CANCIONES MÍTICAS DEL CINE IV
Antonio
Campillo Ruiz
Los novedosos movimientos de cámara
utilizados, de entre los que hay que destacar los planos contrapicados y tomas
a ras de suelo, la excelente iluminación y un guión que incluye diálogos
breves y rápidos, plenos de ambigüedades, sugerencias y matices, hacen que “Gilda” de Charles Vidor, 1946, ocupe un
puesto más que sobresaliente en la Historia del Cine. Cuando se filmó, gran
número de improvisaciones y añadidos fueron igualmente sello de identidad. Así,
la canción de la época “Amado mío”,
escrita por Doris Fisher y Allan Roberts, fue rodada casi al final
de los trabajos de producción sin saber muy bien cómo enlazarla en
postproducción. Sin embargo, el hilo argumental es excelente y, a
pesar de que Rita Hayworth no sabía
cantar y lo que representa es un playback grabado por Anita Ellis, sí sabía moverse como nadie y llenar la pantalla con
su presencia.
Es importante visionar la secuencia a plena
pantalla
“No ha habido nunca una belleza como la de
Gilda” decían los carteles cuando se estrenó. Sesenta y siete años
después esta fascinante mujer sigue poseyendo un atractivo tan potente como su
mágica forma de pensar y sentir en la película. Es ya legendario el embrujo que
emana cada vez que tenemos la oportunidad de ver la extraordinaria
interpretación de “Gilda”. Las
dos versiones de la canción “Put the Blame on Mane”, “Échale la culpa a Mame”, escrita por Allan Roberts y Doris Fisher fue, al igual que
“Amado mío”, una improvisación que en
postproducción enlazó a la perfección con la estructura de la narración. La interpretó
Rita Hayworth utilizando, nuevamente,
la técnica de playback, previamente grabado por Anita Ellis. En su letra se dice con descaro que Mame fue la
culpable del gran incendio de Chicago (1871), de la tormenta de nieve de New
York (1888), del terremoto de San Francisco (1906) e incluso de la muerte de un
personaje de ficción llamado Dan McGrew. La actuación de Rita en esta secuencia desató las iras de muchos censores y
conservadores de la llamada decencia en varios países del mundo, al aducir que
realizaba un strip tease cuando en realidad desnuda solamente sus brazos de los
largos guantes negros. Lo sugerido
es más potente que lo explícito. Tras esta pequeña venganza hacia su anterior y
ambiguo amante, los errores de qué sucede y por qué, desfiguraron entre los
espectadores la trama narrativa de una de las mejores películas del cine negro
americano.
Es importante visionar la secuencia a plena
pantalla
Narrada como un
largo flash-back, una de las películas de mayor éxito en Italia y España,
durante los primeros años de la década de los cincuenta fue “Anna” de Alberto Lattuada, 1951. La
protagonizó el mismo trío que intervino en “Arroz
amargo” de Giuseppe de Santis, 1949, la protagonista pecadora, Silvana Mangano, Raf Vallone, su rico pretendiente y Vittorio Gassman, el malvado que induce y lleva a Anna por un camino equivocado. Siendo
cantante de un cabaret, Silvana canta
una canción que se transformaría en un éxito y, conducida por el camino de la
fama, llegó a convertirse en un clásico de las canciones interpretadas en el
cine: “Baiao de
Anna”, “El negro zumbón”, con letra de Francesco Giordano y música de Armando
Trovaioli. Posteriormente ha sido objeto de homenajes por varios directores
al hacer alusión a esta canción en sus películas. Silvana la canta y baila introduciendo una nueva moda en la pacata
década.
Es importante visionar la secuencia a plena
pantalla
Te luce y te luces, amigo Antonio. Un artículo con sabor a Gran Reserva. Gracias y feliz noche.
ResponderEliminarEnrique, siempre estuve enamorado de Rita y Silvana. En estas dos películas, que pude ver no sé como porque eran gravemente peligrosas, vamos que tenían un 4, después de tijeretearlas y estar sin proyectarse un siglo, realizan un trabajo inimitable.
EliminarUn gran abrazo, amigo.
Ay Antonio, ¿es que puede haber algo tan picante como ese guante que se desliza poco a poco por el brazo? El desnudo en si no es más que carne, lo otro, la caída de ojos, la sonrisa, el guante que se desliza, eso es otra cosa. Canela fina, que dice alguien que conozco. Has elegido tres canciones a cada cual mejor. La última la recuerdo de pequeña, la bailaba muy bien una prima de mi madre. Ojo, yo soy del 64, no del 51, pero recuerdo la canción.
ResponderEliminarPor cierto, la bofetada fue de verdad de la buena. Hoy lo censurado sería la torta y no los guantes.
