sábado, 24 de septiembre de 2011

CONTAGIO

UNA MUCHACHA QUE CAE

Antonio Campillo Ruiz

Vladimir Dunjic

UNA MUCHACHA QUE CAE

   Con despecho comprendió que una treintena de metros más abajo otra muchacha caía. Era sin duda más bella que ella y llevaba un vestido de media tarde con mucha clase. Quién sabe por qué, la otra descendía a una velocidad muy superior a la suya, hasta el punto de que en pocos instantes la distanció y desapareció allá abajo, a pesar de las llamadas de Marta. Sin duda iba a llegar a la fiesta antes que ella; tal vez era un plan calculado de antemano para suplantarla.
   Luego Marta se dio cuenta de que ellas dos no eran las únicas que caían. A lo largo de los flancos del rascacielos otras mujeres jóvenes se deslizaban en el vacío, las caras tensas por la conmoción del vuelo, agitando festivamente las manos como para decir: aquí estamos, aquí venimos, es nuestra hora, festéjennos, ¿no es verdad que el mundo es nuestro?

Dino Buzzati

8 comentarios:

  1. "Não é verdade que o mundo é nosso?"
    Adorei.
    Um grande bj querido amigo

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  2. Pues sí, Gisa, eso parecía hasta que la mujer tuvo que exhibir unas cualidades que sólo se encuentran en la cáscara: vestidos, maquillaje, paseos ostentosos y reflejos en espejos de sin alma.

    Un fuerte abrazo, Gisa.

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  3. Uffff! Me ha recordado quello del Nombre de la rosa, cuando parecia que el demonio hacia caer a jovenes y bellos monjes por la ventana.

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  4. La loca carrera hacia la nada. Beun "poema" y magnifica reflexión.

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  5. ¿Sabes. Antonio? este cuento, no sé... lo he tenido que leer varias veces y cada vez que lo he leído mi reflexión era distinta, y una vez más, lo he vuelto a leer.

    Porque no es lo más importante el status, la belleza exterior, las apariencias, el querer llegar a ser o tener más que otra persona o con más belleza externa, sino que lo verdaderamente importante, es intentar llegar a ser mejor persona humana, es el valor y la calidad más importante.

    Gracias, Antonio, por estos bellísimos cuentos que nos regalas, son un placer leerlos, y volver a leerlos.

    Besos.

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  6. Sí, Mariano, pero los monjes no se presentaban nada más que delante del Eterno y sólo presumían de saber traducir griego.
    ¡Qué maravilloso idioma! Todas las letras de su alfabeto se utilizan en Matemáticas y en Física. Algunas, en inscripciones religiosas.
    Sospecho que estas chicas habrían hecho estragos en la abadía.

    Me ha hecho pensar tu relación con los asesinatos del maligno.

    Un fuerte abrazo, Mariano

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  7. Efectivamente, Enrique, es una de las posibles interpretaciones. Yo creo, como tú, que es la acertada.
    A pesar de ello, es bastante dura y, como dices, invita a una serena reflexión acerca de la condición femenina, siempre mostrada, alabada, pero siempre denostada.

    Un fuerte abrazo, amigo Enrique.

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  8. Sí, Carla, es muy frecuente que suceda esto con el cuento.
    ¿Cuándo lo leo? ¿Cuáles son mis condiciones personales en ese momento? ¿Poseo alguna otra relación con el inmenso desfile de chicas engalanadas? Creo que siempre podemos obtener una interpretación diferente.
    La que propones es una de las más importantes. Y curiosamente, siempre pertenece a opiniones de mujeres. No se trata de una forma de salvaguardarse contra la eterna lucha misógina, es un impulso inmediato el que os lleva a pensar que no sois mujeres-objeto, que poseéis unas cualidades mucho más importantes.
    Me alegro que lo hayas leído otras veces, que hayas considerado varias interpretaciones, que lo hayas vuelto a leer y, que en todas las ocasiones hayas pensando como una mujer.

    Un fuerte abrazo, Carla.

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