UNA GUERRA LLAMADA IMPERIALISMO
Antonio
Campillo Ruiz
Acorazado Maine
Al
redactar y lograr que se aprobase una enmienda a la resolución de guerra contra
España, que el presidente William McKinley presentó en un discurso ante el
Senado el 11 de Abril de 1898, el senador por el estado de Colorado, EEUU, Henry M. Teller, expresaba que EEUU no quería ejercer la
soberanía, el poder, ni la jurisdicción sobre Cuba, sino lograr su
pacificación y, una vez conseguida, dejar el control y el Gobierno de la isla al pueblo cubano, consiguiendo que su aparente gesto altruista tuviese una gran importancia futura. El presidente William McKinley, republicano, hacía poco
tiempo que había ganado las elecciones presidenciales al demócrata Grover
Cleveland.
Senador Henry M. Teller
Años antes, a un
acorazado de segunda clase, el Maine,
que nació obsoleto el mismo día de su botadura, el 18 de noviembre de 1889 (ni
siquiera sus cuatro pobres cañones de 25 cm. podían disparar hacia las bandas
de babor ni estribor y debía mantener unos cañones adicionales), se le ordenó proteger los intereses de EEUU en La Habana
el 25 de enero de 1898, cuando Cuba se rebeló contra el dominio colonial de
España. Este destino fue el más cercano que tuvo el Maine, símbolo del poderío norteamericano, durante la guerra porque
a las 21h 40 m. del día 15 de febrero de 1898 la explosión de más de cinco
toneladas de explosivos destruyeron totalmente 30 metros de la proa del barco,
hundiéndose, casi instantáneamente, el resto. De los 374 oficiales y tripulación
del Maine, que se encontraban en sus
lugares de descanso, murieron 274 marinos, casi todos tripulantes puesto que
tenían sus camarotes en la zona de proa. Los oficiales sufrieron menos bajas
puesto que sus camarotes se encontraban en la zona de popa.
El acorazado Maine hundido
Presidente Grover Cleveland
Presidente William McKinley
El último discurso
del presidente Cleveland dio paso a otro, del presidente McKinley, más
controvertido y azuzado por publicaciones que, aunque ya se difundían desde
hacía meses, ahora eran más exaltadas. Los grandes de la información periodística,
“New York Journal” publicado por William
Randolph Hearst y “New York Word” de
Joseph Pulitzer, se encargaron de minar y desprestigiar con falsas noticias a
España, sin tener en cuenta si la colonización de Cuba, a pesar de las
escaramuzas entre españoles y cubanos, se encontraba en proceso de solución: “Al infierno con “la justicia y el honor” de
España” decía uno de los titulares de un periódico de Hearst en 1898.
William Randolph Hearst
Joseph Pulitzer
Uno de los motivos
que arguyeron estos periodistas de pacotilla amarilla fue la explosión del Maine: a primeros de Marzo, un tribunal
de investigación concluyó, inexplicablemente, que el suceso se había debido a la explosión de una
mina. Investigaciones posteriores demostraron que la causa de la explosión del Maine fue la combustión espontánea de las
municiones del barco. A pesar de todo, se siguió declarando que España no
“había protegido” adecuadamente al acorazado.
En cualquier caso,
y sin tener en cuenta motivaciones preexistentes, el periodista Albert Shaw
escribió en abril de 1898: “Al margen de
quién sea el responsable del incidente del Maine, resulta obviamente cierto que
la gran mayoría del pueblo estadounidense espera que el presidente McKinley
aproveche la ocasión para asegurar la completa pacificación y la independencia
de Cuba. Hay muy pocas personas –no más de un centenar en una población de 75
millones– que crean que Estado Unidos deban unir sus esfuerzos a los de España
para obligar a los insurgentes a que entreguen las armas y acepten la soberanía
de España como una condición permanente pero respetando su idiosincrasia. No se
debe olvidar que –en opinión de los estadounidenses– semejante proposición
rayaba la insolencia y la infamia… El pueblo estadounidense no pretende ayudar
a España para que conserve Cuba. Por el contrario, está dispuesto a ayudar –de
una forma u otra– a los cubanos a expulsar a los españoles del hemisferio
occidental. Si no aprovechamos la ocasión y la dejamos pasar permitiendo que
los cubanos mantengan una lucha indefinida, el pueblo americano habrá perdido
muchos puntos en lo que se refiere al amor propio y, por supuesto, no habremos
hecho nada bueno en opinión de la humanidad.”
