imperio”, ahora, en el sigo XXI, levanta una barrera a quienes pretenden un trabajo. El racismo y la xenofobia de EEUU es tan irracional y potente que ha impregnado a muchos países que aprecian el maldito “milagro americano” como espejo en el que mirarse. Sara, como dices, no merece la pena, son soberbios e inhumanos. Que queden dentro de su cárcel de dólares rapiñados a los países del mundo.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Sara.
No es ninguna solución efectiva para los que sufren todo tipo de muros, pero que se acuerden de uno tiene muchísimo mérito y si se denuncian las injusticias, ya te digo!
ResponderEliminarAl menos mientras te leemos sabemos que existen!
Estupendo post,concienzador,solidario y muy completo.
Este mundo cada vez es más de unos pocos,vayamos dónde vayamos. Si miramos al mundo, nuestros problemas se empequeñecen,pero esa no es la solución.
Un fuerte abrazo,querido amigo.
Cierto tu razonamiento, Ohma. La unión y la fortaleza del pueblo es un poder contra el que no se puede luchar porque son cualidades intrínsecas de la libertad y la democracia. Cuando un pueblo se levantó contra uno de los más carismáticos muros que han existido, el muro cayó como si fuese de papel. Ahora, cuando, soterradamente, se siguen construyendo muros que separan cada vez más a los humanos, cuando esos muros incluso son invisibles, es cuando debemos gritar fuerte y alto que las alambradas deben derribarse, que los muros deben romperse, que la libertad nunca es vigilada ni se puede encerrar.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Ohma.
A veces como seguramente te pasará a ti, sin duda, y a muchos más, me avergüenza sentirme humano.
ResponderEliminarUn abrazo amigo y, ah, no dejes de escribir nunca.
Vergüenza de la sinrazón, Enrique, vergüenza de que barreras cada vez más ladinas e invisibles nos separen, vergüenza del adocenamiento de nuestros dirigentes políticos de cualquier pensamiento. No debemos aguantar más tiempo estas cárceles a cielo abierto en las que tratan de convertir a países enteros, a ciudadanos entre sí por pensamientos no doctrinales. Lo único que nos pertenece es el pensamiento en libertad y la razón de comprender todos los pensamientos de los demás sin tratar de cambiarlos. Que nos dejen acaso esto, sólo esto o ¿es que existe también crisis de comportamiento solidario y libre?
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Enrique.
Antonio, es impresionante tu entrada, los hombres hemos perdido la brújula que nos señalaba el norte. Cuanto más avanzamos tecnológicamente, mas soberbios y prepotentes nos volvemos. Es impensable que en el siglo XXI se construyan estos muros de vergüenza para separar a los hombres. Y lo que es peor, una fosa abierta que acoge cadáveres de hombres sin nombre, que tan sólo buscan su libertad, uno de los derechos contenidos en La declaración de los derechos Universales de los hombres.
ResponderEliminarEs cierto que esta situación no va a cambiar, porque cada vez se construyen más muros, con más altura. y más sofisticados. ¡El hombre es el peor lobo para el hombre! ya lo afirmó Thomas Hobbes, filósofo ingles, en el siglo XVII basándose en lo dicho por Tito Macio Plauto en el siglo III AC, y después de tantos años, es una frase vigente... quizá esté en nuestro ADN, con nuestra condición de humanos.
Antonio, lo cierto, lo que estamos hoy viviendo en el día a día, es que los poderosos, cada vez son más y con más fortuna, y los pobres, cada vez somos más pobres, y con mucho menos dinero... EL MUNDO NO HA CAMBIADO, NI HEMOS APRENDIDO NADA... después de tantas guerras y muertes.
Un abrazo.
Ángeles, tu razonamiento es exacto y real. Y esto es lo malo que su vigencia, hoy, en el siglo XXI, es la misma que hace miles de años. No, no hemos aprendido nada de tolerancia, de comprensión, de cualidades que nuestro cerebro es capaz de procesar con honor pero que es un deshonor modificar la natural conducta humana. Creo que no existe ninguna sociedad animal tan mal estructurada como la humana. Muchos han aprendido sólo los vericuetos tortuosos de la maldad apoyándose en el poder y en la bondad de los demás. Los desmanes en esta etapa histórica, considerada como de grandes avances técnicos y científicos, es humillante para millones de personas en las que se mantiene la esclavitud, la miseria y el desorden. Los muros no son sino unos pequeños ejemplos de que la enfermedad es más potente de lo que creíamos, de que sólo existen enterradores, no médicos, de que la involución social mantendrá a quien se cree eterno en su vida sin percatarse de su infinita debilidad. Sus mentes son tan obtusas que no ven sólo miran pasar la muerte.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Ángeles.
