lunes, 3 de diciembre de 2012

PARTIDA SIN RETORNO

UNA VIDA DE DUDAS

Antonio Campillo Ruiz


Y partió para hacerlo. Su temeridad era muy superior a los consejos. Para otros, también su terquedad. Pero, supuestamente, lo hizo y su logro fue un ejemplo para todos los habitantes del pueblo. Desde que los viejos eran niños, fue el tema de conversación de todo tipo de tertulias. Quienes eran más osados  llevaban la voz cantante hablando y hablando de los diferentes modos y formas de alcanzar lo que inquietaba a todos. Aquellos que vivían más cómodamente y se encontraban felices por diversos motivos quedaban pensativos sin decir nada y se limitaban a escuchar.  Las mujeres eran más osadas. Sus largas diatribas acerca de la temeridad, la valentía y el coraje, las iba excitando poco a poco hasta que alguna resbalaba por la pendiente de las confidencias explicando sueños que juraba como ciertos aún siendo ilusiones que no se atrevían a explicar ni siquiera a sus novios ni maridos.
Los domingos, tras la comida, los mozos trataban de simular haber hecho lo que probablemente se hizo en su día. No era fácil y sí frecuente que se acabase en acaloradas discusiones sobre pequeños aspectos que, si bien eran diferentes, no podían ser contrastados. Las chicas lo soportaban de mal humor. Las dejaban solas durante parte de la tarde  y las buscaban cuando la poca luz de las pequeñas farolas ofrecía oportunidades que no eran bien recibidas en plena tarde.
El día que llegó el forastero fue una fiesta. Nadie creía que pudiese llegar otra persona porque ellos desde el día del hecho jamás habían salido de los límites invisibles de su demarcación. Reunido el consejo asesor de hombres ilustres, decidieron preguntarle si conocía el suceso que se produjo aquel día. Sentado cómodamente, el forastero oyó con interés la petición y tras un  tiempo de reflexión explicó que maduraría su decisión. Acordaron que el día siguiente daría una contestación.
Los pequeños corrillos de hombres y mujeres se encontraban tan cerca unos de otros que se podían oír entre ellos y formaban un irregular semicírculo que partía y terminaba en el lugar de la reunión. El forastero salió a la calle con cara preocupada y las manos en los bolsillos, se dirigió despacio al lugar de encuentro, entró cortando el inmenso silencio de las gentes y, dirigiéndose al portavoz del día anterior, dijo con solemnidad: “Sí, lo hizo”.

 Antonio Campillo Ruiz

24 comentarios:

  1. Tremendo, amigo Antonio. ¿Qué, Quien lo hizo, por qué y cuando?, son preguntas sin respuesta, es casi como lo que vivimos ahora.
    Yo no quisiera ser el forastero, pero, seguramente, tampoco me gustaría vivir en ese pueblo.

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    1. Amigo Enrique, pues algo que preocupa mucho a los habitantes de un pueblo poco resolutivo.
      Quien sin diferenciación de sexo, raza, ni especial tendencia social, tuvo la resolución de tratar de hacer lo que a todos inquietaba. Supongo que alguien normal, tan normal como todos aquellos que pudieron hacerlo pero confiaron únicamente en su trabajo.
      Cuando ya era insoportable la duda que poseían.
      Probablemente, el forastero aclaró poco con su respuesta, no, yo tampoco quisiera tener el encargo de ser tan parco en la explicación. Como tú, Enrique tampoco querría vivir en este pueblo que espera eternamente una solución a un problema que se ha transformado en el eje de sus vidas.

      Un fuerte abrazo, amigo Enrique.

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  2. Pos menos mal, Antonio, mientras iba leyendo me iba preocupando, pero al final, lo he visto todo claro. Por suerte, lo hizo. Se me ha quitado un peso de encima!

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    1. Sí, Mariano, saber qué ha sucedido es como descargar u gran peso. La cuestión es que quizás quien lo hizo ha cargado sólo con esta carga.

      Un abrazo, Mariano.

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  3. Impresionante tu relato Antonio, como nos tienes acostumbrados. Un abrazo, Lou

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    1. Gracias Luo, no me sonrojes. Solamente es un poco tenso. Me agrada mucho que te haya gustado.

      Un fuerte abrazo, querida Lou.

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  4. no cabe duda, eres un maestro del suspenso, es muy buen relato donde se dice y calla todo, y al final tenemos la certeza del hecho, aun sin conocerlo,,,saludos.

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    1. ¡Qué más quisiera yo, “Parece que fue ayer”! Sois vosotros, los lectores, quienes configuráis lo sugerido, el hecho realizado, cuándo se produjo y posiblemente, hasta qué consecuencias tuvo. Yo soy el amanuense que recibe el mensaje y lo transcribirlo.

      Un gran saludo, “PARECE QUE GUE AYER”.

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  5. Cuando oídos y ojos tienen demarcaciones tan limitadas como las sombras de esa caverna platónica, es lógico que se crean juicios y valoraciones de forasteros que han estado fuera de esa caverna.

