PENSAMIENTOS II: LA OTREDAD
Antonio
Campillo Ruiz
Michael Taylor
La imaginación
es más importante
que el conocimiento.
Albert Einstein
La Ciencia admite
que la llamada realidad es una creación de nuestra mente, un mundo holográfico
que proyectamos desde dentro de nuestro ser. Una realidad nacida de cada orden
que expresamos y que el Universo ejecuta para nosotros incluso cuando no somos
conscientes de ello.
Michael Taylor
Muchos dicen que el
mundo se cambia, empezando por uno mismo, a través de la meditación y de cuanto
se relaciona con el espíritu. Otros, en cambio, creen que los buenos
sentimientos no valen para nada si uno no sale a la calle y cambia el mundo
con hechos. Nos han enfrentado siempre desde la dualidad haciéndonos percibir y
sentir la separación desde la agresión. Aunque nos pese, para eso sirve lo que
llamamos deporte: lejos de usarse como medio de salud, se ha montado un circo
que nos mantiene distraídos y nos acostumbra a competir. En la vida diaria ese
circo parece ocupar el tiempo libre que nos deja la esclavitud laboral. Nos han
programado desde niños en el enfrentamiento, en ganar a otros, en el hecho de
que siempre debe existir un ganador y un perdedor. Si no quieres perder tu vida
y felicidad, ineludiblemente debes machacar al otro, al contrario, al rival.
Michael Taylor
Vivimos en un mundo
de mentira, en un paradigma absurdo, y está en nuestra mano cambiarlo. Para
ello debemos despertar y soltar lastre, ser conscientes y actuar coherentemente
fuera de nosotros, dejar de sentirse separado y enfrentado. No es necesario que
todos pensemos lo mismo; no somos máquinas aunque quieran hacernos homogéneos.
Somos distintos y cada uno puede lucir desde donde sólo él sea capaz de brillar.
Pero sí podemos unirnos desde nuestro raciocinio, allí donde no somos
manipulables, donde escuchamos nuestra propia voz, donde la guerra de sexos, la
guerra de razas, culturas, o la guerra en cualquier otro sentido, no existe.
Esa guerra que hemos permitido creernos y nos mantiene enfrentados desde fuera hacia
lo que sentimos en nuestro interior. Si cambiamos dentro, es nuestro deber
actuar fuera en coherencia con una recuperación de la memoria, porque cambiar
dentro es recuperar la soberanía de uno mismo. Desde nuestro interior
sentiremos la fuerza, la sabiduría, el poder y la ausencia de miedos, que nos
impulsarán a ser libres. Si cada uno de nosotros realiza con frecuencia esta
pequeña reflexión, es posible que la matriz, la creadora de este estado en el
que nos encontramos, muera y deje un mundo diferente en el que podamos vivir en
paz.
Michael Taylor
Me parece que estamos en continuos cambios por dentro,otra cosa es tener el valor de exteriorizarlos. Pero yo también pienso que es bueno abrirse a otros e intercambiar pensamientos respetándonos aunque opinemos muy diferentes.
ResponderEliminarY si nos enfrentamos que sea mediante la palabra.
Un fuerte abrazo, Antonio.
Tu razonamiento, Ohma, es racional. No todas las personas piensan así. Creo que no resulta difícil exteriorizar los cambios que mejorarían notablemente la sociedad, la cuestión es que no nos dejan hacerlo. Si hubiese voluntad humana para tratar de conseguir una mejora muy sustancial en la sociedad, pasando de ideologías preformadas, las cosas serían de otra forma.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Ohma.
Cambiar dentro, si, me has hecho razonar, amigo Campillo.
ResponderEliminarBravo, amigo, bravo.
Creo, Enrique, como tú, que el trato cordial con todos, el vivir conscientemente el día a día con serenidad y compartimentando perfectamente hechos y posibles soluciones, puede ser un camino de mejora interior que saldrá de nosotros hacia el exterior.