Y digo yo....debí haberme comprado esos guantes largos de piel de color rosa. No sé si todavía estaré a tiempo. Un abrazo enorme querido Antonio y gracias por tus magnificas aportaciones
Por ello digo “Lo sugerido posee más potencia que lo explícito”. La escena de Rita y su desnudez de brazos es un poco más larga pero la corté para que sólo se oyese la canción, que es de lo que trato. Tras quitarse el segundo guante, se quita una gargantilla y todos los hombres del local con un desagradable movimiento se lanzan sobre ella. Eso es explícito y quita sensualidad a los planos anteriores de la secuencia. Si se hubiese desnudado no sería esta Rita. En cuanto a Silvana y su “vida malvada” por ser cantante de un cabaret era muy propia de estos años y países, Italia y España. Su profesión en un convento es lo que expía todo y ¿limpia su nombre? Creo que no. Deberías comprarte los guantes…
EliminarUn fuerte abrazo, querida Mabel.
Espléndido, Antonio. Muchos quizá no hayan visto la película, ni tendrán una idea aproximada de su argumento; tampoco sabrán de qué habla la canción...
ResponderEliminar¿Importa eso algo? Lo importante es Rita Hayworth metiéndose en nuestras miradas después de haber atravesado la cámara, por supuesto sin guante(s)
Estamos de acuerdo, Amando. Rita es la película, la dama vestida de negro, la ambición andante y la pesadilla lujuriosa de un ex-amante demasiado permisivo y “dúctil”. En cualquier caso recomiendo que se visionen, cuando se tenga oportunidad, a quienes no han tenido la oportunidad de hacerlo.
EliminarUn abrazo, amigo Amando.
Una "Gilda" que no será olvidada .... Esta canción y la de Silvana Mangano han marcado una época y un género.
ResponderEliminar(Me ha impresionado la pintura de la intrada anterior.)
Saludos desde una Holanda nevada.
Pilar
¡Huy, Pilar! Qué mal lo estarás pasando con tanto frío y poca luz… Bueno le pondremos buena cara al mal tiempo.
EliminarCreo, como tú, que “Gilda” es inolvidable. Es Rita Hayworth en estado puro. Tallada levemente por el director de actores. Por ello es tan iridiscente. Silvana es más comedida pero poseía una serena belleza y profesionalidad inigualables.
Las pinturas de Michael Taylor también me impresionaron a mí, Las seleccioné porque eran muy idóneas, según creo, para el texto escrito.
Espero que mejore el tiempo y puedas disfrutar de un bello sol.
Un fuerte abrazo, querida Pilar.
Me hablas de Silvana Mangano..., que recuerdos. Bailamos.
ResponderEliminarSí, Marcos, nos enseñó a bailar ese “baiao” tan moderno que los bailes del momento quedaron olvidados.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
Gracias, Antonio. Hoy he tenido un mal día y cuando he visto en el enlace estos dos nombres; menuda alegría... De verdad, adoro "Gilda", esa canción, el personaje, ella y la otra diva italiana y reina Yocasta Mangano del ínclito Pasolini, que pedazo de mujer "todoterreno". Un abrazo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, amigo J.C. Creo que ambas merecen estar tan juntas que siempre las recordemos a la vez. Una provocadora belleza y una actriz inolvidable. Ambas tan especiales, tan imaginables y tan perfectas en escena como diferentes en la vida real.
EliminarUn abrazo, amigo J.C.
Aunque te cueste creerlo, he visto esta película hace relativamente y me fascinó tanto por la trama como por sus pèrsonajes y aspectos técnicos. Te contaré un anécdota muy bejarana: vivía en la calle Mayor de la ciudad un conocido industrial, bastante rico y propietario de una gran fábrica textil en la que trabajaban mil personas por entonces, que era extremadamente piadoso. Delante de su casa existía un panel de anuncios donde, el día apropiado, se pegó el cartel de la pecaminosa Gilda. Dicen que, por la noche, Don X bajó indignado a la calle, entre las sombras, y arrancó furibundo todos los carteles que encontró. Rita, Gilda, Eva y el pecado original parecían ser una misma cosa.
ResponderEliminarUn saludo
Hechos como el que describes, Carmen, fueron muy frecuentes. Se culpaba al dueño de la casa, esquina o barracón, en donde se había pegado un cartel de la provocadora y malsana película. La llamada misericordia pía sólo era fruto de la hipocresía que llenaba todos los rincones de una sociedad perversa y adoctrinadora.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Carmen.
Son muy seductoras las dos, cada cual en su estilo. Pura sensualidad. Gracias por estos regalos que nos alegran y nos apartan, siquiera momentáneamente, del cutrerío de la actualidad. Besazos.
