CUANDO EL FUEGO DEL AMOR APAGA LA
VENGANZA
Antonio
Campillo Ruiz
Cuando el Sheriff
Dad Longworth ve a lo lejos la llegada de Río, su mirada cambia lentamente en
un alarde interpretativo que Karl Malden realiza en su personaje de “El rostro impenetrable”, “One-Eyed Jacks “ de Marlon Brando, 1961.
Río, interpretado
por Marlon Brando, con su gesto duro, indiferente, sereno, casi hierático, representa el contrapunto
que enfrentará a estos viejos amigos entre tempestades de polvo y un bello y
potente mar, integrado por primera vez en un western, prediciendo el tormentoso
enfrentamiento de rostros que serán fundamentales en el desarrollo de la
película. Dos de los rostros con las narices más peculiares de la Historia del Cine.
La impasibilidad y
sangre fría de Río se eleva más allá de los sentimientos de un entorno cuasi
feliz y desconocedor de los lentos y largos días que ha vivido en soledad. Sólo
posee un objetivo que se encuentra en Monterrey, California.
Detrás de la cámara la realización de esta película también tuvo sus tempestades. Iniciada en 1958
por el perfeccionista Stanley Kubrick, los choques entre él y Marlon Brando eran frecuentes e irritantes. El director fue despedido y la película la acabó
dirigiendo el propio Brando, que no soportaba la parsimonia perfeccionista de
Kubrick. En favor de este debo expresar que probablemente, tras la increíble elevación del clímax, no habría terminado "su" filme con un descenso tan vertiginoso en la
profundidad de un cansancio tan inexplicable como anodino.
Siempre se culpó a
Brando de ser demasiado individualista, de no saber manejar a un equipo de
cientos de personas en esta su primera y única película como director. Su
estreno en 1961, cuando ya el interés por el western empezaba a decaer notoriamente entre los espectadores, demostró que una obra maestra puede surgir de
cualquier género cinematográfico. A regañadientes fue nominada al Óscar a una
fotografía sobrecogedora, barroca, casi espectral, que con sus tonos pálidos, suaves
y perfilados, presenta una historia tan dura como envolvente.
El Festival de Cine
de San Sebastián (también Europa en general) admiró como obra maestra este filme y lo premió por su perfección cinematográfica y potencia fílmica. Posteriormente,
no cabe duda, que su influencia en películas del western decadente hasta su casi total desaparición, ha sido decisiva tanto para rememorar su barroquismo
como para inmortalizar su expresión narrativa.
Marlon Brando ¡Qué buen mozote!
ResponderEliminarAhora actuando, lo que sea, mínimo, era lo que uno recordaba de la película, por más que el argumento sea pésimo, que las tuvo y muchas.
Una personalidad enigmática.
Pero ya no hay actores como él, son todos tan... blandos...
Abrazos
Haces que nos enamoremos, aún más, del cine, amigo Campillo. Lástima que estas películas, como las que hoy propones ya no se puedan ver en las salas de cine aunque, eso si, la puedes ver en cualquier TV de pago y no tanto.
ResponderEliminarUna delicia de entrada, amigo. BN.
Vi la pelicula.Que buen mozo Marlon Brando .Me ha encantado tu texto y por supuesto él.....
ResponderEliminarBrando siempre fue considerado un maravilloso actor, pero muy voluntarioso.
ResponderEliminarMe gusta tu entrada. Un beso querido amigo
No recuerdo haber visto esta película. Igual vuelvo a verla aquí... Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarCreo, Alicia, que ya no hay actores que se formasen en "la factoría" más famosa del mundo: el inimitable “Actor´s Studio” de Nueva York.
ResponderEliminarConstantin Stanislavski fue el inventor de “the method”. De él bebieron los actores más famosos de la historia del cine del siglo XX, entre los que se encontraba Marlon Brando.
Su especial adaptación a la interpretación que realizaba siempre era una lección de sabiduría interpretativa.
A pesar de su buen hacer en la película de referencia, no fue una experiencia completa y sí desafortunada en escenas de importancia. No estaba llamado a la dirección.
Brando fue un actor inimitable en manos de un director enérgico e imaginativo.
Un fuerte abrazo, querida Alicia.
Es el mejor piropo que me puedes decir, amigo Enrique.
ResponderEliminarSi el amor por la imagen dinámica crece una sola milésima, mi satisfacción será total.
Cierto, no se pueden visionar en pantallas comerciales. En Murcia, como en otras muchas ciudades españolas, existen las filmotecas.
La nuestra, "Filmoteca Paco Rabal", proyecta algo más que estas películas: sus versiones originales remasterizadas en formato celuloide.
Algo que podemos definir como "fuera de lo normal".
Bien, pues estos recintos en los que se sueña con las grandes realizaciones cinematográficas de la Historia del Cine deben ser conocidos por jóvenes y cinéfilos. Es una de las mejores labores que se pueden realizar para no olvidar el arte de hacer sentir fílmicamente una narración cinematográfica.
Un fuerte abrazo, Enrique.
Recomenzar, leer http://ddd.uab.cat/pub/trerecpro/2010/hdl_2072_83180/Treball+de+recerca.pdf es muy importante para comprender la calidad técnica de Brando.
ResponderEliminarMe alegro y agrada que hayas visionado la película.
En cualquier caso, recuerda que cuando una película no merece la pena visionarla por segunda vez es porque no debió ser visionada la primera.
Visionar serenamente por segunda o tercera vez una película supone encontrarle virtudes o defectos no percibidos con intensidad anteriormente.
Un fuerte abrazo, Recomenzar.
Querida Gisa, tus palabras son muy agradables. Gracias.
ResponderEliminarSí, Brando poseía la soberbia justa, el coraje necesario y la calidad técnica precisa, para interpretar tanto en la pantalla grande como en teatro o en la vida real. Recordemos su negativa a recoger uno de sus Óscar por su lucha contra la segregación racial.
Hablando de premios obtuvo, siempre por su interpretación, dos Óscar, dos Globos de Oro, tres Premios Bafta, un Emmy y Mejor interpretación masculina en el Festival de Cannes, siendo nominado a los Óscar seis veces más. Toda una carrera de actor.
Un fuerte abrazo, querida Gisa.
Querida Isabel, te recomiendo el que quizás fue el primer western crepuscular.
ResponderEliminarTras él se sucedieron una tras otra, grandes realizaciones que fueron apagando poco a poco un género que fue durante los años cuarenta y cincuenta, del pasado siglo, una referencia que empezó a perder seguidores en la década de los sesenta, a pesar de pequeños conatos de resurgimiento posteriores.
No es un western clásico, ¡hasta sale un mar bravo en él! ¡Increíble!
Un fuerte abrazo, querida Isabel.