CUESTIÓN DE ORGULLO
María Luisa Arnaiz Sánchez
Cayetano de Arquer Buigas
CUESTIÓN DE ORGULLO
Realmente aquel hombre se obstinaba en no querer atender, mientras enfurecido me daba puntapiés en las costillas y riñones, me insultaba y me perseguía por toda la casa, incapaz de soportar la idea de esposo abandonado.
Yo no me defendía, sabía perfectamente que hubiera podido cortarle la yugular con la velocidad de un rayo, pero en el fondo me daba lástima, ya que en cuanto se cansara y dejara de golpearme, yo también me iría dejándole totalmente solo.
Porque ningún perro de mi categoría soportaría vivir con un dueño que no le permite contemplar escondido tras las cortinas del dormitorio cómo su mujer se desnuda todas las noches.
Julia Otxoa
Como lo comprendo: recuerdo perfectamente mi anterior reencarnacion
ResponderEliminaroooh precioso el lienzo y las palabras Julia Otxoa
ResponderEliminarMi beso Antonio para ti
Ja, ja, delicioso este perro de Julia. ¡Y qué acierto al señalar cómo se descarga la ira en quien no toca...! Saludos cordiales.
ResponderEliminarE.S.M. (En sus manos). Muy agudo, Mariano.
ResponderEliminarHola Eva, de Arquer Buigas “impresiona”. ¿Conoces sus nucas? Saludos.
ResponderEliminarIsabel, sobre todo sensible… y ¡apaleado!
ResponderEliminarTe lo "robo", Maria Luisa.
ResponderEliminar++++++++++++++++++++++
Todo tuyo.
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