ResponderEliminarAsí es, Isabel. Estamos volviendo a un cutrerío que asusta bastante. Lo sugerido ya no existe y se trata de exponer una inmensa mentira, incluso expresándola oralmente, para expresar una realidad fílmica inexistente. No existe seducción ni sensualidad porque no existe imaginación para representar una pasión. Una irremediable mala calidad de guiones y planificación. Una desgracia.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Isabel.
QUE MAESTRÍA.
ResponderEliminarMuchos besosss amigo
Sí, Inma, la de los directores que son capaces de hacernos sentir el significado de unos planos y unas secuencias plenas de erotismo sugerido.
EliminarLa de unas actrices que saben expresar una pasión a pesar de no sentirla en realidad. Y a una historia tan atractiva que es inmortal.
Un fuerte abrazo, querida Inma.
sí, bella como el sueño com ella.
ResponderEliminarmi saludo,
luis
Así es, amigo Luis. La belleza es lo que no falta en ninguna de las películas de Rita y Silvana.
EliminarUn saludo, amigo.
Qué hermoso e interesanto racconto. Los vídeos ilustran divinamente.
ResponderEliminarGracias por compartirnos lo que sabes.
Saludos cálidos Antonio.
El recuerdo es imperecedero si se trata de Rita y Silvana, Genessis. Los vídeos sólo pretenden rememorar las canciones. Lo ideal es visionar las películas completas.
EliminarMuchas gracias a ti, Genessis, por tu inetrés y buenos deseos.
Un fuerte abrazo, querida Genessis.
Magnificos videos mi querido amigo
ResponderEliminarGracias, Chelsea. Eres muy amable. Me limito a escoger parte de la historia del cine que ha sido muy diferente según los países en los que, películas como las seleccionadas han sido proyectadas.
EliminarUn gran abrazo, Chelsea.
Cada vez que te leo eso de contrapicados, planos a ras de suelo, etc. recuerdo con nostalgia y ansia la sesion que nos diste una inolvidable tarde de verano al amor de unas cervezas y unos montaditos de lomo en la vecindad de tu hogar labriego. Yo y la mari no lo hemos olvidado. Un abrazo.
ResponderEliminarPero nostalgia ¿por qué, Mariano? Si me tienes a tu disposición cuando quieras. Mañana podemos tener una larga y suculenta cena echando una mirada a alguna de las denominadas películas “difíciles”, por supuesto con Mari Carmen y al amor, mucho amor de unas buenas cervezas con un poco de “dieta paleolítica”. Os contaré algunas anécdotas de realizaciones propias, claro que sin Rita ni Silvana. Mi presupuesto era de crisis.
EliminarUn fuerte abrazo, Mariano.
Siempre que –haciendo zapping- veo un noir de la enjundia de “Gilda”, me es imposible cambiar de canal.
ResponderEliminarDescubro algo nuevo, algo que se me ha pasado y, sobre todo, me seduce el tándem Rita & Glenn.
De los movimientos, sinuosos y elegantes… Decir que, si Rita era sensual, Silvana –además- le ponía un condimento pícaro y especial. En “Anna”, está magistral.
Saludos. Ann@
Es cierto, Anna. El atractivo que suscitan unas imágenes de la etapa clásica de cine negro, al aparecer de pronto en TV, ejercen un poder de atención tan enorme que no es posible cambiar de canal hasta que no acaba. Para mí. ambas son tan peculiares que no puedo prescindir de una sin recordar a la otra. Las dos películas son míticas en la historia del cine.
EliminarUn gran saludo, Anna.
Espectacular este video, tus post son enriquecedores me quedaré por aquí.
ResponderEliminarAhhh esta canción cuántos recuerdos... me trae de vuelta la imagen de un tío que la bailaba y cantaba en todas las reuniones familiares :)
gracias!
¡Madre mía que tesoros y que de recuerdos...la genial e inigualable Gilda!
ResponderEliminarRecuerdo cuando nos llevaron a ver 'Arroz amargo' y creo que allí vi esas zapatillas anudadas por varios cruces en las piernas,
que se hicieron popularisimas y hasta que no me compraron unas, no pare de darles la lata, jajaja,,,¡que tiempos aquellos!
Cuando volviamos del cine yo siempre iba rezagada mientras recordaba, escena por escena e imitaba, sus gestos y posturas
Es una artista que me impacto y enamoro...Me hizo soñar e imaginar escenas impensables....
Ha sido una suerte conocerte, hace tiempo que no me sentia tan a gusto en un blog. Gracias!
Te envio mi cariño querido amigo Antonio..