DEFENSA SIN ENEMIGOS
Termas de Antonino, Carthago siglo II a.n.e.
No pierdas el tiempo en discutir con los estúpidos
y los charlatanes:la palabra la tienen todos,
el buen juicio solo unos pocos.
Marco Porcio Catón, El Viejo
“Ceferum censeo Carthaginem esse delendam!
(“Por lo demás, opino que Carthago debe ser destruida”) Repetía Marco Porcio
Catón, “el Viejo”, en el Senado Romano, al acabar cada uno de los discursos que
pronunciaba. Infatigable trabajador, escritor, militar con un sentido de la
estrategia del que muchos aprendieron, hábil político, seguidor y practicante del
pensamiento estoico, cuestor en Sicilia, Cónsul, ladino sembrador de la
desunión en Hispania Citerior y árbitro entre cartagineses y númidas. Tras su
infructuosa gestión y habiendo sopesado las exigencias de Carthago y su poderío,
fue ferviente promotor de la Tercera Guerra Púnica y su sempiterna frase de
destrucción para Carthago que, teniendo en cuenta la inexistencia de fuentes que
reproduzcan exactamente tal expresión, ha llegado a nosotros otra versión más
sencilla: ¡Delenda Carthago est! Sucedían estos acontecimientos entre los años
145-157 a.n.e. Lo consiguió. Carthago fue destruida. Sobre sus ruinas se
construyó la actual Túnez. No, no existen excavaciones porque no se pueden realizar
bajo los cimientos de la actual ciudad que, en muchos casos, ha utilizado los
materiales derruidos para sus nuevas construcciones.
Termas de Antonino, Carthago siglo II a.n.e.
La nueva provincia
romana de África, Túnez, se convirtió en el granero de Roma y se desarrolló
históricamente sufriendo multitud de guerras, convulsiones políticas,
conquistas, pérdidas y reconquistas de unos y otros invasores, como ha sucedido
con multitud de pueblos de su entorno, hasta alcanzar el convulso siglo XX.
Protectorado de Francia desde los años 50, llegó a ser un territorio tan
oprimido como en el siglo II a.n.e. por el Imperio Romano. Su período
independista ha sufrido reiteradas alteraciones hasta que desde 2008, el
enfrentamiento con el presidente Zine el Abidin Ben Ali alteró gravemente a una
sociedad empobrecida. El 14 de enero de 2011, tras intensos disturbios, manifestaciones y muertes de miembros del pueblo, Ben Ali fue destituido. Posiblemente, en el momento
actual, quedan pocas fuerzas para volver a realizar la proeza que un pueblo
secularmente sometido y con deficiencias sociales graves, acometió y fue
aplaudida por todos los países del mundo. ¿Se equivocaron de charlatán? Quizás.
Concertinas disuasorias, Túnez 2013
Informaciones de
ciertas fuerzas políticas, militares e incluso policiales, que no son pocas en
cualquier calle, avenida o pueblo, afirman que, desde el día señalado como de
renovación social y política, las alambradas con afiladas cuchillas, las terroríficas
concertinas, esas que con tanta razón se desprecian en fronteras separadoras de
seres humanos, no se han retirado de las calles de Túnez debido a que se
pretende proteger a los edificios públicos. Bien, los edificios públicos
pertenecen al pueblo, no a los que equivocada o certeramente los ocupan. ¿Por
qué esta protección tan brutal como inoportuna? ¿Contra quienes protegen? ¿Los
dirigentes de esta antigua Carthago continúan escuchando la reiterada frase de
Catón?
Concertinas disuasorias, Túnez 2013
Que triste realidad después de una actuación tan ilusionante como la que tuvo la sociedad de este país.
ResponderEliminarMi cariñoso saludo..
Los edificios públicos pertenecen al pueblo.... Esa sería la justicia.
ResponderEliminarInteresantísimo Antonio, me encanta pasar a visitarte y parender.
Aprender quise decir.
EliminarLos miedos son atávicos, Antonio, quizás estas alambradas tan bestias y crueles son para que ningún enemigo quiera llevar a cabo la maléfica frase: "Delenda Carthago est". Puede ser. Lo cual no significa que la maldad de los que apuestan por esta solución esté fuera de toda duda.
ResponderEliminarVaya!
ResponderEliminarLo de siempre...siempre los mismos...
ResponderEliminarBuenisimo trabajo, besosss
La historia siempre se repite.
ResponderEliminarQué historia. Los de arriba siempre creen tener una versión "original".
ResponderEliminarInteresante artículo y fotos.
Abrazo grande querido Antonio.
Qué ignorancia la mía, gracias Antonio, no tenía ni idea de la situación, sí de las monumentales cuchillas que nos separan, pero ¿dentro de su propio pueblo? es indignante, aquí y allí... qué panorama tan denigrante para esas personas, y lo que es peor, que no creo ya que les queden fuerzas para luchar contra tanta injusticia...
ResponderEliminarUn abrazo!
Siempre ocurre lo mismo...
ResponderEliminarHas realizado un excelente reportaje, aportando una gran información.
Espero triunfe la justicia.
Un beso grande, querido amigo Antonio.
Recuerdo que, hace unos años, cuando estuve en Cartago, que el guía que nos instruía sobre las ruinas y su origen, me dijo: "Cuidado, no enfoque su cámara usted hacia el Palacio del Presidente, (que está junto a Cartago), pueden dispararle por error. Un abrazo, amigo Antonio.
ResponderEliminarGracias por la excelente entrada, querido amigo. Pues estarán protegiéndose del pueblo, como puede ser que lleguen a hacerlo en Hispania.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡Qué injusto Antonio! Para el pueblo lo que es del pueblo. Así debe ser. Estamos acostumbrados a estos atropellos y en algunos países como el mío se nota más solapado, pero no deja de tener el mismo fin. Un abrazo amigo mío y felicitaciones por el trozo de historia contemporánea y tus palabras.
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