España había
concedido a McKinley todo lo solicitado por vía diplomática y la
descolonización era un hecho. A pesar de ello, el 20 de abril de 1898 el “Lousville Courier-Journal” publicó un
artículo, escrito por Henry Watterson, titulado “El derecho de demostrar nuestro poderío” (léase para establecer la
“iluminación” de tal personaje). Esta era la cuestión: ¡se debía demostrar el
poderío de EEUU! La guerra de Estado Unidos contra España fue votada y aceptada en el Congreso de Estados Unidos el 20 de abril de 1898, empezó el 10
de junio de 1898 y acabó en Puerto Rico y Filipinas el 12 de agosto de 1898
mediante un protocolo y posterior tratado, firmado el 10 de diciembre de 1898,
denominado “Tratado de París”, en el
que, si bien se respetó la enmienda de Teller, como no aludía a Puerto Rico (actual estado asociado), Guan, ni a Filipinas, EEUU se apoderó de todos estos territorios tras un terrible debate en el Senado sobre
el "Tratado de París". Los defensores del mismo afirmaban que era un deber de
EEUU servir al mundo como representantes de la civilización cristiana y los
opositores tachaban a Estados Unidos de imperialista. Finalmente se aprobó por
57 votos a favor y 27 en contra: un voto más de los necesarios para obtener la
mayoría de dos tercios.
Firma del Tratado de París
Posteriormente,
Cuba fue el paraíso de paniaguados golpistas y el vertedero de los
estadounidenses hasta que la Revolución llevada a cabo por Fidel Castro cortó
en seco su irresistible colonialismo capitalista, quedando a merced de un
embargo que dura cincuenta años. La alineación del gobierno cubano con
regímenes contrarios a los intereses de EEUU provocó no pocos problemas en
“esa zona del hemisferio occidental” y en el mundo entero. En la actualidad se
encuentra en un lento proceso de democratización pero luchando siempre contra
el imperialismo de cualquier signo.
La guerra declarada
por Estados Unidos de América contra España fue la primera de las guerras activada,
gestionada y provocada, fuera del territorio estadounidense y justificada por
el sentir imperialista que se ha convertido en una peculiaridad de la política
exterior y del “sueño americano” de EEUU. Y… ¡hasta hoy!
Según mis cuentas, desde el final de la II Guerra Mundial, más o menos cada doce-quince años, EEUU organiza o participa en un conflicto bélico fuera de sus fronteras. Me temo que el próximo se está cociendo en estos momentos. Quizá la verdadera explicación a todo esto (como sugiere la tesis de la película JFK) sea la potencia invencible de la industria armamentística.
ResponderEliminarHe conocido tu blog accidentalmente.
ResponderEliminarSoy un novato pues comencé el 9-4. Me ha fascinado la variedad y calidad de cuanto publicas. Felicidades, maestro.
Cada vez, ya que la información es extensa, y el lector tiene la alegría de viajar en el tiempo y la historia. Se dice que la gente ha aprendido que en la historia han aprendido nada y creer en esta idea. Sobre todo ahora, cuando está preparando otra guerra en el Medio Oriente. Es inevitable. Intereses económicos dicen que la palabra, la lucha por la supremacía sobre cadáveres, pisotea las pérdidas colaterales son inevitables. En la política, la lucha es feroz, y a puertas cerradas no son decisiones más ventajosas que una minoría.
ResponderEliminarGracias por este artículo, el Sr. Ruiz. Con respeto. Un hermoso día!
Que gustazo este paseo por una historia no tan lejana. No pude evitar al final pensar en la connnivencia que tuvieron con Batista para lograr hacer de Cuba el cabaret de EEUU. Me vino a la mente la imagen tantas veces imaginada y vista en el cine, como no, de la huida en la madrugada de un año nuevo.
ResponderEliminarMe pregunto hasta cuando seguirán haciendo gala de su imperialismo, ahora que el gigante asiático ha despertado y con el mundo árabe a por todas..
Un abrazo y feliz fin de semana
Seu blog é um deleite... respira cultura sobre todos os assuntos... e temas... incrível!!!!
