SEDUCCIÓN

ADONIS

María Luisa Arnaiz Sánchez

Joven con un  cordero, Caravaggio

   ‘Adon’, ‘señor’, era el título del dios babilonio Tammuz y los hebreos se lo dieron a Yahvé llamándolo Adonai. En Grecia también se creyó que el apelativo era nombre y se llamó ADONIS al amante de Afrodita. Los semitas lo lloraban aunque creían que resucitaba y subía al cielo; los griegos amortajaban su estatua entre llantos y la arrojaban al mar o a las fuentes. Los dos templos más famosos que celebraron sus ritos fueron el de Astarté en Biblos (Líbano) y el de Afrodita en Pafos (Chipre).

Adonis, Bertel Thorvaldsen. Copenhague

   El mito sirio, recogido por Hesíodo, cuenta que Esmirna despreciaba el culto a Afrodita, por lo que la diosa le infundió un amor apasionado por su progenitor. Ayudada por su nodriza, se acostó con él hasta que, tras la duodécima oportunidad, su padre la descubrió y quiso matarla. Los dioses la salvaron convirtiéndola en el árbol de la mirra y al cabo su corteza se rompió y nació Adonis. 

Nacimiento de Adonis, Marcantonio Franceschini

   Afrodita, prendada del pequeño, confió su custodia a Perséfone pero esta también se cautivó de él, así que tuvo que intervenir Zeus: Adonis permanecería un tercio del año solo, otro con Afrodita y el último con Perséfone. El adolescente regaló su tercio a la diosa del amor y murió poco después por la acometida de un jabalí. Las leyendas dicen que de su sangre brotaron las anémonas y de las lágrimas de Afrodita las rosas, que de blancas mudaron a rojas al pisar la diosa una espina.

 

Muerte de Adonis, Giuseppe Mazzuoli

   Esa creencia invistió a la rosa de poderes afrodisíacos y, de símbolo de resurrección esculpida en los sarcófagos, pasó al de la lascivia. Shakesperare tal vez se hizo eco del mito ya que en “El sueño de una noche de verano” Oberón encarga a Robín que le traiga “una florecilla de Occidente,/ antes blanca, ahora púrpura por la herida/ del amor” para verter su jugo en los párpados de Titania, porque al despertar “el hombre o la mujer se enamoran locamente/ del primer ser vivo al que se encuentran”.

La florista, atribuido a Murillo

   Con la salida de Sirio a mediados de julio se celebraban las Adonias, fiestas exclusivamente femeninas en honor de Adonis que perduraron hasta el siglo V. Las prostitutas festejaban la brevedad del amor y las azoteas se llenaban de jardines de AdoniS, macetas plantadas con semillas que germinaban, se secaban rápidamente por el calor y terminaban en el agua. Dice Safo: “El delicado Adonis agoniza, Citera; ¿qué debemos hacer? Golpead vuestros pechos, doncellas, y desgarraos las ropas”. 

Venus Citerea, Jean Massys

   En esta suerte de inversión de la agricultura, plantas estériles en pequeños potes contrapuestas a plantas fértiles en extensos campos, donde lo improductivo y lo efímero se enfrentan a la nutrición y a la durabilidad, los únicos frutos, los aromas, son transcendentales pues encarnan a Adonis. Platón y otros muchos sostenían que los “jardines de Adonis” significaban el antagonismo entre la esterilidad del joven y la fecundidad de Démeter. Marcel Detienne investigó el mito.

Adonis, siglo II. Siria

   ¿Qué codifica la fábula cuyo protagonista fue referente iconográfico de san Sebastián a partir del XV y por quien murieron las santas Justa y Rufina? Dice Detienne que “toda forma de seducción lleva en sí el principio de una amenaza de corrupción” y a criterio suyo ese es el mensaje latente en Adonis. Lo explicaré junto al entramado normativo, laico y religioso, que en forma de antítesis adujo el antropólogo.

Adonis descubre a Venus, Carracci

    1. Cultura frente a incultura: alimentación

   El hombre necesita alimentarse para sobrevivir y aprendió a cocer la carne y a cultivar las plantas. Los animales comen la carne cruda y son recolectores.

Venus y Adonis, Rubens

   2. Matrimonio frente a promiscuidad: himeneo

   El hombre procrea dentro del matrimonio, la institución social que le asegura la filiación paterna. Los animales se aparean sin distinción y solo conocen a la madre. 

