Antonio Campillo Ruiz
El niño de Vallecas,
Ramón Gaya, 1987
“Es cierto que en
la pintura de Velázquez no hay, propiamente, colores, pero no se trata de una
carencia, sino de una... elevación, de una purificación…El niño de Vallecas es todo él como una elevación, como una
ascensión. Todos los retratos velazqueños vienen a ser como altares, pero El niño de Vallecas es el altar mayor de
su obra, el escalón supremo de su obra desde donde poder saltar, pasar al otro
lado de todo, más allá de todo. En ese rostro tierno, manso, santo, animado por
una sutil mueca agridulce, es donde con más limpieza parece producirse el
sacrificio de la realidad, y también el sacrificio del arte.”
“Velázquez, pájaro solitario”, Ramón Gaya
A limpidez e a clareza encantam.
ResponderEliminarUm grande bj querido amigo
No lo puedo impedir, amigo Antonio, te los estoy robando, (compartiendo), sin que pueda evitarlo.
ResponderEliminarUn abrazo incansable amigo.
Ramón Gaya, Gisa, fue un pintor murciano de excepcional delicadeza, recientemente desaparecido.
ResponderEliminarPosee un museo de su obra pictórica en el corazón de Murcia.
Su interpretación y opinión del "Niño de Vallecas" es tan personal como toda su creación.
Seguiré hablando de él y sus cristalinas pinturas.
Un fuerte abrazo, querida Gisa.
Enrique, compartir contigo cualquier publicación es una inevitable satisfacción.
ResponderEliminarGaya se merece que le vea todo el mundo.
Un fuerte abrazo, amigo Enrique.