ResponderEliminarAprendo demasiado aqui, especialmente pelo lado histórico...
Quanto à potência invencível, EUA... penso que são usadas armas de todos os níveis, mas pouco se tem usado os neurônios.
Bom fim de semana, querido.
Beijo carinhoso.
Lo dicho, amigo Antonio, de todo. Hoy toca clase de historia. Gracias amigo y, ah, el vídeo = 10
ResponderEliminarSiempre USA distinguiéndose por meterse en los conflictos de otros, no es fácil.
ResponderEliminarQue joya de artículo nos has regalado, tan bien documentado como todo lo que nos brindas y me ha gustado sobremanera las imagenes que nos trajiste.
¡Gracias! y un beso.
Como siempre un placer venir aquí, muchísimas gracias por dedicarle tiempo a hacer algo que a los demás nos aporta, nos enseña y abre nuestras cabezas.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por visitar mi blog. Vengo a devolverte la visita y ha sido un placer para mí encontrarme con la excelente calidad de tus páginas. Hoy es la primera visita pero no la última pues hay en tu blog mucha materia interesante para la lectura.
ResponderEliminarRespecto al tema de este post, el último párrafo resume muy bien la realidad de la presencia norteamericana en los diversos conflictos de otros países. Es ir de "salvador" para luego pasarse a "ocupador".
Era normal que los imperialismos y colonialismos se acabasen en todo el mundo, pero lamento que el final de nuestra presencia en los países americanos haya supuesto enfrentamientos y la pérdida de tantas vidas. Durante mi infancia, y en las tertulias familiares estaban presentes los recuerdos de mi bisabuelo que participó, como marino, en la Guerra de Cuba, aunque él volvió ileso.
Excelente tu post y cuidadosamente documentado. ¡Gracias!
Una "cuenta" muy buena, Amando. Estoy de acuerdo contigo en lo periódicas de las intervenciones americanas para "salvar patrias" de otros. Y, como dices, siempre es fuera de sus fronteras, en los lugares más insospechados de forma inmediata pero muy seleccionados cuando pensamos serenamente.
ResponderEliminarLa Película JFK es un ejemplo de denuncia que jamás sabremos: el proyectil mágico con omnipresenciaque en tres lugares diferentes. Pero, efectivamente, JFK, no seleccionada su fotografía por otra causa, debe recordar siempre la tesis que recuerdas, Amando, de la inmensa industria armamentística del gendarme mundial.
Cuba, desafortunadamente, fue la primera guerra que inició este camino.
Un fuerte abrazo para Mirian y para ti, Amando.
Marcos, ya te he dicho que de novato nada de nada. Tus artículos son muy ricos y muy cuidados.
ResponderEliminarAcabo de llegar de tu blog y me ha encantado el último que has publicado. Además, he conocido a Chela, una encantadora y sabia mujer.
Me sonrojas con tu felicitación pero estoy de acuerdo contigo en la variedad de temas que trato. No me acostumbro a no dejar ningún aspecto del saber sin conocer. Es una manía.
Un fuerte abrazo, amigo Marcos.
Es muy importante la secuencia de la película que adjunto a la publicación, Cristian. Cuanto siento no tenerla en polaco. Pero se establece en ella el famoso "quítate tú que me pongo yo", algo natural en el espíritu imperialista de EEUU.
ResponderEliminarPor otro lado los intereses económicos y la rapiña son los factores que dirigen las operaciones de "liberación" nacionales: Corea, Vietnam, Irak...
Es posible que en este momento en el mundo árabe se estén dando las condiciones para eliminar parte del material de guerra anticuado y sustituirlo por otro nuevo.
Así la economía resurgiría como el ave fénix.
Un abrazo, amigo Cristian.
Así es, querida Pilar. En "El padrino II", las escenas en Cuba son excelentes. Precisas, parcas en imágenes pero de una efectividad fílmica impresionante.
ResponderEliminarCuba fue la colonia de EEUU bajo la apariencia de pseudodemocracia o golpes de estado. Allí se hacía lo que se representa en la película: las multinacionales de cualquier signo mandaban.
Vivimos un momento histórico muy peligroso, Pilar. No hacemos demasiado caso a las terribles consecuencias de los fundamentalismos agresivos.
