TORMENTO Y GOZO
María Luisa Arnaiz Sánchez
Gesässstudie, Felix Vallotton
BEN HAZM DE CÓRDOBA, XI
Indicio del pesar son el fuego que abrasa el corazón
y las lágrimas que se derraman y corren por las mejillas,
aunque el amante cele el secreto de su pecho,
las lágrimas de sus ojos lo publican y lo declaran.
Cuando los párpados dejan fluir sus fuentes,
es que en el corazón hay un doloroso tormento de amor.
y las lágrimas que se derraman y corren por las mejillas,
aunque el amante cele el secreto de su pecho,
las lágrimas de sus ojos lo publican y lo declaran.
Cuando los párpados dejan fluir sus fuentes,
es que en el corazón hay un doloroso tormento de amor.
Y el hombre que, cuando tú le abandonas,
no pierde por ti su mejor resignación, es que es de hielo.
no pierde por ti su mejor resignación, es que es de hielo.
ESCENA DE AMOR
BEN SAFAR AL-MARINI DE ALMERÍA, XII
Cuando el sol se inclinaba para alejarse, le fijé, para que
cumpliera su promesa de visitarme como un sol, el momento
en que la luna de las tinieblas hace su viaje nocturno.
Y vino como la claridad de la aurora que se abre paso
entre las tinieblas, y a veces como pasa el céfiro sobre el río.
En torno mío se perfumaban los horizontes, anunciándome
su llegada como el aroma anuncia a la flor. Yo recorrí
con mis besos la huella de su paso como el lector recorre
las letras de la línea. Y pasé con ella la noche, mientras
la noche dormía y el amor despertaba entre las ramas
de su talle la duna de su caderas y la luna de su rostro.
Unas veces la abrazaba y otras la besaba, hasta que
el estandarte de la aurora nos llamó para alejarnos.
ESCENA DE AMOR
BEN JAFACHA DE ALCIRA, XII
Sus miradas eran dos gacelas; su cuello,
como el del ciervo blanco; sus labios rojos,
como el vino; sus dientes como las burbujas.
La embriaguez la hacía languidecer en su túnica
bordada de oro, que la ceñía como las estrellas
brillantes se entrelazan en torno a la luna. La mano
del amor nos vistió en la noche con una túnica
de abrazos que rasgó la mano de la aurora.
Recorrer besos y dejar las huellas en cada rincón de la piel del alma.
ResponderEliminarBesos.
Gozar, llorar, después morir.
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