Aquellos días fueron de lo más intensos. Para mí ha sido muy interesante el vídeo y tu texto;
ResponderEliminarMe alegro mucho Pilar. Sí, fue una experiencia inolvidable. Vivir el pensamiento de un pueblo negándose a abandonar aquel territorio y a otro negando la nueva colonización es siempre emocionante. Por una vez, la información mediática, en todos los soportes, fue puntual e incluso en directo. La muerte del dictador y dueño de la parcela africana, no tuvo lugar hasta que creyeron que todo estaba listo para el
Eliminardeceso. Y, hasta hoy, Pilar. No se ha caminado ni un solo paso a favor de quienes tienen el derecho a poseer su tierra.
Un fuerte abrazo, querida Pilar.
Impresionante tu entrada de hoy, Antonio, y larga de comentar por esas afrentas tan lacerantes de la misma humanidad.
ResponderEliminarCuando estuve hace unos años delante de los restos del muro de Berlín -restos simbólicos- me invadió una tristeza difícil de cuantificar y miles de fotogramas de dolor y humillación pasaron veloces por mi memoria.
En Berlín también visité el Museo Judío, y admití las atrocidades del holocausto de las que muy poco han aprendido durante este tiempo si miramos a ese muro de Palestina. Dolor por las dos partes del muro.
Y el muro de Marruecos... Los saharauis jamás podrán entender lo que les hizo España, y jamás merecieron ese trato injusto. España los abandonó literalmente dejándolos a merced del dominio, abuso y explotación marroquí. Ellos, los saharauis siempre fueron -y son- un pueblo hospitalario con aquellos que consideraban sus hermanos, los españoles. Y los abandonamos sin ningún tipo de ayuda. Las ayudas españolas de hoy, no son suficientes. ¿Y la ONU? ¿Dónde mira la ONU cuando hablamos del Sahara o de Palestina?
Temas muy dolorosos los de los muros que traes hoy, Antonio. Como dijo el poeta, seamos albañiles de puentes -que unen-, no albañiles de muros -que nos encierran en nuestra propia vergüenza-.
Un fuerte abrazo, querido Antonio. Y enhorabuena por hablar de las cosas con su nombre propio.
Así es, Marisa, debemos construir puentes, por muy largos que sean, que nos unan y jamás muros que esconden nuestra hipocresía, nuestra maldad y nuestra falta de humanidad. Sí, los restos del muro de Berlín todavía entristecen al verlos pero los judíos han construido uno más largo y más alto. Su cárcel a cielo abierto es incomprensible teniendo en cuenta la inmensa locura genocida que cometieron con ellos. Ahora, Palestina es un territorio ocupado y sin futuro. Las fincas africanas del dictador traidor no han corrido mejor suerte. Guinea Ecuatorial, con la visión de perfectos políticos de los fascistas gobernantes, fue inmediatamente que se dejó en manos de otro dictador, recolonizada por Francia y lo que eran “cuatro islotes” “total para unos troncos que nos traemos de allí”, etc., (palabras de periódicos de la época), se convirtió en un minipaís en los que todos son pobres menos uno, su dictador. Se ha perdido hasta el idioma español. Buena gestión recolonizadota. Y la República Árabe Saharaui Democrática, pues no saca los pies del plato. Ni España, a la que no pueden ver los marroquíes, ni ONU, ni nada de nada: muro y minas. Los fosfatos son para engrosar la fortuna de uno de los reyezuelos más ricos del mundo. ¿Qué tenemos, pues, Marisa? Miseria y dejadez, muerte y miradas de soslayo a otra parte, acuerdos leoninos por la posibilidad de pesca, cobardía y el peñón de Perejil, tomado por las fuerzas españolas en los fastuosos tiempos de aquel señor con bigote, bajito e inventor de especuladores. Marisa, te agradezco mucho tu comentario que completa mi destartalada reflexión.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Marisa.
Vejo aqui descrita uma grande história.
ResponderEliminarCompartilho de uma grande tristeza que são os muros.
Muros da vergonha.
muros invisíveis que separam pessoas por cor, credo e classe social
Grata pela companhia.
Um abraço.
Sí, Ina, una gran vergüenza y una gran tristeza por las aberraciones que se cometen contra los más débiles, como siempre. Separar a causa de los pensamientos, credos o sexos, es indigno para los seres racionales. Quienes cometen estas atrocidades no deben llamarse seres humanos.
EliminarUn gran saludo, amiga Ina.
Que bien trabados unos muros con otros, Antonio. Este último, el que mas de cerca conozco, es una muestra mas de la influencia yanki en el resto del globo. Con el muro lograron terminar la guerra y encerrar a todos, unos dentro y otros fuera. Además de minar una buena parte de desierto que se quedará así para "in secula". Y cerca de cuarenta años despues, ahi siguen las victimasd de aquel disparate historico, quizás la ultima herencia visible del franquismo. Ya desespero de ver el final. El tiempo en el mundo musulman discurre a una velocidad diferente de la nuestra. Un abrazo.