EliminarUn gran abrazo, amigo Enrique.
Es difícil amigo que podamos cambiar algo. Soy pesimista y cada vez más cuanto más viejo me hago. El mundo se ha vuelto terriblemente competitivo y hasta nuestros hijos cuando salen ha hacer deporte, como tu bien insinúas, parece que van a la guerra. Vale todo con tal de medrar. Es la filosofía que venimos arrastrando desde hace años y aumenta como una bola de nieve.
ResponderEliminarEn cualquier caso, artículos como el tuyo convocan a la paz y al raciocinio o por lo menos invitan a mejorar nuestra salud mental. Gracias por tu esfuerzo. Un abrazo.
Es cierto, elpresley, es cierto. La competitividad deshace los caminos que elegimos para llevar a cabo nuestra profesión personal y nuestro trabajo en la sociedad. Por ello, una meditación serena en la que quepan todos es imprescindible. No podemos consentir que unos pocos dirijan y quemen el trabajo de muchos. Debe ser un clamor generalizado el que surja de un razonamiento elemental.
EliminarUn abrazo, amigo elpresley.
hemos hecho un absurdo del mundo, lo que ya no tengo tan claro es que esté en nuestras manos cambierlo, Antonio. Ojala tengas razón. Un abrazo.
ResponderEliminarMariano, Tomás Moro, sin ser santo de mi devoción, fue capaz de mantener y explicar racionalmente su enfrentamiento con el brutal Enrique VIII. Su “Utopía”, ¿por qué no se puede hacer realidad? Claro, porque es una utopía. Elemental. ¿Siempre debe existir el dominador y el dominado? ¿Quién lo defiende? Pues para mí es una doctrina perversa en sí misma: la defienden sólo los poderosos. Sus fáciles caminos y enseñanzas nos llevan justo donde nos encontramos en este momento. ¿Queremos más?
EliminarUn abrazo, Mariano.
Creo que lo primero es el convencimiento interior de nuestra necesidad de cambiar para mejorar, y una vez en ese proceso trasladarlo a todos nuestro entorno empezando por los mas próximos, e intentar ser demócratas de verdad y por tanto tolerantes con las formas de ver las cosas por los demás, no hay que convencer ni cortar cabezas, hay que ver lo positivo de cada punto de vista, y con ello mejorar todo lo que nos perturba el futuro, la sociedad.
ResponderEliminarCreo, Marcos, que es la perfecta interpretación de mis palabras. De esto se trata: convencer no es razonar. Razonar desde todos los puntos de vista, como una inmensa colonia de termitas exige dejar de lado atributos que pueden ser únicos para fomentar el diálogo general, con todos, por todos, para todos. Esta es la deficiencia de una sociedad que está amparada en la competitividad brutal y el enfrentamiento por ideas que se descubren como inoperantes y falsas.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Marcos.
¿Cómo podríamos establecer un punto central de verdad? en qué y en quién creer, si hasta nos mentimos a nosotros mismos. Una vida no alcanza para perfeccionarnos internamente y a la vez actuar para hacer los cambios. De verdad que es un tema demasiado complejo, pudiendo ser simple. La mente es un infinito laberinto...
ResponderEliminarUf! qué tema tan... para reflexionar muy a fondo.
Abrazo, mi amigo. Me voy a pensar!
p.d. El hiperrealismo nos hace sentir como que los que estamos pintados somos los que lo contemplamos... ¿no?, jajaja.
Querida amiga Sara, lo que planteas es cierto por un razonamiento claro: hay que cambiar la estructura, la matriz. Ese cambio no es fácil ni tenemos un acceso inminente. Es un proceso de reordenamiento de una sociedad que ha ido enfermando y jamás se le han proporcionado remedios adecuados. Es una sociedad de conflictos entre unos y otros, sabiendo que todos fracasan si parten de premisas falsas. Ha sucedido con todos los grandes mocimientos mundiales: o han muerto o están en agonía perenne. En ella nos encontramos nosotros.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Sara.
