PICASSO
Y TOULOUSE-LAUTREC: RETRATOS Y SEMBLANZAS.
Antonio Campillo Ruiz
Desdibujados,
levemente integrados en el lienzo, confundidos unos trabajos con otros, mezclados
para que la igualdad se aprecie en toda su extensión, los personajes y
ambientes pintados por estos dos genios y magos de la imagen atrapada en un
instante, cuando se está produciendo, sin dejarla que acabe su protagonismo,
antes de morir en el recuerdo de quienes la ven y la disfrutan, atrapan la realidad
con sus líneas leves que semejan un incesante movimiento, con la vitalidad de
lo que acontece en ese momento.
Picasso
Nos
resulta increíble la unión entre estos dos artistas que pareciesen no rozarse
en estilo y abstracción para plasmar idénticas escenas y personajes. Toulouse-Lautrec, muerto a los
treinta y seis años, cuando Picasso
sólo contaba con veinte, nunca pudo soñar que su compañero de imaginación
seguiría desarrollando su actividad de transformación genial setenta y un años
más. Sin embargo, se encontraron en la vida sin saberse, sin tenerse, excepto
por la capacidad para realizar obras que, como las cartas de naipes recién barajadas,
sería difícil, salvo en raras excepciones, distinguir cuál de ellos es el autor,
cuál ha captado con más agudeza y belleza plástica ese instante imborrable y
etéreo, tan fugaz como sus leves pinceladas, inconclusas a veces, que potencian
imágenes y momentos que se paralizarán por siempre y que apreciamos como un
retazo de vitalidad en las pinturas que rezuman absenta y disfrute. Son los captadores
de peculiares y únicos momentos de la vida impetuosa y alocada de un París
asombroso, rutilante y desinhibido de la rutina que frena la vida con procesos
que ahogan y no permiten vivencias cuya pasión da sentido a la belleza, la
cultura y el pensamiento humano.
Toulouse-Lautrec
Personajes
con singularidades particulares, especiales, novedosas para la época, quedan atrapados
en los lienzos, papeles para anuncios o cualquier otro material e inician un
camino que iría cambiando a gran velocidad la sociedad establecida y sobria,
moderada, sin el alma rutilante de luces y sombras que conforman una mirada
permanente a la realidad y a la transformación. Mujeres y hombres de vida
liberal, licenciosa, sin freno, se agotan de vida hasta el final de su belleza
personal que les empuja hacia la autodestrucción o el forzoso retiro y les
invita a recapitular, renacer momentos en los locales nocturnos de Montmartre y
recordar las usuales escenas caricaturescas e incluso lascivas que en ellos
fueron su meta. Recoleta y permanente lugar de encuentro, la Plaza Pigalle, con
su Moulin Rouge como ejemplo destacado pero no por ello más visitado y las
salas de fiesta, baile y lugares tomados por prostitutas y bohemios, con y sin
suerte, fueron la escuela donde estudiaron y aprendieron esta etapa cuasi conjunta
de estilo y fugacidad pictórica. La ansiedad por avanzar, por alcanzar la
perfección a través de sus miradas, adelanto su capacidad para asimilar
espacio, tiempo, luz, color y belleza.
Toulouse-Lautrec
La reiteración
en aspectos comunes circunda y cierra círculos que, previamente, los artistas
han estructurado para solaz de su capacidad interpretativa, de la realidad depurada
y publicitada para el conocimiento general de aquellos que no poseen a su
alcance motivos, medios ni espacios para percibir sensaciones tan potentes y arriesgadas
para salud y bienestar. Establecer esta comparación tan dispar entre Picasso y Toulouse-Lautrec supone atender a lo
no pintado, a lo sugerido, a lo desenfocado, a la sutil línea sin acabar.
Picasso
Es aconsejable visionar el vídeo a plena pantalla.
¡Qué interesante comparativa! Gracias por su trabajo.
ResponderEliminarBien, no puedo negar que me agrada que como tú, Preste Juan, se valore en su justa medida la imposible posibilidad de que Picasso y Toulouse-Lautrec hubiesen sido amigos, pintores al alimón, creadores de esos mundos diferentes pero con tanta proximidad como ellos tuvieron. Un saludo, amigo.
EliminarVi la Exposición en el Thyssen ahora que estuve en Madrid
ResponderEliminary me gustó mucho.
Gracias por traerla aquí.
Un abrazo
Sí, Myriam, es una exposición pensada y seleccionada hasta el mínimo detalle. La idea de unirlos ha sido tan acertada como exitosa dada la mediocre oferta en verdaderos estudios que se presentan en la actualidad. Un abrazo, querida amiga.
EliminarY desde luego, me ha gustado también mucho
ResponderEliminartu vídeo.
Bueno, Myriam, no hay color con la realidad. La pintura sugerida es muy difícil de plasmar en una fotografía. El espectador debe buscar su distancia personal hasta la obra para apreciarla en toda su belleza y el punto de vista para evitar luces parásitas y poder ver la propia luz del autor. En la fotografía se le prestan estas dos peculiaridades y, eso no es bueno por muy bien que se aprecie. Un abrazo.
EliminarBuenos días viajera:
ResponderEliminarEso es el mejor regalo que uno se puede hacer.Poder reencontrarse y visitar lugares y personas que se estiman.
Feliz lunes estimada Myriam.