OIGAMOS Y VEAMOS XII
Antonio
Campillo Ruiz
En 1912,
Maurice Ravel que había compuesto “Valses nobles y sentimentales” el año anterior para
piano solo, los orquestó y determinó cambiar su título por “Adélaïde ou le
langage des fleurs”, “Adelaida o el lenguaje de las flores”. Ravel había compuesto
estos valses siguiendo sus propios principios: los compositores debían aprender
el oficio como los pintores, primero realizando copias de los grandes maestros
y con el tiempo ir transformando su estilo hasta una expresión personal. En 1823,
Franz Schubert había escrito dos libros con el título “Valses nobles” y “Valses
sentimentales”. En honor al admirado maestro, Ravel, escogió el mismo título
para sus composiciones. Louis Aubert fue el encargado de su estreno el 8 de
mayo de 1011, en una reunión privada. Como en otras composiciones de Maurice
Ravel, momentos disonantes fueron recibidos con extrañeza y, en el séptimo se
aprecia una estrecha relación con “La Valse”.
Dedicada a Misia Sert, Maurice Ravel compuso un
poema coreográfico entre 1919/20, que estrenaron los Concerts Lamoureux el 12
de diciembre de 1920: “La Valse”. Diversos y graves
problemas en Europa impidieron que Ravel terminase un sueño que acariciaba
largo tiempo: componer una música para ballet que fuese un homenaje a la
apoteosis de los valses de Johan Strauss. Tras acontecimientos que ocasionaron
un daño irreparable en Austria y en la concepción de la sociedad, el propio
Ravel expresó que había compuesto “un
torbellino fantástico y fatal”, suntuosa evocación de la grandeza, de la
decadencia y de la destrucción de la civilización occidental. Diaghilev se negó
a representar “La Valse” con los Ballet rusos y
dijo: “Ravel es un gran compositor, pero
esto no es un ballet, es la pintura de un ballet”.
Hola Antonio!!
ResponderEliminarGracias por traernos tan bella música y contarnos algo de la vida de Ravel.
He leído tu anterior entrada y me gustó cómo la escribiste, así como la pintura.
A veces necesitamos alejarnos de todo, no necesitamos realmente tanto equipaje, ni tendríamos que dar explicaciones pero...no estamos solos, eso es principalmente lo que busca, esa soledad voluntaria necesaria para no sucumbir y asfixiarse en ese futuro inmediato.
Muy valiente por su parte buscar la libertad.
Un abrazo Antonio!!
Antonio con estas magnificas entradas que nos regalas enriqueces nuestra cultura musical continuamente. Los que tenemos la justa culturilla nos vamos a las piezas mas populares y repetidas, desconociendo la riqueza de obras menos popularmente nombradas, asi asociaba a Ravel con su famoso bolero y algún vals. Es una delicia leerte y escucharte.
ResponderEliminarTe reitero el agradecimiento de los comentarios precedentes, Antonio. Siempre es un placer disfrutar de la buena música y las buenas historias. Los grandes artistas, por lo general, trascienden por alguna de sus piezas, pero en el camino de sus crecimientos hay tantos vericuetos y tanta creatividad, que es un lujo poder recorrerlos con un guía como tú. Abrazo!
ResponderEliminarQuue bellezaa de musica.
ResponderEliminarBesitos.
Cuando puedas pasaté por mi blog
Que buena música para empezar la semana, cuanta pasión y energía en cada composición, me encanta...
ResponderEliminarUn abrazo, Antonio y feliz día
Bella música que activa la imaginación en la creación de mundos del pasado hechos presentes.
ResponderEliminarCariñoso abrazo :)
SI SEÑOR, BUENA MÚSICA. GRACIAS ANTONIO.
ResponderEliminarGracias por enseñarnos tanto,querido amigo.
ResponderEliminarBicos.