Venus y Adonis, Hendrick Goltzius

   3. Corruptible frente a imputrescible: sacrificio

   El hombre tiene que comer porque es mortal y sacrifica animales a los dioses, que se contentan con los aromas porque son inmortales. El hombre es corruptible, los dioses no.

Adonis y Afrodita, Ribera

   Primero, Frazer había deducido que el mito se relacionaba con la alimentación porque Adonis personificaba el espíritu del trigo: moría y renacía. Su hipótesis era aceptable por depender la sociedad de los cereales para subsistir, pero Detienne la rebatió como se verá. 

Joven subiendo con un jardín de Adonis, siglo V a.n.e.

   Segundo, el matrimonio en Grecia era un contrato público que daba a las relaciones sexuales el rango de “vida cultivada”, naciendo en su seno la prole segura que garantizaba la paternidad y la perpetuación. En “Contra Nerea” dice Demóstenes: “tenemos a las cortesanas para el placer…y a las esposas para tener una descendencia legítima”.

Andrómaca y Héctor con su hijo Astianacte, siglo IV a.n.e.

   Tercero, los aromas constituían desde el sacrificio con que Prometeo engañó a Zeus parte de la alimentación divina. El hombre no puede sustentarse ni con el olor de la carne sacrificada ni con las fragancias del incienso y de la mirra (sustitutos de los animales). 

Afrodita, Adonis y Eros, siglo V a.n.e.

   Pues bien, Marcel Detienne defendió en contra de Frazer que Adonis estaba relacionado con la pasión: es fruto de un incesto, su nacimiento suscita el amor de dos diosas, su juventud es puro juego amoroso y se porta como un seductor irresistible gracias a su encanto erótico. Justo muere en el momento de integrarse socialmente conforme al modelo griego de guerrero y padre, porque su semilla, “sperma”, es infecunda.

Adonis, Keller. El Louvre

   Por tanto, teniendo en consideración los dos referentes de “sperma”, bien semilla vegetal, bien semilla humana, trasuntos de la alimentación y de la generación respectivamente, se constata que Adonis, estéril y seductor, pone en riesgo la existencia. “Le mythe est une parole” dice Roland Barthes y en este sentido supone un metalenguaje, por lo que, descodificado el de Adonis, su significado revela la inmadurez.

Venus y Adonis, Canova

   En consecuencia, Adonis habla del placer erótico, del deseo y gusto satisfechos, de sexualidad libre, de no procreación, de frivolidad, etc., y se relaciona con las prostitutas porque viven despreocupadamente, evitan la concepción, colman ensueños lascivos y su amor es fugaz; la inmadurez sexual, como en Caperucita Roja de Perrault, representa un riesgo, por eso mueren ambos protagonistas. Así pues, el planteamiento machista y religioso del mito establece que la seduccióN altera el ORDEN que los hombres se han dado.

 

Venus y Adonis, Alessandro Allori

   Por el “Breviarium eborense” se sabe que en Hispalis se celebraban las Adonias. Al relatar el martirio de las hipotéticas Justa y Rufina se cuenta: “habiendo llegado…para vender vasos de terracota…estaban exhibiendo allí -Sevilla- un ídolo…pedían…que les ofrecieran algún vaso…(y ellas) se negaron…las matronas arrojaron el ídolo sobre sus vasos…lo destrozaron todo pero (ellas)…lanzando de nuevo el ídolo aún más lejos, lo hicieron añicos”. Dos jóvenes con cacharros de barro (jardines de Adonis) mueren a causa de Adonis y la Iglesia católica instituye su festividad el 17 de julio (orto de Sirio). ¡Ah!

Santa Justa y Santa Rufina, Murillo

   El evangelio de Lucas dice en el capítulo séptimo, 37, 38: “Entonces una mujer…que era pecadora…trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos…y los ungía con el perfume”. ¿Era esta una estampa habitual a finales del siglo I cuando el médico sirio redactó su texto? En literatura se describen los hechos en atención a sus referentes, luego... 

Venus rusa, Boris Kustódiev

      Tradicionalmente los católicos, sin prueba alguna, han identificado a María de Magdala, la Magdalena (con artículo para minusvalorar), con la prostitución y Roma decretó su festividad el 22 de julio. La anónima ‘pecadora’ que nombra Lucas y la adúltera salvada por Jesús de ser lapidada pasan también por este personaje, conque no se sabe qué ha influido más en esta “parole” al modo barthiano, si la probada virtud de los perfumes como excitantes de los sentidos, o la mala fe de los represores para establecer un orden. 

 Magdalena, Giampetrino. El Hermitage