miércoles, 16 de noviembre de 2011

TITANIC

CUESTIÓN DE FE

Antonio Campillo Ruiz

El paseo en barca, Mary Cassat

   El “Titanic”, o RMS, pesaba 46.328 toneladas, tenía una eslora de 269 metros y una manga de 28; desde la línea de flotación hasta la cubierta medía 18 metros y su calado medio era de otros diez. Estaba propulsado por dos motores alternativos de vapor invertidos y por una turbina de baja presión. Los motores accionaban tres hélices gigantescas mientras que 29 calderas, alimentadas por 159 hornos de carbón, producían el vapor necesario para alcanzar una velocidad máxima de 23 nudos, lo que le convertía en el barco de pasajeros más veloz de su tiempo. Su capacidad era de 3.547 personas, incluida la tripulación, y contaba con 2 radiotransmisores y 20 botes salvavidas. La ruta que se proyectó para el singular hotel flotante fue entre Estados Unidos y Europa y, a pesar de que navegaba bajo bandera inglesa, la mayoría de sus propietarios eran estadounidenses.

Marina, Álvaro Carducho

   El RMS, Royal Mail Steamship, buque de vapor del correo real, se construyó por la empresa White Star Line en los astilleros que la compañía Harland and Wolff tenía en Belfast (Irlanda). La quilla se colocó el 31 de marzo de 1909 y exactamente dos años después,  en el mismo día y mes, se pudo botar, aunque no estuvo listo hasta otro 31 de marzo del año 1912 debido al fabuloso equipamiento con el que se lo dotó. La noche del 14 al 15 de abril de 1912 entre las 11,40 y la 2,20 se hundió tras chocar contra un iceberg, salvándose aproximadamente unas 700 personas. Dejando a un lado los fallos cometidos después del fortuito choque, de tanta especulación, sólo quiero criticar la confianza en la imposibilidad de hundimiento con que se había persuadido a los pasajeros a través de la propaganda, a tal extremo que la gente rehusó ocupar los botes salvavidas en la seguridad de que nada podría pasarle (en el primero que se echó al agua iban doce personas, siendo su cabida de sesenta y cinco). 
    
David Whitlam

   “Me resulta difícil imaginar cualquier circunstancia que haga que un barco se hunda; pero más difícil me resulta contemplar la posibilidad de que a este barco le ocurra una desgracia; la ingeniería naval moderna impide que eso suceda” había afirmado el capitán Edward John Smith, patrón del Titanic”.

Aunque se sea azul como el mar,
porque ser azul es de hidalgos;
aunque se ahogue el pueblo,
porque ¡vivan las caenas!;
aunque se trabaje en precario,
porque buenas son tortas;
aunque se cure el que pueda,
porque se va derecho al cielo;
aunque se eduque en barracas,
porque Federico está muerto;
aunque se llore en las cunetas,
porque la sangre es roja.
  
 Adrian Borda

12 comentarios:

  1. Qué de cosas sabes, querido Antonio. Eres un compendio andante de datos técnicos y hay que ver lo que aprendo contigo.
    Me ha encantado la conclusión de la entrada, con ese giro poético espectacular.

    ¿Sabes? Creo que existen muchas cosas que parecen imposibles hasta que... llega un momento en que se hacen realidad. Como el Titanic, el mundo occidental se hunde, porque da lo mismo la perfección del sistema cuando existen intereses que apuntan hacia otros lugares del planeta. ¡Porca miseria!

    Un abrazo bien grandote, como tú lo eres, y gracias por ponernos siempre -tanto Mª Luisa como tú- tan bellísimos cuadros (que siempre me olvido de decirlo).

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  2. Ay, querido amigo, da miedo esa confianza ciega. Y ese poema... Parece que sí, que todo da lo mismo. Sufro. Un abrazo.

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  3. Coincido con el comentario de Isabel Barquero: ¡Cuánto sabes Antonio!
    Eres muy generoso con cada entrega.
    Gracias
    Alicia

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  4. Ahí cuando se cree que algo es perfecto está la imperfección.
    En algunos casos la ciega fe, mata.
    Gracias Antonio, en cada entrada tuya, aprendo, reflexiono y quedo extasiada por los cuadros que eliges.

    Un abrazo,

    Clara

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  5. Isabel, aquello que no tiene que desaparecer no debe ni puede hacerlo. El Titanic no debía desaparecer.
    Este es el empecinamiento de la fe en su vasto esplendor.
    Obligatoriamente los sucesos deben ser como se han programado por quienes son los especialistas y el resto de mortales deben acatar, aún a costa de su propia vida, lo que establecen los planos diseñados por irritantes mediocres.
    Bien, pues basta ya de dibujar planos falsos y erróneos. Cada vez son más los que conocen los extraños e implacables planos tridimensionales de una economía impropia de seres racionales, una educación pretendidamente elitista cuando en realidad se trata de un trasiego de compra-venta, unas preocupaciones sociales ridículas y, basta ya de dogmas de fe.
    No, Isabel, sé lo imprescindible para que Mª Luisa me enseñe a ser cada vez mejor.

    Un abrazo, querida Isabel.

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  6. No, Alicia, solo para caminar por casa. Tendría que vivir mil vidas más para empezar a saber un poco.
    Lo que si os admitiré siempre es que para vos siempre trataré de compartir todo sin condiciones.

    Un abrazo, Alicia.

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  7. Clara, creo que la ceguera siempre mata si caminas solo por la vida.
    Lo más injusto es que quien cree ser perfecto genera la imperfección.
    Nos sucede los mismo a ambos, Clara. Y este enriquecimiento mutuo creo que es uno de los mejores lazos de amistad que existen.

    Un fuerte abrazo, Clara.

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  8. Sí, Isabel Barceló, pero afortunadamente, los espíritus están cada vez más alerta ante desmanes impropios de quienes están llamados a servir, no a ser servidos.
    Y si no es así, es bueno que empecemos a pensar que debe ser de esta forma.
    Sé que sufres porque sabes que es una situación patética.

    Un fuerte abrazo, Isabel.

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  9. Que terrible e ignorante soberbia la de los hombres que creen dominar la naturaleza sin detenerse a pensar que la sangre es roja y escasa.

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  10. ¡Qué excelente pensamiento, Mariano!
    ¡Y tienen que cargar con nosotros, los humanos ignorantes y soberbios!
    Mi consuelo es escapar siempre de esta terrible categoría.
    ¿Recuerdas aquella canción pegadiza que fue famosa en nuestro país que culpaba al mundo de ser rebelde? Sí, la interpretaba Jeanette. Escúchala,
    http://youtu.be/qemBa7LAftk
    porque estamos todavía en las mismas...

    Un fuerte abrazo, Mariano.

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  11. La estupidez humana nunca ha tenido limites, Antonio y la prepotencia junto a la soberbia de la especie es su principal exponente. y, ah, según tengo entendido, no creo que vaya a cambiar a corto plazo

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