ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO.
Antonio Campillo Ruiz
La película de Milos̆ Forman es un canto a la libertad. Una palabra sencilla de pronunciar pero difícil de alcanzar.
La película de Milos̆ Forman es un canto a la libertad. Una palabra sencilla de pronunciar pero difícil de alcanzar.
El Jefe no podía dejar a su amigo McMurphy. Debía de escapar con él o no lo haría solo. Le espera durante lentos días en los que creía que le había abandonado pero cuando trata de despertarle para alcanzar la libertad no puede soportar que le hayan lobotomizado. Le han convertido en un vegetal.
El Gran Jefe, como le llamaba su amigo, huye con él. Le libera de su cautiverio y rompe, como había prometido (con el maldito aparato de ducha fría), las rejas que les aprisionan a los dos: a McMurphy la pasividad y la inanición y a él la rutina inútil. La amistad les une y les protege.
Cuando lo consiguen surge un grito espontáneo, osado, de autonomía, de las gargantas acalladas de los compañeros. Siempre habían dudado de su fortaleza para romper los lazos que les oprimen. La música canta esa libertad con creciente alegría y ayuda al Gran Jefe a seguir hacia su destino.
La emancipación de cuerpo y alma se funden en un instante entre los amigos que, a pesar de la terrible separación, nunca estarán el uno sin el otro. Siempre se ayudarán a ser libres.
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