MILLE
BAISERS À PACO, ELLE SAIT POURQUOI
Antonio Campillo Ruiz
“Mathilde es especial. Nunca tiene un
problema porque dicidió sólo vivir las cosas placenteras de la vida” dice “Le Mari de la coiffeuse”, “El marido de la peluquera” de Patrice Lecote, 1990, cuando en
uno de sus soliloquios conductores habla al espectador.
La pura esencia de
sensaciones y deseos. Una de las alabanzas al amor, ese extraño elixir que
puede encontrarse en una botellita de colonia, que posee la química entre el
cuerpo y el espíritu y que tanto se resiste a aparecer en las vidas de personas
que lo buscan desesperadamente. En la infancia se forjan sensaciones tan
potentes que tienen forma de brazos, de pecho cálido o de regazo solícito y perduran
en quienes son capaces de no olvidarlas como ilusiones o fantasmas, fetiches
o imperecederos recuerdos.
Durante la pubertad
se percibe la dulce sensualidad jamás alcanzada y siempre soñada que derraman
hombres o mujeres cuando realizan un trabajo peculiar para el púber. El olor
personal, el levísimo acercamiento que, a pesar de no rozar se siente como tal en el caso que nos ocupa, la femineidad tan exquisita cuando roza con sus suaves
manos el cabello que huele a champú y cremas aromáticas, despiertan tal cúmulo
de sensaciones, narradas en primera persona y vistas en los tiempos reales en que se produjeron, que la intimidad de los protagonistas, Antoine (Jean Rochefort) y Mathilde
(Anna Galiena), extiende sus dedos hasta los espectadores.
Narrada en off con
gran cantidad de flash back y rodada en un espacio minúsculo sin crear sensaciones fílmicas de espacio opresivo, el filme se hace muy intimista y
trata de compenetrarse con el espectador contándole, como si de una confidencia se
tratase, las sensaciones personales y pensamientos de las diferentes etapas de la
vida de Antoine. Una planificación
bien realizada y unos planos con puntos de vista casi siempre sensuales, imprimen a la
película un cúmulo de deseos y sofisticadas experiencias eróticas que son muy
efectivas: un día, cuando Antoine tenía
12 años, vio por el escote de la peluquera que le cortaba el pelo un seno de piel fina, perfectamente redondo, junto a su cara. Ese instante duró toda una vida.
El antes y el
después de un suceso que quiebra el ritual del joven es el punto de inflexión
de su vida, de la que no sabremos nada ni es necesario, y el momento de
empezar a disfrutar de una fotografía tan acariciadora como las sensaciones
vividas. “Los días pasaban uno detrás de
otro como un sueño…”, dice Antoine.
“Miró el negocio vacío, entonces, me dijo
Mathilde “¿Quieres que corte tu cabello?”. Me encantaría”. Su
compenetración personal, su vivencia cotidiana, las inmensas elipsis temporales
que eliminan casi por completo todo lo referido a una vida en común, exceptuando
los momentos mostrados, dan al filme un calor y un recogimiento especiales. El
plano cenital que aplasta todo es tan significativo
fílmicamente, que sigue haciendo guiños de complicidad al espectador,
imprimiendo al momento un sabor agridulce que bien puede considerarse cotidiano.
El marido de la peluquera” recibió el premio Louis Delluc a la mejor película francesa en 1991 y otras nominaciones y premios.
Es una maravillosa película. También me gusta mucho.
ResponderEliminarBesos en tu corazón mi querido amigo
Muchas gracias por tu aportación Antonio. No conozco la película, pero me has avivado la curiosidad, así que prometo verla lo antes que pueda. Un abrazo y reitero mi agradecimiento
ResponderEliminarKenne den Film nicht, doch es ist ein guter Hinweis darauf...
ResponderEliminarServus
CL
Hola Antonio:
ResponderEliminarMuy buena la presentación que nos ofreces con esta película que hay que ver.
Gracias,por tus extraordinarios, comentarios .
Un abrazo.
Moon.