No pensamos que gran parte de los maltratados y esclavos fundamentalistas no tienen nada que perder y por ello son más peligrosos que cualquier otro ser.
No se frenan ni la rapiña, ni la especulación, ni la mala gestión empresarial o política.
El gigante asiático es cada vez más poderoso y el mundo islámico cada día más imprevisible.
Creo que occidente debe cambiar de medio a medio su política exterior, sin huidas, sin miedos, sin salvarse quién pueda, característica muy utilizada por EEUU. Serenamente, con diálogo con todos, con medios de subsistencia para todos, cambiando hábitos obsoletos y, por supuesto sin sangre.
Un fuerte abrazo, querida Pilar.
Cuanto me alegro de la importancia que le das al saber, querida Teca.
ResponderEliminarPienso que sea cual sea el tema a tratar siempre aprendemos y compartimos el saber. La poesía, la prosa, la ciencia, la naturaleza, el arte... son aspectos tan importantes para la paz mental del ser humano que no solazarse con ellos es como desperdiciar un tiempo que jamás volverá.
A todo ello hay que añadir lo más importante entre los humanos: sus relaciones y comunicación. Comunicarnos con otras personas, aprender de su forma de comprender la vida, relacionarnos y disfrutar de los pequeños placeres de una conversación, una discusión, un debate... Por fortuna nos podemos comunicar por medio de las nuevas tecnologías a pesar de la distanca que nos separa.
Un fuerte abrazo, querida Teca.
Enrique, amigo, soy c... de mal asiento y doy saltos de aca para allá.
ResponderEliminarPrecisamente, que la primera declaración de guerra imperialista de EEUU fuese a España siempre ha llamado mi atención.
He obviado cuestiones políticas de primera por el bien de la brevedad que, como aprecias, nunca me sale...
Un gran abrazo, amigo Enrique.
Me alegro mucho, Sara, por el interés que muestras por hechos que son tan cercanos a tu país.
ResponderEliminarY, desde luego, soportamos a un vigilante mundial que es irritante y desproporcionado con las tropelías que comete.
En cuanto a las imágenes, siempre procuro que la documentación fotográfica, tanto estática como dinámica, sea fiel a lo escrito.
Un fuerte abrazo, querida Sara.
Amiga Chela, es un placer verte en estas páginas. Esta tarde he visitado tu blog y creo que hace unos días dejé otro comentario en una de tus publicaciones. Bienvenida y gracias por sonrojarme con tus palabras.
ResponderEliminarPues estamos casi a la par: mi abuelo materno también estuvo en la guerra de Cuba. También volvió ileso pero famélico, como casi todos.
Lo peor, Chela, es, como dices, la gran cantidad de víctimas que ha supuesto tanto colonialismo y tantas guerras injustas. La reciente de Irak, además, ha sido ultrajante para la inteligencia de los habitantes de este planeta.
Tu blog me ha parecido tan interesante como el de Marcos. Por mi parte te visitaré con frecuencia.
Encantado.
Un abrazo, Chela.
Querida amiga Eva, digamos que todos aportamos materiales beneficiosos para todos los amigos que nos leen. He estado esta tarde en tu blog y me ha encantado, como siempre que repaso algo atrasado de él.
ResponderEliminarMe ha encantado tu comentario y te lo agradezco mucho pero no me sonrojes... Siempre procuraré aprender disfrutando.
Un fuerte abrazo, querida Eva.
Siempre es agradable leer tu blog, Antonio, pero quizá hoy más, porque me gusta la Historia y más la contemporánea. Y es curioso que la Historia no sirva para lo que debería, que es aprender de los errores para no volver a cometerlos. Un fuerte abrazo
ResponderEliminar¡Cómo se descubre que te gusta la historia, Mabel! Sólo quien está un poco decepcionado de los reiterados tropiezos en la misma piedra, expresa los errores humanos que nos conducen por caminos equivocados desde que el hombre se creyó en posesión de lo que no es suyo: la Naturaleza y la mente de los demás.
ResponderEliminarLa historia contemporánea precisamente, es el período en el que se han cometido más errores al usurpar, esclavizar, guerrear, etc., etc., contra todos y sólo para unos pocos.
Un fuerte abrazo, querida Mabel.