ResponderEliminarExacto, Mariano, tú me has enseñado que el tiempo discurre a diferente velocidad en el mundo musulmán y en el nuestro. Tu aporte a estas tropelías es decisivo. Sentir el tiempo, hablar con saharauis, comer con ellos y caminar por su tierra te ha forjado como buen conocedor de un mundo que jamás debió ser como es.
EliminarUn abrazo, Mariano.
Si, Antonio, hay muchas clases de muros aun por derribar,y como dice Galiano, "las riquezas naturales serán la maldición de las gentes", así nosotros en esta ciudad, Caracas, vivimos divididos por un paralelo invisible que nos separa, la injusta distribución de la riqueza nos ha llevado a la polarización y al desconocimiento del otro, y hoy somos dos ciudades, dos países, que se miran con recelo, cuando no, con odio. Sueño con poder caminar entre el este y el oeste como una sola ciudad, pasearla y poderla disfrutar sin alcabalas ideológicas.
ResponderEliminarExcelente tu articulo, amigo.
Un gran abrazo
Vuestro muro está construido con los peores materiales que existen: la invisibilidad. Sí, María, vuestro muro es invisible pero muy pernicioso. Está alicatado de desconfianza, de rencores banales, justos o injustos pero rencores al fin, de luchas fraticidas que pueden acabar con la riqueza natural del país, posiblemente vendiéndolo al mejor postor. No existe peor odio que el que existe entre hermanos, ese es inabarcable, mayúsculo, irreductible. No se debe fomentar más separaciones ni más poderes omnipotentes, se debe emprender el camino de la concordia y la paz. ¡Romped el muro invisible de la incomprensión!
EliminarUn fuerte abrazo, querida María.
Por cierto, se te olvidó la muralla china, que tampoco es moco de pavo.
ResponderEliminarSí, Mariano, sí, pero remontarme mucho al pasado provocaría una falta de piedras para construir tantos muros. ¿Cómo estarían, también, aquellos señores feudales de la guerra para construir semejante “maravilla”?
EliminarUn abrazo, Mariano.
¡Los muros de la vergüenza! pero no solo esos existen aunque sean los más famosos, los que no se ven y se tejen con el odio entre las personas que viven cerca, incluso entre familiares, los que marcan las injusticias,...
ResponderEliminar¡Cuántos muros hay que destruir!
Exacto, María Pilar, has puesto el dedo en la herida. Esos muros invisibles son a los que me refiero desde la estupidez de los muros de sillería o alambradas. Posiblemente, si los humanos no estuviesen separados por muros invisibles, el odio se diluiría y no existirían muros de obra. La separación de una convivencia pacífica exalta al hombre hasta límites insospechados. Hay que romper primero los muros invisibles para empezar la tarea de derribar los que son reales. Si se lograse esta hazaña caerían por falta de mantenimiento todos los disparates que se han construido hasta ahora.
EliminarUn fuerte abrazo, María Pilar.
Hola Antonio soy nuevo en tu excelente blog, te he encontrado como si fuera un beduino que busca agua en el desierto,
ResponderEliminarHice la mili en el mal llamado Sahara Español, en tropas Nómadas, en camello, fui de los últimos en salir de allí. Me ha gustado tu entrada y al leerla, como siempre, recordar vivencias.
No se si estaremos de acuerdo en que el mal del hombre radica en si mismo, y principalmente e su cultura. Que diferencia de visión general de la situación vista desde fuera a vivirla de cerca entre saharauis; cuando no hay cosas materiales que repartir, te das cuenta de que somos todos iguales. Bueno nadamás,me gusta tu exposición estamos de acuerdo y espero seguir haciendo comentarios en este largo viaje que es la vida. Saludos cordiales Clubdels100ipico.blogspot.com
Tony, cómo me alegro de encontrar a un auténtico testigo de aquella sinrazón. Te añado a dos amigos más a los que ocurrió lo mismo que a ti. Mariano, que ha hecho dos comentarios sobre este tema y es un gran amigo, ha estado en los campamentos saharauis en varias ocasiones y ha escrito varios libros de sus experiencias. Me alegro de no haberme de la situación de desamparo en la que quedaron los saharauis. Nos leeremos.
EliminarUn Gran saludo, Tony.
Querida Gatita Coquetuela, poder alcanzar el refugio de las sensaciones que con tiento y muy calladas buscan emociones, ya es una tentación irrespetuosa y ambiciosa. Tus versos son las flores que perfuman, en cada instante, mi solitaria cabaña. Tengo unas azucenas en un alto jarrón que embriagan por donde quiera que camino. Siempre que las huelo pienso en tus hermosos versos y en tu ternura apasionada por la belleza. Gracias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida María Del Carmen.