Està peìcula la he visto hace unos años en una filmoteca provincial donde el coloquio al final era como la fotografìa encuadraba la historia, era un profesor de Publicidad y Relaciones Pùblicas, que no recuerdo ahora su nombre , quien la trajo como refuerzo de su discurso. Me gustò mucho la historia y por supuesto la fotografìa.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hola querido Antonio,
ResponderEliminarmuy sensual, reflexiva y sencilla esta pelicula, realmente es inolvidable; pero la belleza con que nos contas la trama y su ambiente es tan perfumado y bello que me provoca verla nuevamente.
Un abrazo y feliz comienzo de semana.
Cierto, Gisa, es un película que no trata de alcanzar grandeza pero la consigue.
ResponderEliminarNarrativa, imagen, música y ese sutil erotismo, vencen su sencillez.
Es una estupenda película.
Un fuerte abrazo, querida Gisa.
Mabel, la película es muy sencilla aunque el juego espaciotemporal, mezclado con su erotismo inocente es bastante divertido.
ResponderEliminarCreo que, si la puedes visionar, te gustará.
Un fuerte abrazo, querida Mabel.
Amigo Clouny, te atraerá su sencillez.
ResponderEliminarHubo una etapa en el cine francés en la que se realizaron películas aparentemente triviales.
En realidad eran grandes películas sobre pequeños argumentos cotidianos, que no es lo mismo.
Espero que la puedas disfrutar.
Un abrazo, amigo Clouny.
Moon, me alegro que, a través de lo poco que puedo aportar, te atraiga el visionado de esta película.
ResponderEliminarSospecho que te gustará, excepto dos secesos que golpean fuertemente.
Si te gustan los comentarios es porque tratan de publicaciones que son muy buenas. Yo no invento nada, lo creas tú.
Un gran abrazo, amiga Moon.
Pues, es una suerte, Fus, poder asistir a actos de este tipo en los que se desentraña hasta lo más profundo de aspectos importantes de una obra, es igual que sea un libro, una película o cualesquiera otra manifestación creativa.
ResponderEliminarEspero que podamos hablar de esta película con más profundidad que las pequeñas reseñas que realizo. Aprenderé mucho.
En cualquier caso, me alegro que te gustase la película y sobre todo esa suave fotografía que parece acariciarte.
Un abrazo, amigo Fus.
Querida amiga Carolina, es como dices: "sensual, reflexiva y sencilla".
ResponderEliminarLos dos únicos puntos que ensombrecen la historia, son ineludibles.
Por lo demás, me encanta que digas esas palabras sobre el comentario. Sin tener demasiada, la justa, alzas mi autoestima.
Un gran abrazo, querida Carolina.
Bien, Valentín, lee un comentario que he dejado en tu blog.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Antonio: No la he visto, la veré, porque suena muy bien tu reseña. El sábado pasado me di vuelo con algunas de tus películas.
ResponderEliminarTe tengo una sorpresa que espero no tengas inconveniente, me gusta hacerlo con los comentarios de los amigos, pues hay gran sabiduría en ellos. Tu lo verás cuando regreses.
Un abrazo.
p.d. Si no te agradara me lo dices, ok?
Querida amiga Sara, eres una gran mujer. A pesar de ser inmerecido el lugar, uno tiene su corazoncito y su pequeña vanidad para aceptar abrir, en lugar preferente, un poema tan dulce como el que has escrito. Y, no, no tengo inconveniente en nada ni para nada, cuando se hace por una sincera amistad.
ResponderEliminarTe agradezco la deferencia que tienes conmigo, querida Sara.
Yo también tengo una sorpresa para ti. Búscala en las etiquetas.
¡Ah!, la película... que el pobre actor debe estar calvo de tanto esperar. Cuando puedas y creas que es un momento oportuno visiónala con la serenidad de su bella fotografía y sus espléndidos flash back.
Un fuerte abrazo, querida Sara.
No la vi. La voy a ver ni bien pueda, es una película que tengo pendiente de ver desde hace un montón y siempre me olvido. Tu post me lo recordó.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias por visitarme, he visto la película y me ha encantado,un placer entrar en tu espacio,un saludo.J.R.
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