LAPIDARIO
Antonio Campillo Ruiz
Sean Cheetham
El “Lapidario” fue no
solo el primer libro que salió del taller de Alfonso X en 1253, sino el primero
escrito en prosa castellana. Es un tratado científico-mágico de astrología,
basado en un manuscrito hallado en Toledo y mandado traducir por el rey a Yhuda
Mosca el Menor y al clérigo Garci Pérez, sus habituales colaboradores, que
ilustra y comenta las virtudes y propiedades de las piedras según las
influencias de los planetas. Un ejemplo es el “De la Piedra
a que llaman Tutya”. Se trata de una sustancia que se empleó para aliviar
las dolencias oculares y tuvo gran predicamento porque «enxuga la lágrema de los ojos». De ella proviene “No hay tutía”, locución que “da a entender a alguien que no debe tener
esperanza de conseguir lo que desea o de evitar lo que teme”, que se decía
en las boticas cuando no había tal producto (la palabra deriva del árabe ‘at-tūtiyā’,
nombre dado por los árabes al cinc). El monje Basilio Valentín fue un ardoroso
defensor de la Iatroquímica (conjugar la química con la medicina) y se le atribuyen
varios compuestos de antimonio hasta el siglo XV desconocidos. A propósito de
este metaloide de símbolo ‘Sb’ (‘stibium’
en latín) se cuenta que el benedictino lo probó en sus compañeros, que algunos
murieron y que el envenenamiento dio un neologismo por vía del humor negro: “antimoine”,
“antimonje”, pero no deja de ser una leyenda como la de que a los muchos años
de su muerte un rayo quebró una columna de la catedral de Erfurt bajo la cual
se hallaban sus tratados alquímicos. Sin embargo, pasa por ser el primero que
produjo ácido clorhídrico, que obtuvo mercurio por destilación de su sublimado
con cal, que preparó ácido sulfúrico a partir del llamado vitriolo verde, etc.
No cabe duda de que inició el análisis químico.
Lección de anatomía
del Dr. Willem van der Meer,
Michiel Jansz van Mierevell, 1617
Michiel Jansz van Mierevell, 1617
Antonio, ya sabes, como tú mismo dices siempre, "te tendremos que querer" - Una delicia seguirte.
ResponderEliminarNos, nos queremos, Enrique. Si supieras lo que obtengo de tu periódico y tu blog:
EliminarPeriódico: http://paper.li/etarrago/
Blog: http://etarrago.wordpress.com/
No leo otro periódico, lo tengo todo en el tuyo.
Siempre me ha atraído la relación Historia-Ciencia-Arte-Literatura. Entiendo que algunos conceptos son complejos pero su interés, a veces, depende de la curiosidad que despiertan.
Un gran abrazo, querido amigo Enrique.
Recibir el conocimiento es como recibir la santa comunión.
ResponderEliminarPues eso, Antonio.
Que como te dice Enrique te tenemos que querer por fuerza.
Esta información que me acabas de dar me viene muy bien para un trabajo que quiero hacer.
No te puedes imaginar cuánto me alegro que te sea útil, Tecla. Espero que sea el germen de un trabajo espléndido porque lo harás con el interés que tienen tus publicaciones en tu blog.
EliminarYa ves lo que acabo de ponerle a Enrique: Nos, nos queremos porque nos leemos y comprendemos. Como se utiliza en “lengua actual”, estamos en onda.
Un fuerte abrazo, querida Tecla.
Y si no se aprovecha una de los amigos, ya me dirás.
ResponderEliminarBueno, si no aprovechas cualquier aspecto que te pueda ser útil, ¿sabes qué? ¡Que me enfado!
EliminarLos amigos estamos para ayudarnos y no para enfadarnos, querida Tecla.
Un beso.
Ciencias y letras hermanadas en tu excelente texto, Antonio.
ResponderEliminarEl "Lapidario" es muy curioso. Sobre el imán, que se consideraba piedra preciosa por su poder de "mover" metales, se decía que esa magia se podía mitigar introduciendo esta piedra en cuestión, unos días en agua de cebollas y ajos, y el magnetismo... desaparecía. (jejje)
Lo que ha avanzado la ciencia... gracias a aquellos hombres y sus errores, por supuesto.
Un abrazo, querido Antonio.
Así es, Marisa, la Ciencia ha avanzado desde esos años oscuros de magia e incansable búsqueda de verdades, extrapolables a otras manifestaciones del saber, como una locomotora. La cuestión es que, alguna vez, han utilizado la velocidad de la locomotora como excusa para que aflorasen magias pseudocientíficas perniciosas.
EliminarDesde parte del pensamiento de Paracelso, la Iatroquímica evoluciona a un ritmo imparable.
Un fuerte abrazo, querida Marisa.
Soy una eterna aprendiz de la cultura general en tu blog. Mira el origen de la frase "no hay tu tia" Excelente post Antonio. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, Lou, el origen de palabras o expresiones bastante utilizadas es muy interesante. No es fácil que en Química existan ejemplos curiosos. Otro día podemos hablar del estaño o cualquier otro compuesto. La Alquimia y la Iatroquímica son excelentes y mágicas. Y no hay tutía… no se pueden cambiar los temas.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Lou.
