PEQUEÑAS
HAZAÑAS
Antonio Campillo Ruiz
Vicent van Gogh
Amanece.
La luz de una ventana se entremezcla con los perezosos rayos de sol que se
extienden, con la parsimonia de quien sabe que debe realizar siempre el mismo
recorrido, la misma secuencia monótona. Durante toda la oscura y fría noche de
aquel invierno, ya largo, aquella ventana ha iluminado parte de la calle
anunciando a los pocos viandantes que se han atrevido a desafiar oscuridad y
soledad, el trajín que ha habido en aquella habitación. En ella, se respira
todavía el vaho de las toallas recién escaldadas en agua hirviendo, el aroma
tenue a desinfectantes y el agradable olor de un suave perfume. A la vez, se
escucha un agudo lloro que expande unos pulmones recién atiborrados de aire
dulce y limpio.
Vicent van Gogh
La
luz del día va comiendo con lentitud los pobres rayos que han sido los dueños
de la noche. El inicio de las labores cotidianas comienza sin tener en cuenta
aquel pequeño milagro que se ha producido casi a sus espaldas. Sí, todo ha
sucedido en silencio. Sin molestar al tiempo ni a quienes lo poseen. Ese tiempo
que parece anclado en si mismo, inapreciable cuando su valor es nimio, se fue
extendiendo y, con su paso inalterable, con su implacable caminar, construyó un
inmenso andamio desde el que se podía alcanzar la más lejana estrella, la más
perfecta de las imagen realizadas por el hombre, la imaginación trasladada
hasta la materialidad de un color, una masa sólida o una fascinante y virtual
escena. Todo era posible porque lo infinito tuvo cabida en lo concreto, en lo
percibido por multitud de aspectos, todos buscados son ahínco y, en muchas
ocasiones, conseguidos.
Vicent van Gogh
Así,
a lo largo de un tiempo inapreciable para su inmensidad pero inmenso para quien
lo ha sentido, acontecimientos materiales y su preciso paso a emociones que
conforman un mundo sólo real en su inmaterialidad experimental, fue conformando
unas vivencias personales que, conjugadas con aspectos fisiológicos, armonizaron un todo del que han surgido pensamientos, ilusiones, decepciones y
un ramillete de pequeñas hazañas que quedarán por siempre en la sorpresa de
haber sido descubiertas y disfrutadas.
Antonio Campillo Ruiz
Vicent van Gogh
VIDA Y MAGIA from
Antonio CAMPILLO
RUIZ on Vimeo.
Buenos días, Antonio. A vuela pluma (hay qué ver lo ocupados que estamos los jubilados), quiero dejar "a vuelta de post", mi comentario sobre un texto que me ha parecido lleno de sutilezas y
ResponderEliminarcoloridas pinceladas como las pinturas que lo ilustran.
Empieza con la velada alegoría de esa luz de amanecer que entra en la habitación donde una mujer acaba de alumbrar una vida. "El vaho de las toallas, el suave perfume, el agudo lloro..." Ha amanecido un nuevo ser.
Sigue el relato pintando el devenir de ese nacido y su futura sorpresa ante lo que le va ofreciendo la vida.
La verdad, me ha parecido una precisa biografía con palabras que van más allá de su significado y con significados que superan las palabras.
Por ello, y en medio de la sutileza del texto, he querido adivinar lo que realmente nos has querido contar.
ResponderEliminarQue pases un día perfecto y que la vida no deje de sorprenderte.
Ay, amigo Antonio, por cierto y antes de que se me olvide ... ¡¡¡ FELICIDADES !!!
ResponderEliminarDe tu texto de hoy me quedo con tu párrafo de despedida:
"Así, a lo largo de un tiempo inapreciable para su inmensidad pero inmenso para quien lo ha sentido, acontecimientos materiales y su preciso paso a emociones que conforman un mundo sólo real en su inmaterialidad experimental, fue conformando unas vivencias personales que, conjugadas con aspectos fisiológicos, conformaron un todo del que han surgido pensamientos, ilusiones, decepciones y un ramillete de pequeñas hazañas que quedarán por siempre en la sorpresa de haber sido descubiertas y disfrutadas."
... y con tu vídeo, como siempre.
Feliz noche
¡Oh, cómo entiendo lo que dices! Sino lo sabré yo....
ResponderEliminarBesos