EL
UNIVERSO SORPRENDENTE Y BELLO
Antonio Campillo Ruiz
Galaxia Andrómeda. NASA.
Leyes
físicas, energía, cosmología, ciencia basada en los procesos físicos y aspectos
energéticos transformables, todas las formas de la materia, el espacio y el
tiempo como exponentes de nuestra nimiedad, conceptos que aparentemente
comprendemos pero que entrañan una complejidad muy superior a la capacidad de
comprensión que poseemos. Escalas de dimensiones inconcebibles para la mente
humana y, a pesar de todo, los seres racionales, como somos atrevidos, consideramos
al Universo, al Cosmos, un espacio cerrado e inamovible que se expande o se
contrae, en función del dictado de las diversas teorías que, día tras día, se
van traduciendo a un lenguaje ininteligible para quienes no poseen ni medios ni
capacidades para poder discernir, no sólo lo que define al Universo, al Cosmos,
sino tan siquiera cómo se formó y qué puede ser.
Nebulosa espiral en ojo. NASA.
La Ciencia,
para tratar de explicar fenómenos que poseen una rutina cosmológica predecible, construye modelos explicativos en los que, de forma preferente, la dualidad espacio-tiempo
y el principio de causalidad, unidos a observaciones pacientes y metódicas, nos
tratan de enseñar la coexistencia material y energética de un proceso tan
especial e impredecible como el Big Bang. A pesar de ello, debemos poseer sosiego
y conformidad para admitir hipótesis que, sistemáticamente y a pesar de ello, los
experimentos realizados para elevarlas a la categoría de teorías demostradas se
basan en el convencimiento, que no en la demostración total, de leyes
constantes aceptadas: la homogeneidad y la isotropía. Admitimos, igualmente,
que diversas teorías explican las fuerzas dominantes en las inmensas distancias
cósmicas, la gravedad y la relatividad, estas sí, demostradas y avaladas por
hechos que nos acercan con bastante velocidad a las fantasías galácticas de
la imaginación de guionistas cinematográficos. Por otro lado, la complejidad espaciotemporal,
centra nuestra atención como única demostración de lo insospechado para unos
seres que, como los humanos, estamos sujetos a unas leyes tan simples como
demostrables.
Galaxia Vía Láctea y Sistema Solar.
NASA.
Sin
embrago, las fuerzas que rigen el Universo, descubiertas y relacionadas con lo
enormemente pequeño a través de la Mecánica Cuántica, han despejado un campo
del saber que posee la verosimilitud de lo demostrado y la imaginación de lo
filosófico. Nuestras eternas tres dimensiones espaciales, convertidas en cuatro
al añadir el tiempo, fácilmente admisible, se han transformado por un pase de la
magia filosófica en once posibles dimensiones espaciotemporales. ¡Vaya escándalo
para quienes la demostración es lo único que puede ser cierto! Admitimos, a la
vez pequeños datos que demuestran que, a pesar de no ser exactos, cualquier
aproximación que confirme teorías clásicas las reafirma como demostradas, así sucede con la geometría euclidiana, asumida como cierta por considerar que la
curvatura media del espacio es muy pequeña o incluso, “puede” llegar a ser nula
y por ello… es aplicable a todo el Universo. Puede. ¡Vaya palabra peligrosa
para la Ciencia! Bien, pues estos “mínimos” elementos que no poseen una
verosimilitud absoluta potencian paradigmas que pueden llegar a ser demoledores
para investigaciones que se basan en ellos: pueden provocar errores.
Nebulosa globular. NASA.
