María Luisa Arnaiz Sánchez
Escultor y modelo
admirando una cabeza esculpida
Balzac comenzó a
publicar “Chef-d’oeuvre inconnu”, una novelita en que reflexionaba sobre Arte, a partir de agosto de 1831
en el periódico “El Artista”, cuya peripecia no es
otra que la finalización de un cuadro, tras diez años inacabado por falta de
inspiración, gracias a la modelo que se le facilita al pintor. Cuando Vollard
propuso en 1933 a
Picasso ilustrar la obra del francés, el pintor se entusiasmó porque ya desde
1914 había representado la relación entre esas dos criaturas, el artista y la modelo,
que simbolizan el secreto de la creación, el nexo entre el arte y la vida. La
modelo fue la suiza Marie-Thérèse Walter, “la
mujer con la que más le apeteció hacer el amor” escribió Antonio D. Olano, a
la que había conocido en 1927 y sería la madre de su hija Maya, la que simultaneó
desde enero de 1936 con Dora Maar, que también incluyó en la serie de cuarenta
y seis grabados, llamados “el taller del artista”, de la Suite Vollard.
Escultor reposando I
Modelo desnuda y
esculturas
Escultor en reposo y
escultura surrealista
Escultor, modelo y
cabeza esculpida
Escultor reposando II
Modelo y escultura
surrealista
Escultor en reposo
ante dos caballos y un toro
Escultor, modelo y
escultura
Finalizo la Suite Vollard con uno de los
cuatro aguafuertes que Picasso dedicó al maestro del grabado: Rembrandt.
Rembrandt y mujer con
velo
Desde luego es impresionante. Donde está? No recuerdo haberla visto en el museo Picasso.
ResponderEliminarEn el MUICO hasta el 20 de mayo.
ResponderEliminarC/ Zorrilla, 3. Madrid.
Nosotros no queremos perdérnosla. Uno de esos días iremos a verla. Besos, Mariano.
Maravilhosos trabalhos, como era de se esperar...
ResponderEliminarUm grande bj querida amiga
Es que Picasso era un genio. Un abrazo, Gisa.
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