sábado, 13 de noviembre de 2010

LUIS G. BERLANGA, PRESENCIA VIVA

LUIS G. BERLANGA, UN SER HUMANO ADMIRABLE, UN DIRECTOR INMORTAL

Antonio Campillo Ruiz




   Querido y admirado Luis, te has ido. Creo que has ordenado a tu montador que funda a negro y aparezca FIN. 

  
   Muchas personas que te admiran, e incluso algún que otro cretino que te puede despreciar por tu honradez y libertad de pensamiento, habrán escrito a estas horas, o tendrían escrito ya, tu epitafio. De admiración incondicional o de cínica alegría. Yo me acabo de enterar de tu último, y no por esperado menos doloroso, fundido en oscuro hacia el infinito cósmico.


   Ayer en un periódico leí con un suspiro de satisfacción que estabas bien, a pesar de tus conocidos y preocupantes achaques, y que habías realizado un anuncio benéfico, en el que te doblaban la voz pero te reías con tu sorna habitual de tus pequeños males: tensión elevada, colesterol, etc.  Y hoy te vas. Tan en silencio que un escalofrío ha recorrido mi cuerpo.


   En este blog te encuentras en variopintas etiquetas porque tu obra, Luis, ha sido una de las más grandes de la historia del cine mundial y, por supuesto, del cine en esta España que hemos tenido que sufrir en desafortunados tiempos pasados. Así, tú y tus obras sois ejemplo a seguir en “Películas inmortales”, “Directores inmortales”, “La muerte según Luis García Berlanga” y en tu último largometraje “París – Tombuctú”


   Habrás observado que la palabra inmortal se encuentra repetida y mezclada con muerte. Era una premonición, nunca morirás, eres y serás inmortal. Este estado, nuevo para ti y para todos los que te queremos y admiramos, es solo una transición en la que tus átomos, muy bien ordenados en tu cuerpo, se han dispersado por el espacio para poder llegar con facilidad a quienes seguiremos admirándote y queriéndote a través de tu obra.



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