CÍRCULO DE CASUALIDADES
Antonio
Campillo Ruiz
La pureza sensual
de un primer beso, vivencias personales en una línea espacio-temporal que se
desarrolla con soltura en su complejidad, más una multitud de círculos, se
entremezclan en una historia sencilla pero perturbadora en función de
quien la revive. “Los amantes del círculo polar” de Julio Medem,
1998, narra la historia de dos nombres simétricos (palíndromos, al igual que el
apellido del director), que convierten su amor en su vida y viven para su amor.
El espectador queda
atrapado en unas alteraciones temporales que el realizador muestra con la
sencillez de la identificación de quien las vive. La visión de sucesos que
desde la niñez forjan la personalidad, los afectos, las ilusiones, de unos
personajes que se encuentran en un mundo extraño, genera en ellos la ilusión de
poder soñar despiertos e incluso poder alterar la realidad pasada. La belleza de la composición fotográfica y los puntos de vista de la cámara son aliados imprescindibles para poder captar el complejo mundo interior de los protagonistas.
El amor buscado, o quizás mejor, la búsqueda de sentimientos, acaba en un amor que, como el
círculo, representa la perfección geométrica tanto tiempo deseada. Secreto, puro, absorbente, el amor entre Ana y Otto es tan íntimo como misterioso, tan
sencillo como apasionado, tan maravillosamente infantil como poético. Es un amor perfecto.
Acontecimientos no
deseados arrastran a los amantes hacia unas vidas no anheladas, donde se
cruzan levemente hechos estimulantes del
incendio que provocaría su reencuentro. El nombre del protagonista, Otto,
posee tales connotaciones que Medem
aprovecha el tiempo de la acción para introducir una noticia de 1997 sobre el perdón solicitado por el entonces Presidente de Alemania, Roman
Herzog, atribuyendo a los dirigentes nazis la Operación Rügen, en la que la
Legión Cóndor bombardeó, hasta su destrucción total, la ciudad de Guernika en
el transcurso de la Guerra civil española.
La vida circular,
la suerte y la muerte, poseen una magia, un magnetismo y una fascinación que,
sustentada en diez bloques narrativos,
organiza magistralmente los saltos espacio-temporales, reales e imaginarios, en
una estructura simétrica, milimetrada, con unos puntos en las intersecciones de los
círculos en los que el espectador encuentra el verdadero sentido de
una historia tan delicada como onírica.
Me gusta el relato. Voy intentar asistir.
ResponderEliminarBesos querido amigo
Mi cinéfilo e incansable amigo: Gracias.
ResponderEliminarMil gracias
ResponderEliminarPara seguir comentándola.
ResponderEliminarGracias, Antonio.
La he visto recientemente, pero tus comentarios me retrotraen a detalles en los que no habia reparado. Gracias, y buen verano.
ResponderEliminarAgradecido, Gisa.
ResponderEliminarEstando en latitudes contrarias, el problema es que vosotros no tenéis vacaciones ni, posiblemente, tiempo para visionar la película.
A pesar de este inconveniente y de su complejidad narrativa, te recomiendo que, si puedes, la disfrutes.
Un fuerte abrazo, querida Gisa.
Querido amigo Enrique, siempre tienes una palabra de aliento, una ilusión, que te envuelven y te elevan.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por tu interés.
Quisiera encontrar una película que te haya hecho tilín para hablar de ella.
Un fuerte abrazo, Enrique.
Es evidente que así es, Alicia.
ResponderEliminarFalta hablar de los preteribles y futuribles, de su verosimilitud, de su realidad irreal, de la sensualidad y del amor nacido con la edad cronológica.
He tratado de evitar conceptos que fuesen complejos para muchos lectores que visionan una historia tan bella como extraña.
No es necesario especificar qué elementos fílmicos pueden o no influir en el espectador, lo importante es sentirlos no que te aconsejen mediante una reseña que los percibas.
Seguimos cuando quieras.
Un fuerte abrazo, querida Alicia.
¡Cómo es eso de "buen verano"! ¿Es que te despides ya? ¡No me lo puedo creer! ¡Quedamos en tomarnos unos tentempiés! Bueno, te llamo.
ResponderEliminarCon respecto a la película, perder pequeños detalles es tan normal que si me dijesen todos los que yo no percibo sé que me echaría las manos a la cabeza.
La película pasa y pasa y no puede retroceder. No permite un análisis tranquilo, a veces, debe ser demasiado rápido y con gran cantidad de información.
La bondad de haber visionar una película es poder hablar de ella con otras personas y, entre todos obtener aspectos particulares y peculiares no captados.
Un fuerte abraqzo, Mariano.
Olá Antonio,
ResponderEliminarAdorei, deve ser maravilhoso o filme.
Grande abraço!
Qué belleza de película, Antonio. No he podido resistirme a disfrutar un ratito de sus imágenes.
ResponderEliminarTus comentarios sobre ella son muy acertados e instructivos.
Ay, ojalá tuviera tiempo para verla íntegra otra vez, pero las obligaciones no me dejan.
Un grandísimo abrazo, querido Antonio.
Smareis, te agradezco mucho tus palabras.
ResponderEliminarEs un inconveniente que la película no se pueda comprender por muchas persona que, como tú, tiene dificultad con el español y con los subtítulos. Igual sucede en mi caso.
Procuro que el audio dialogado posea subtítulos en otros idiomas para facilitar a los lectores su comprensión. A veces es importante.
Es un placer tenerte por aquí, querida amiga.
Un fuerte abrazo, Smareis.
Querida Isabel, me alegro, me alegro mucho que hayas hecho una pausa en tu quehacer para disfrutar de unas imágenes bellas y un argumento imaginativo.
ResponderEliminarCuando hablemos en directo comprobarás que tus comentarios serán tan instructivos como dices que son los míos. Cada uno ve "su" película y disfruta de ella con intensidad. Después, hablar de una buena obra cinematográfica es tan interesante como plantear hipótesis acerca de cualquier otro tipo de narración.
Un fuerte abrazo, querida Isabel.