MUSA DE
AYER Y DE HOY
Antonio Campillo Ruiz
Françoise Hardy
“Le large” de Françoise Hardy
Ninguna historia trivial grabada en mi
memoria
Ningún barco pirata tomará
el poder
Ninguna estrella fugaz me dejará en la oscuridad
Sin nervios, no ...
Y mañana todo estará bien, todo
estará lejos
Ahí al final cuando despego
Todo estará lejos, dame la mano
Ahí al final cuando despego
No lloverá para estrangularme
Ninguna nube de niebla en mis ojos
desvaídos
Ninguna arena o duna detiene el reloj de
arena
No hay área de luna, no ...
Y mañana todo estará bien, todo
estará lejos
Ahí al final cuando despego
Todo estará lejos, dame la mano
Ahí al final cuando despego
Ninguna otra decoración, nada más que tú
Sin llave a bordo, sin suerte para mí
Y mañana todo estará bien, todo
estará lejos
Ahí al final cuando despego
Todo estará lejos, dame la mano
Ahí al final cuando despego
Sin tiburón, sin aire triste
Sin remordimientos, sin terremotos
Sin lengua de madera
Sin caos, no, no ...
Y mañana todo estará bien, todo
estará lejos
Ahí al final cuando despego
Todo estará lejos, dame la mano
Ahí al final cuando despego.
Caminos
largos, entrecruzados y diferentes que han conformado una vida quizás feliz,
quizás tormentosa pero en todo momento vivida con lucha, pasión y fortaleza. Saber
hablar sobre los sentimientos de una manera libre, con delicadeza y refinada
ilusión, confiando el punto de vista femenino a todos los matices del amor,
mucho antes de que comenzara la parte final de la revolución feminista, es un
éxito personal que ha perdurado a lo largo de más de cincuenta años. Françoise Hardy, “La Musa” de muchos de los
adolescentes que, inquietos y sin rumbo determinado, en 1968 iniciaron un
camino que, como muchos otros, ha cumplido una mayoría de edad que, personas
ajenas a él han tratado y posiblemente conseguido, suavizar y desvirtuar. Hoy,
cuando aquellos jóvenes son abuelos de los nuevos adolescentes, los
sentimientos libres y las ilusiones perdidas son el fruto de la falta de
personalidad, sutileza y distinción.
Antonio Campillo Ruiz
"L'amour Fou" de Francoise Hardy
Señora Condesa
Ven rápido, el tiempo
se acaba:
Él te está esperando
Para un último
tributo ...
Ármate con coraje
Pretender ...
Su lesión es mala
Y no nos desagrades:
Es inútil ...
Sepa que su alteza
Está muriendo pero
constantemente
Verte de nuevo ...
Tu carruaje está avanzado
Y tu entrenador ha
recibido instrucciones ...
¿Señor conde?
Él duerme otra vez!
Sabremos qué decirle
cuando se despierte,
Si no estás de vuelta
...
No te preocupes ...
Date prisa, señora
Porque eres tú la que
dice
- Fuera de lugar -
El último deseo del
alma
Bálsamo en el drama
Desde el desenlace
...
Su belleza, su
juventud
Rico con tantas
promesas
Eras tuyo ...
Serías insensible
Al amor imposible
¿Un amor loco?
No nos conocemos,
No, no sabemos si es
un duelo,
Una pelota perdida
O un suicidio ...
Nadie sabe ... Nadie
sabe
Excepto algunos
fieles ...
Date prisa, señora,
Él pronto morirá
Y quiere encontrarte
hermosa una última vez ...
¡Tú eres, eres, eres
excelente!
Nadie dirá nada,
¡Nadie sabrá nada!
¡No te preocupes!
INFORMACIÓN
ADICIONAL.
Hace una semana, mi gran
amigo Enrique
Tarragó Freixes me envió, como recuerdo musical, la primera
canción “Tous
les garçon et les filles” que Françoise Hardy cantaba en 1962 y “Le large ” que canta en la actualidad, 2018. Este hecho ha
sido la idea germinal para la presente publicación.
El poder evocador de la música es sublime. A medida que sonaba Tous les garçon mientras leía tu reseña, se hacía visible una jovencita rubia con zapatos planos de bailarina y una revista ELLE dentro de una carpeta vertical apoyada en la cintura, junto al pecho. Sus pensamientos envueltos en planes de viajes y futuro, eran los mismos de Françoise: ¿cuándo aparecerá EL? Y quizá, cuando por fin apareció, igual que pasó en la vida de la bella Hardy, más valía que EL no hubiera aparecido.
