sábado, 14 de enero de 2012

CUMPLEAÑOS

LA NOVELA MÁS CORTA DE TODAS

Antonio Campillo Ruiz

El cumpleaños, Chagall

LA NOVELA MÁS CORTA DE TODAS

   Al principio, ella pensaba que podría matarlo en tres días.
   Y casi lo logró. El corazón de él casi no pudo soportar los elogios de ella.
   Luego pensó que le llevaría tres semanas.
   Pero él sobrevivió.
   Entonces ella revisó sus cálculos y se fijó un plazo de tres meses.
   Al cabo de tres años, él seguía con vida. Por lo tanto se casaron.
   Hace ya treinta años que están casados. La gente habla de ellos calurosamente. Se los conoce como el mejor matrimonio de la ciudad.
   Lo único malo es que los hijos se les mueren.
 Norman Mailer

PUBLICACIÓN PROGRAMADA.

12 comentarios:

  1. Gracias, Antonio, no lo conocía y me parece magistral. Lo tiene todo, en su sitio y en la justa medida.
    Un abrazo.

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  2. Como dice Torcuato, es un micro magistral. Gracias por traernos a Mailer y su Cumpleaños. Un fuerte abrazo.

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  3. Maravilloso cuadro el de Marc Chagall: gráfica y bella metáfora de lo que es sentirse enamorado. Si me lo permites, te dejo un enlace a una entrada excelente que hizo sobre este cuadro una compañera bloguera que realiza magníficas descripciones y críticas artísticas:

    http://lacalarealidadyficcion.blogspot.com/2011/11/besos-con-arte-ii-chagall.html

    Por otro lado, el relato de Norman Mailer me ha suscitado cierta inquietud, mucha.

    Un fuerte abrazo, Antonio.

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  4. Magnífico e inquietante relato, amigo Antonio. El cuadro, como todos los que aquí ponéis, van a mi saco de las adoraciones.

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  5. La técnica del microrrelato es un arcano para mí. En este me parece que el número tres es el eje.

    El cuadro de Chagal, excelente, como todos los suyos.

    Un saludo

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  6. Qué bueno el micro de Norman Mailer... Ay, pero ese final que implica que ellos subsisten y los hijos no, no sé si es una broma o un mensaje velado a que no cabe el amor con descendencia, ¡a saber!
    El cuadro de Chagall le va de maravilla.
    Un beso, querido Antonio.

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  7. Así creo que es, Torcuato. No se puede ni quitar ni añadir nada. Acaso, podríamos hablar de interpretaciones subjetivas pero no de su perfecta armonía.
    Me alegro que te agrade, amigo.

    Un fuerte abrazo, Torcuato.

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  8. Es una alegría que te haya gustado este cuento de Mailer, María. Su cumpleaños es perfecto y muy especial.

    Un fuerte abrazo, María.

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  9. Tanto el cuadro de Chagall como el cuento de Mailer creo que se complementan. Son tan inquietantes uno como el otro. Me agrada que tu inquietud sea doble, relato y pintura.
    Tu amiga Eva realiza un análisis pictórico e interpretativo muy bueno. Es necesario leerlo. En este caso, Marisa, estoy de su parte en la interpretación del mueble hacia el que se dirigen los pies del hombre. ¿Puede tratarse de un apartamento en el que las frutas, cocina, se presenten a la vista del habitáculo completo?

    Un fuerte abrazo, Marisa.

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  10. Estoy convencido, Enrique, que pronto tendremos un nuevo crítico en arte pictórico en tu maravillosa ciudad.
    Como decía a Marisa, me pareció tan inquietante el relato que tuve que buscar un cuadro que, como él, inquietase por su compleja estructura figurativa. Analizando un poco la simbología del la novela, lo que se asemeja a un cumpleaños, tres días, tres semanas, tres meses…, traté de relacionarla con un cuadro, … un cuadro…¡veamos!... Y…, ¡de pronto el alemán salió de mi cabeza y recordé: “El cumpleaños” de Chagall! ¡Inquietud doble!

    Un fuerte abrazo, Enrique.

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  11. Eso me pareció a mi, Rosa. Días, semanas, meses. …. años. El tiempo se encuentra bajo el designio del magnífico o fatídico, número tres.
    En el cuadro no es tan acusado, pero el taburete posee tres patas y la supuesta mesa/cama tiene bordados tres medallones e incluso, parece que se le vislumbran tres patas.
    Me congratulé de esta maravillosa, aunque muy diferente, coincidencia. El tres sigue poseyendo virtudes para unos y es aciago para otros.

    Un fuerte abrazo, Rosa.

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  12. Es un poco dura tu duda sobre la pervivencia de padres a hijos. Estoy de acuerdo contigo en que lo normal es justo lo contrario.
    Creo que la última línea de la novela es tan atípica que posiblemente pretenda desentrañar que el amor impuesto, el admitido pero no sentido, el adquirido con el tiempo porque no existe otro, no debe ser el amor que los hijos deben conocer de sus padres.
    Aquella famosa y longeva frase “…el amor ya vendrá con el tiempo…” en los ridículos casamientos por intereses, debe desaparecer de entre los seres humanos.

    Un fuerte abrazo, querida Isabel.

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