Excelentes reflexiones.
ResponderEliminarUn saludo para ti y para María Luisa. Os vi en la presentación del libro de Isabel Martínez Barquero, pero por más señas que os hice...
Gracias Rosa. En ningún momento te vimos, Rosa. Es más, creíamos que no estabas porque entre que el local era poco acogedor y la lluvia, teníamos más enseres que atender que una tienda. Además, como estábamos con Mariano, nos entretuvimos demasiado. Lo siento. Te buscaré en todos los eventos a los que pueda asistir.
EliminarUn fuerte abrazo, amiga Rosa.
Yo soy optimista aún, creo que podemos hacer algo. Sin esperanza no sé que haría. Estoy de acuerdo con Marcos. Un abrazo Antonio, muy buena reflexión.
ResponderEliminarMe alegro, Lou, de tu optimismo. Y debe ser así porque nuestro trabajo nos cuesta pensar y ser sensatos, adaptarnos a una meditación fuerte y transmitirla con sosiego y razonamiento. Si esto se hiciese desde los lugares desde los que se potencia la tiranía de la insolidaridad, el mensaje llegaría con más rapidez y con mejores medios comunicativos. Como no lo hacen ellos tendremos que trabajar para que nuestros sucesores nunca deban pasar por las necias soluciones del presente.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Lou.
Qué interesante tu reflexión querido Amigo!
ResponderEliminarPoseer soberanía interior...
Regreso y expreso mi gratitud por tus comentarios,un poco tarde.
Un abrazo:
Elsa.
No, Elsa, nunca es tarde para nada entre amigos. Sí, una soberanía interior es lo único en donde no pueden entrar quienes nos mancillan, innecesariamente, con supuestos ritos sociales que cada vez nos hunden más. La gratitud es mía por tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Elsa.
El cambio personal es posible, debe ser fruto de un discernimiento, decisión y compromiso. El cambio momentáneo es fácil, perseverar cuando la lucha es ardua que de por medio requiere valentía, esfuerzo y voluntad. Cuando esos esfuerzos se aunan pueden convertirse en fuerzas y cambios sociales. Los cambios sociales y culturales requieren otros paradigmas, deben ir munidos de fuertes ideales capaces de mover y entusiasmar. Los cambios reales quedan y hacen historias, las demás cosas sin fuerzas y sin repercusiones terminan con el viento...
ResponderEliminarUn abrazo Antonio
y feliz domingo.
Potente y serio comentario, Genessis. Creo que un compromiso interior que sea fructífero para uno mismo y para los demás, unos nuevos paradigmas que sean guardados y cumplidos con la seriedad que requiere que vivamos en armonía, paz y en total interrelación, y una atención a la cultura y el respeto que en este momento son inexistentes, completan los elementos necesarios para que poco a poco, con la lentitud que requieren los cambios importantes, se pueda conseguir otra forma de vivir, otra forma de derechos y deberes sociales, otra forma de creer que las utopías son posibles.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Genessis.
"Pienso, luego existo" decía el gran filósofo, pero a veces, ni pensando, se está seguro de la existencia.
ResponderEliminarUn saludo
Sí, Descartes pensaba y era racionalista y así se buscó su asesinato a manos de los poderosos que enmiendan los pensamientos con tribulaciones innecesarias.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
El Hombre es un gran depredador por naturaleza, en las distancias cortas y en las distancias kilométricas. La guerra es su signo más dintintivo: contra los otros, contra un planeta que está destruyendo e incluso contra sí mismo. Es triste, pero tremendamente real.