Y seguimos aprendiendo
ResponderEliminarDesde que te leo he decidido que es mejor leer blogs que el periódico
Maravilloso tu texto
Me alegro, MuChA. Creo que debemos leer blogs que muchos amigos se esfuerzan en escribir, componer y mostrar sus ilusiones. Sin trampa ni cartón. Por supuesto que todos son infinitamente mejores que los artículos que poseen unas directrices encaminadas a fines predeterminados.
EliminarUn fuerte abrazo, querida MuChA.
¿Qué sería de nosotros sin la química? Más o menos, todos la hemos integrado en nuestra vidas. Nos ayuda en las dosis justas. Así que "sí hay tutía".
ResponderEliminarUn abrazo , querido Antonio,
En efecto, Isabel, sin la Química no existiríamos. Las moléculas de mi punta de nariz son iguales que las de la tuya. La cuestión es que se encuentran ordenadas de forma distinta, por ello no son iguales. Somos un conglomerado inmenso de moléculas, comemos moléculas, nos curamos con ellas, etc., etc.
EliminarSomos Química, como todos los seres de este planeta, sean cuales sean su condición y estado.
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
¡Qué grande es usted, querido Antonio!
ResponderEliminarFantástico pots...nunca había leído algo así; tanta documentación explicada con tanto encanto. Es usted un profesor de primera. Pero claro, eso usted ya lo sabe.
Mil gracias.
Un beso.
Bueno, Marián, la próxima vez que me llames de usted… nos enfadamos. Pero mujer, ¿como es posible que no me tutees? Bueno, admitido. Ha sido un fallo técnico.
EliminarMe alegro mucho de tu entusiasmo. Esto es signo de perspicacia y sabiduría. Tienes razón, Marián, sí soy profesor, de Química y siempre trato de hacer ameno aquello que puede resultar curioso como interesante. En Química, la curiosidad es tan importante como el conocimiento.
Un fuerte abrazo, querida Marián.
Casi casi la farmacia es casi química, pues al fin y al cabo las dos tratan de encontrar remedios o mezclas de la combinación de elementos, ya bien sean vegetales (farmacia) o minerales (química). Los pintores también tienen un poco de eso, pues mezclaban las tinturas para obtener los pigmentos necesarios para hacer sus colores y aplicarlos a sus obras. O los tintoreros, que hacían lo propio para teñir los tejidos de los paños. O los herboleros, cai farmacéuticos pero perseguidos por la Inquisición. O los peluqueros, que mezclan los tintes para teñir el cabello...
ResponderEliminarUn saludo
La Farmacia, Carmen, es la Iatroquímica por excelencia: la utilización de la Química con fines curativos. Los herbolarios eran, en la etapa de la Alquimia, los verdaderos sabios que unían los síntomas con remedios que no eran sino extractos de plantas y compuestos minerales.
EliminarLos desmanes cometidos por quienes trataban de utilizar sólo remedios místicos fueron, en la etapa oscura de la Historia en Europa, quienes retrasaron el poder del saber miles de años. Ese ha sido uno de los inmensos avances que nos legaron quienes se aprovecharon de la incultura y la sedición: La Inquisición.
Un fuerte abrazo, querida Carmen.
Eres una enciclopedia andante... Me ha encantado saber de dónde viene esa expresión "no hay tutía" (que, por cierto, creía que se escribía separado). ¡Para cuántas cosas podemos aplicarla hoy! En cuanto a los venenos, mejor no hablar. Besos, querido amigo.
ResponderEliminarPues mira, Isabel, no es mal tema el de los venenos. Recojo el guante, no hay tutía.
EliminarSiempre he considerado que el interés de la anécdota abre neuronas hacia un conocimiento profundo. Creo que este es uno de esos casos.
Un fuerte abrazo, querida Isabel.
Seguimos aprovechandonos de tu sapiencia, en esa forma tan característica y hábil que tienes, imbricando el pasado con la actualidad
ResponderEliminarAmigo Marcos, somos fruto de un pasado que vamos tallando suavemente en el presente… si nos dejan. Tienes razón, la Historia y la Ciencia tienen mucho que decirse una a la otra.
EliminarUn gran abrazo, amigo Marcos.
Antonio es muy interesante tu entrada, me ha encantado.Se hicieron increibles adelantos científicos y culturales en esa época, aunando el saber de varias culturas. No sabía de donde venía esa expresión que decimos muchas veces... "no hay tutia", aunque siempre he creído que se escribían separados los vocablos.
ResponderEliminarGracias por todo lo que aportas para iluminar el camino de la sabiduría.
Un abrazo.
No, Ángeles, no aporto nada más que un poco de curiosidad que despierta el interés. Después vosotros sois los protagonistas.
EliminarEs cierto, en esa etapa se sentaron los cimientos de grandes conocimientos que han construido la Ciencia moderna. Lo que me ha encantado a mí es tu gran interés. Gracias, muchas gracias.
Un fuerte abrazo, querida Ángeles.
Pues esté claro, Antonio, No hay Tutya.
ResponderEliminarDesde luego, Mariano, creo que casi todo lo están acabando. Y lo peor es que no existe remedio, no hay tutya, ni tu tía, ni tu suegra, ni nadie que nos eche una mano.
EliminarUn gran abrazo, Mariano.
Qué interesante! No sabía tampoco de dónde venía la expresión...
ResponderEliminarUn beso Antonio
Siempre es interesante cualquier aportación que suscita interés, Eva. Tu interés por estas cosas tan raras que publico es muy de agradecer.
EliminarUn fuerte abrazo, querida Eva.