CORRECCIÓN CINEMATOGRÁFICA
María Luisa Arnaiz Sánchez
Cine en Nueva York, E. Hopper
CORRECCIÓN CINEMATOGRÁFICA
Cuando el aterrado público esperaba ver al inmenso King-Kong tomar entre sus manazas a la hermosa Fay Wray, el gorila con paso firme salió de la pantalla, y pisoteando gente que no atinaba a ponerse a salvo, buscó por las calles neoyorquinas hasta que por fin dio con una película de Tarzán. Sin titubeos -y sin comprar boleto-, con toda fiereza, destrozando butacas y matando espectadores, se introdujo en el film y una vez dentro, ansiosamente buscó su verdadero amor: Chita.
René Avilés Fabila
Te lo robo para mis amigos del FB, gracias. Curioso relato.
ResponderEliminarjaja!En el amor no hay imposibles! Magnífico, me encantó, gracias por compartirlo
ResponderEliminarBesos!
Un poco de metacine no viene mal, ¿verdad, Enrique? Saludos.
ResponderEliminarEs claro, María, que el amor impulsó a la bestia. ¡Cómo batió el récord de marcha a pie!
ResponderEliminarLa llamada del amor traspasa calles, cines y protagonistas. Muy divertido.
ResponderEliminarDesde luego, Mariano, que es un placer que lo traspasa todo.
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