LENGUAJES NO VERBALES
María Luisa Arnaiz Sánchez
En el baile, Berthe Morisot
Por más que se diga que los mensajes codificados a través de los abanicos fueron invención de un fabricante de tales adminículos con el fin de aumentar su venta, lo cierto es que supusieron un medio eficaz de comunicación para eludir la falta de libertad a la hora de establecer relaciones amorosas. Estos complementos, tenidos por femeninos en la sociedad occidental que controla férreamente la moral de las mujeres, dieron la posibilidad de desafiar públicamente aquello que más se quería dominar. La represión tiene sus consecuencias.
La dama con velo, Alexander Roslin
He aquí algunos mensajes y las posiciones del abanico:
- ¿Me amáis?, mostrarlo cerrado.
- Sí, dejarlo inmóvil en la mejilla derecha.
- No, dejarlo inmóvil en la mejilla izquierda.
- Abrazadme, ponerlo en los labios.
- Esperadme, abierto y sin moverlo.
- Os amo, deslizarlo por la mejilla y apoyarlo en la barbilla.
- Nos vigilan, hacer remolinos con la mano izquierda.
- Amo a otro, hacer remolinos con la mano derecha.
- Os odio, deslizarlo en la mano.
- Estoy casada, abanicarse lentamente.
- Tengo novio, abanicarse de prisa.
- Sois cruel, abrirlo y cerrarlo.
- Sois un atrevido, tenerlo en la mano derecha.
- Habéis cambiado, deslizarlo por la frente.
- Estoy desconsolada, deslizarlo delante de los ojos.
- Dejadme en paz, apoyarlo en la oreja izquierda.
- No me olvidéis, ponerlo detrás de la cabeza.
- Seguimos como amigos, dejarlo colgar.
- Venid y hablaremos, llevarlo abierto en la mano derecha.
- Tengo que hablaros, tocarlo con la punta de un dedo.
- Deseo hablaros, tenerlo en la izquierda enfrente del rostro.
- Seguidme, tenerlo en la mano derecha enfrente del rostro.
Joven con abanico, Renoir
En cuanto a los lunares postizos, “mouches” en francés, moscas, además de atractivos adornos, llegaron a codificar mensajes erotizantes a diferencia de los transmitidos con los abanicos. Según donde se los colocara, significaban:
- Cerca de un ojo, apasionada, “asesina”.
- Debajo de los labios, pícara, coqueta.
- En la comisura de la boca, calentorra.
- En la nariz, descarada, atrevida.
- En la frente, majestuosa.
- En la mejilla, galante.
- En una arruga o en el hoyuelo, alegre.
- En el pecho, generosa.
- En un grano, encubridora.
- En la barbilla, discreta.
El minueto (detalle), Tiépolo
El minueto (detalle), Tiépolo
Serían los celulares de hoy, pero mucho más bellos.
ResponderEliminarHermosa entrada María Luisa.
Un abrazo.
Alicia
habia oido y leido algo sobre estos curiosos lenguajes, pero desde luego no con tanto detalle. Ha sido todo un placer leer tu hermosa y didactica entrada, gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
del carpe diem de otro blog accedemos a este blog y lo reseguimos con ojo avizor para llegar a la conclusión de que es un excelente espacio de reflexión y de creatividad. Te invitamos a que dejes un comentario en nuestro blog: penya bogarde, gracias.
ResponderEliminarQue curioso sabia lo de los abanicos, pero ni idea de los lunares.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Antonio.
Hermosas palabras...
ResponderEliminarSaludos
Me encanta todo ese lenguaje sutil
ResponderEliminarUn abrazo
¡Delicioso, Mª Luisa!
ResponderEliminarHace tiempo leí los significados en el uso del abanico antiguamente y me pareció todo un lenguaje fascinador, lleno de gracia. Hoy lo he pasado muy bien recordándolo, porque se me olvidan, no te creas.
Y lo que ha sido un descubrimiento es el lenguaje de los lunares postizos. ¡Qué cosas! De joven, tuve una amiguilla que se lo pintaba entre las cejas, al estilo indio.
Abrazos miles.
Me alegro de que te haya gustado el tema de los abanicos. ¿Verdad que tiene su encanto, Alicia María? Saludos.
ResponderEliminarTe diré, iglesiasoviedo, que estos mensajes me resultaron siempre de gran complicidad. Saludos.
ResponderEliminarAgradecida por pasar por nuestro blog, penyabogarde. Saludos.
ResponderEliminarOjalá aprenda hasta mi último día, Eva. Saludos.
ResponderEliminarHola, @ Escritora, te agradezco tu lectura. Saludos.
ResponderEliminar¡Qué no inventaremos las mujeres para hacernos oír! Un abrazo, María.
ResponderEliminarSi te das cuenta, Isabel, que unos militarotes prohibieran a los hombres usar el abanico es represión y que los lunares postizos se asocien con lo prohibido es más de lo mismo. Besos.
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