ResponderEliminarTus palabras son oxígeno y lucidez frente a una actualidad, reciente o histórica, que dejan mucho que desear. Ojalá podamos cambiar algo de lo que nos rodea. Empecemos por cambiarnos a nosotros mismos en la búsqueda de esa libertad individual de la que hablas, Antonio. A partir de ahí, quizás la realidad -más propiamente dicho, "cada realidad"- pueda seguir un camino con objetivos comunes.
Gran reflexión y grandes regalos pictóricos los que nos dejas.
Un fuerte abrazo.
Muchas y abrumadoras gracias, Marisa. La deshonra de este planeta tan bello se llama especie humana. Nadie nos ha creado a su imagen porque sería un loco o un tonto. Somos el fruto de las circunstancias estadísticas que determinan nuestro punto de nacimiento y en el seno de la familia en la que nacemos, Desde ella, comenzamos un largo camino por los intrincados senderos sin cuidar que determinan especímenes con los que no tenemos nada en común. Seres que nos son extraños pero nos dirigen hacia donde les parece el lugar más adecuado… para ellos, claro.
EliminarComo muy bien dices, Marisa, la actualidad reciente o remota es tan pobre, posee tan poca inteligencia y nos sume en la mediocridad con tanta frecuencia, que no tenemos por menos que decir: ¡BASTA! Fuerte y claro.
Nuestra realidad, la que no pueden modificar quienes son unos mediocres que sólo poseen soltura para ser unos malandrines, es la que debemos cuidar y no dejarnos llevar por ritos, miyos o promesas que perjudiquen a quienes nos aman y existen en nuestro entorno. Este es un inmenso paso para la sociedad. Después veremos cómo se puede llevar fuera de nosotros un halo que impregne hasta a quienes no lo merecen.
Un inmenso abrazo, querida Marisa.
Antonio, me ha gustado, no sabes cuánto esta entrada. Había hecho un comentario enorme y lo he suprimido porque en realidad, poco importa mi opinión en un post tan interesante.
ResponderEliminarSí pienso que está habiendo un cambio que ya no es tan imperceptible. ¿Formándose el esqueleto de la utopía?...Ojalá deje de serlo alguna vez.
Un abrazo y feliz semana, querido amigo
Pilar, nunca, nunca deja de importarme tu opinión. No sabes hasta qué punto me interesa. Nunca creas que es demasiado. Sale lo que se siente y punto: Será recibido siempre como merece.
EliminarEn cualquier caso, también me gusta que seas alumna de Gracián porque hay que ver con un comentario, según tú corto, la importancia que has dado a todo lo que he escrito y hemos hablado.
Me parece perfecta tu pregunta/interpretación, Pilar: ¿Ya ha nacido la utopía y está creciendo su esqueleto…? Sencillamente creo que sí. El desorden mental, la desorganización mundial, los pensamientos obsoletos que dejan, de un día para el siguiente, de ser buenos, la connivencia de estructuras políticas que han sido enemigas durante años, la inicial permisividad de acuerdos y diálogos, etc., etc., me hacen pensar que algo grande está naciendo. Posiblemente no lo vea jamás pero no dudes que trataré de adelantarlo todo lo que pueda.
Creo que queda un fleco del que no he hablado adrede: los fundamentalismos religiosos. Que también se encuentran en franca retirada excepto entre quienes no tienen nada que perder y sí ganan el bienestar de su familia mediante chantaje horroroso. Es un tema que no podré soslayar.
Me ha encantado tu comentario, Pilar. Encantado.
Un fuerte abrazo, querida Pilar.
Tus fotografías son maravillosas, Patrycja. Ya he visitado tu cuenta en Facebook y te he dejado dos comentarios. Como no sé nada, ni puedo hacer nada en ese medio, escríbeme a la dirección que aparece en el perfil del blog una slicitud de amistad en f.
ResponderEliminarUn gran saludo, amiga Patrycja.
Me ha gustado m ucho, debemos mirar en nuestro interior siempre, es lo mejor que podemos hacer. Abrazos, siento la tardanza
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