ResponderEliminarSaludos, Antonio.
Cierto, Anamaría. En la bolsa de lona o tejida con plantas de cualquier tipo han quedado, para muchos jóvenes de nuestra época, ilusiones que fueron su sustento durante un tiempo y que se transformaron en sueños rotos. Sólo las dulces notas melódicas de la cantante, que se reflejaba todas las mañanas en nuestro espejo al peinarnos y acicalarnos, eran capaces de infundir ánimo y sentimiento a nuestras posteriores acciones. ¡Ay, el tiempo! El tiempo fue curtiendo la melodía y transformándola, muchas veces, en una disonancia que no hemos olvidado, que se encuentra presente todavía, que mortifica y que adolece de ser imagen de nuestra alma. Un gran abrazo, mi querida amiga Anamaría.
EliminarAy, Antonio, me encantó entonces y me encanta ahora. Esa mujer y lo que representa para mi, y seguramente para muchos de nuestra generación, constituye un antes y después en la música y en la forma de trasladarla a los amantes de ella, de la música que ella nos ofrecía.
ResponderEliminarLa pasión que le has puesto en el desarrollo de esta entrada, la comparto, dicho de otra manera: Si yo hubiera sabido decirlo así, como tú, así lo habría hecho.
Un abrazo amigo y, ah, hoy, a mi edad, me queda con L´amour fou
Sí, yo también “me quedo” con esa bella canción. ¿sabes por qué, Enrique? Ha quedado tan lejos “Tous les garçons…” que, a pesar de ser el referente por excelencia de una etapa, pareciese que no ha existido. Su especial sentimiento por la juventud, la belleza… la vida, ha quedado lejos, muy lejos. Sí, he tratado de que los lectores que no vivieron aquellos momentos se percatasen de la carga inmensa de profundidad que supuso para nosotros la música y posterior revolución joven que, como todas, ha quedado marginada, olvidada y removida desordenadamente. Un abrazo, mi gran amigo Enrique.
EliminarRealmente evocadoras estas canciones de nuestra adolescencia.
ResponderEliminarMe encantaría saber que opinaría nuestra juventud de ahora de la dulce Françoise y su música. No es precisamente, a pesar de su encanto y su cálida voz, de los cantantes franceses más reconocidos y revisados. Creo.
Al margen del tema, decir que me siento encantada de leer a mis tres blogueros favoritos en correlativa entrada.
Mi cariño a los tres.
Y a Antonio, gracias. Siempre.
Pues creo que, con la simpleza que caracteriza a algunos sentimientos en la actualidad, podrían decir que es una “plasta”. Y, no, no lo es. Sus canciones actuales y las que ha compuesto desde que empezó a tener éxito (no ha dejado de componer ni cantar desde entonces, a pesar de haber tenido una vida bastante difícil), son la continuidad de un estilo que ha ido decayendo con el paso del tiempo como lo hemos hecho quienes la conocimos siendo adolescentes. Su música fue un faro que iluminó la profundidad de una oscura tormenta en el mar. Y, especialmente en España, transformó tanto pensamientos rancios que fue un dolor de cabeza para represores y censores. Un abrazo, tía Conchi.
EliminarPreciosa mujer.
ResponderEliminarBesos, Antonio.
¡Cómo me alegro de leerte, querida amiga Sara! Pues sí, Françoise ha sido y sigue siendo, una mujer muy bella y posee el especial don de saber transmitir sentimientos, algo arduo y no muy usual en la actualidad. Un abrazo, Sara.
EliminarUna mujer tan cautivadora para los hombres como para las mujeres. Un himno, un hito..., una musa como tu mismo dices.
ResponderEliminarElegante hasta para envejecer, pese a al fallecimiento de su hijo Thomas, pero: "La´amor est plus fort que la mort"
Me encanta que esa canción enviada por tu amigo haya generado este delicioso y evocador post.
Un abrazo, Antonio.
Querida amiga Pilar, cautivadora, sí, esa es la palabra que la define mejor. Como buena malabarista de las palabras y su significado has dado en la diana. Es, como dices, una señora, una mujer, una musa… Ha vivido una vida intensa en todos los sentidos, buenos y malos. Y, lo más importante, ha transmitido desde la letra y música de sus canciones sentimientos que no habrían sido percibidos con facilidad por quienes la hemos seguido durante tanto tiempo. Un gran abrazo, Pilar.
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