    Tu fotografía es preciosa, Antonio.
    Un fuerte abrazo.

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    1. ¡TOUCHÉ, querida Marisa! No lo dudaba ni un instante. Siempre es complejo realizar una fotografía disparando hacia la luz sin ningún tipo de filtro ni efecto especial. Agradecido por tu opinión. Hablamos.

      Un fuerte abrazo, querida Marisa.

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  6. La foto preciosa, el relato de los tuyos impecable, pero no me gustaría vivir allí.
    Besitos y muchos

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    1. Gracias, Inma. Sí a mi probablemente me ocurriría lo mismo. La vida en este pueblo parece que produce una sensación de conformismo inoportuno y realidad reiterada.

      Un fuerte abrazo, querida Inma.

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  7. Nos quedamos en el punto de salida jajaja,qué travieso eres eh!
    Me imagino que el forastero era el que partió de ahí su seguridad al afirmarlo. No sé todo es posible en esta historia también trazada.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Efectivamente, querida Ohma, las travesuras me encantan.
      Todo es posible. Tu solución al problema es muy ingeniosa y pragmática. Es cierto, ¿cómo podría afirmar con tal entereza la respuesta si no estuviese totalmente seguro de ella? Ingeniosa y sagaz…

      Un fuerte abrazo, querida Ohma.

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  8. Una historia como una pescadilla que se muerde la cola, circular, que se inicia y acaba en lo que ha de hacerse y que, al final, se concluye. Hasta esa conclusión, todo es misterio sobre "eso" que ha de hacerse y de lo que los mozos comentan y presumen de haberlo hecho. Que la imaginación del lector determine qué es.
    Un abrazo, querido Antonio.

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    1. Exacto, Isabel, si el lector interpreta y crea su propia solución, es posible que pueda completar la historia, continuarla, explicarla, o determinar diferentes soluciones al hecho acaecido.

      Un fuerte abrazo, querida Isabel.

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  9. Buenas tardes, Sr. Ruiz! Estoy convencido de que cualquier parte del enfoque. Positiva o negativa. ¿Porque-eh? -todo lo relacionado con la percepción de los demás. Personas son subjetivas. Cada vez. La salida es a menudo una recuperación. Un sistema de recuperación de un auto a una etapa superior de vida o un sueño. creo que es muy importante cuando usted decide ir a hacer algo. Para conseguir algo. Evolucionando, como último recurso.
    He leído con gran placer este texto, esta parábola. Yo asi he visto. Con respeto.

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    1. Me parece perfecto, amigo Cristian. La subjetividad de las persona hace que crean en diferentes soluciones en diferentes momentos. Esa recuperación a la que te refieres y que conduce a una etapa superior, a un sueño o a una transformación evolutiva, es precisamente lo que espera todo el pueblo: un hito histórico que cambie su estado evolutivo, su permisividad, su desamparo. Saber que se ha conseguido es un alivio y una satisfacción.
      Ciertamente es una parábola, amigo Cristian. Una ficción que puede crear un ejemplo a seguir si los acontecimientos lo requieren.
      Tu comentario es exquisito, Cristian.

      Un gran abrazo, amigo Cristian.

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  10. Llego y partió ese forastero , que dejo en vilo a todo un pueblo ante una misteriosa respuesta.
    Escribes con una intriga bien expuesta y de alta densidad !!. Expones y depositas en esa personalidad un atractivo sugerente y lo haces delicadamente, tanto que lo define y sin duda alguna.

    Un abrazo enorme, querido amigo.

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    1. Ya has continuado el relato, querida ËMy£iâ. Perfecto. Este era un objetivo dirigido hacia el lector: su explicación, su continuación. Suponemos que si han quedado en vilo algo bulle en su interior y su comportamiento será diferente desde este momento. Esa es otra consecuencia de la esperada noticia.
      Creo que sí, que la persona que ha suscitado la historia merece un respeto más allá de la permisividad de sus conciudadanos. Merece, como dices, considerarlo como un ser capaz de entender lo que no es fácil para otros, delicado y osado.
      Me ha encantado tu comentario.

      Un fuerte abrazo, querida ËMy£iâ.

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  11. Un relato extraordinario. con un final excelente. Gracias y besos

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    1. Me alegro mucho, Alicia. Como te ha gustado, estoy seguro que cuando lo recuerdes tratarás de iniciar tu propio relato. Esto sería el verdadero éxito del mismo.

      Un fuerte abrazo, querida Alicia.

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    2. Mi propio relato... Tengo algunos relatos cortos, pero aun me queda mucho por aprender. Abrazos antonio

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    3. Sí, Alicia, ¿por qué no? Vuelve a leerlos, quita un poco de aquí, añade otra pizca allá, pule, retoca, suaviza, fortalece, sueña... ¡Surgirá! Verás como va apareciendo, con lentitud pero aparecerá.

      Un fuerte abrazo, querida Alicia.

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