Por
otro lado, convenidas algunas teorías e incluso demostradas como punto de
escape de las dudas que son dirimidas por ellas, nos estamos acostumbrando a no
salir de unos cánones que, si bien pueden ser ciertos, la mente nos indica que
debemos ser más racionales que conformistas. Por ejemplo. La separación entre
la inmensidad de galaxias que componen el Universo es un hecho. El Universo se
expande y, según la teoría de la relatividad, posiblemente la más potente directora
del pensamiento cuando tratamos aspectos tan innovadores como inexplicables,
pone de manifiesto que el movimiento “en el” espacio y “del” espacio son
diferentes pero compatibles. Para su comprensión más fácil: el movimiento de astros
que se encuentran en el espacio y se mueven, por ejemplo la Tierra, pertenecen
al movimiento “en el” espacio. Y, a su vez, el movimiento del propio espacio
que contiene a la Tierra pertenece al movimiento “del” espacio. Bien, como se
establece en la teoría de la relatividad, la materia no puede moverse a mayor
velocidad de la que posee la luz, ≈ 300.000 kilómetros por segundo. Sin
embargo, cuando dos galaxias se separan, “en el espacio” lo harán a la
velocidad de la luz como máximo pero, a la vez, el espacio en el que se encuentran
se dilata … por tanto, la velocidad “del espacio” sumada a la anterior, supone que
la velocidad a la que se separan las galaxias es mucho mayor que la de la luz…
pero, muchísimo mayor. ¿Dónde se encuentra la trampa científica? En ningún
lugar. Es un fenómeno del que se trata de pasar de puntillas sobre él para que “todo”
sea demostrable, perfecto, ordenado y… difícilmente comprensible.
Universo observable. NASA.
El
Universo, ese sorprendente y maravilloso lugar, suspendido en un vacío absoluto
y profundo al que pertenecemos, es un prodigio por descubrir y, con la lentitud
que poseemos para los avances científicos, lo haremos en un tiempo que,
desafortunadamente, no todos podremos alcanzar. Poco a poco pero a una velocidad
inimaginable, su expansión llegará a provocar que hasta los mismos átomos se separen
en partículas subatómicas, alcanzando un posible futuro en el que la materia
oscura, debido a la gravedad, detenga esa expansión e inicie una comprensión
que alcanzaría su principio para volver a regenerarse de igual forma que lo
hizo hace cerca de unos 14.000 millones de años. Renacer de sus cenizas será el
continuo quehacer de esta bellísima Ave Fénix.
Grupo de galaxias. NASA.
Antonio Campillo Ruiz
Es aconsejable visionar el vídeo a plena pantalla.
CERCANO Y LEJANO from
Antonio CAMPILLO
RUIZ on Vimeo.
Sorprendentemente bello y eterno... infinito.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Antonio. Siempre pienso en ti, con cariño y admiración.
Vas a conseguir, querido amigo, que me pida a los RRMM del año que viene que me hagan astronauta.
ResponderEliminarPedazo de artículo.
Cada vez le tengo más aprecio a la vida que me permite estar conociendo estudios y descubrimientos tan espectaculares e inimaginables como los que nos presentas. Aunque, si como dices, el universo está en continua evolución, quizás nunca se llegue a conocer del todo. A veces pienso que es tan complejo, que quizás el querer abarcarlo se parece un poco a lo que nos contaban de pequeños para que entendiéramos lo infinito . Aquel niño que quería vaciar el mar con su pequeño cubo de plástico.
ResponderEliminarGracias por tan didáctico y bello trabajo.
Las imágenes que nos muestras, alguna como esa nebulosa “en ojo” que parece tan elemental… Impactante.
ResponderEliminarQuedarse mirando un cielo nocturno limpio con la única ayuda de cuatro datos básicos, nos servirá, no ya para explicar sus leyes, sino con suerte, para atisbar que incluso los científicos, pasan “de puntillas sobre el fenómeno” para no molestar con preguntas, para que todo siga siendo “perfecto y ordenado” mientras logran comprender qué sucedió y qué está sucediendo ahora mismo.
Pienso en los jóvenes que deciden dedicarse a esta disciplina, en su entrega, cuánta generosidad y curiosidad, amigo Antonio.
¡Qué gran descubrimiento es el de la física cuántica
ResponderEliminary cuántos nos queda por descubrir y aprender!.
Un abrazo