DIÁLOGO CLARIFICADOR
Antonio
Campillo Ruiz
Gustave Caillebotte
El señor Veneranda
se detuvo delante de la puerta del garaje de una casa, miró las ventanas
oscuras y silbó varias veces como llamando a alguien. Un señor se asomó a una
de las ventanas del tercer piso.
–¿No tiene llave? –preguntó el señor, gritando, para hacerse
oír.
–Sí, no tengo llave –gritó el
señor Veneranda.
–¿Y la puerta del garaje está cerrada? –gritó nuevamente el
señor asomado a la ventana.
–Sí, está cerrada –contestó el señor Veneranda.
–Entonces le tiro la llave.
–¿Y para qué? –preguntó el señor Veneranda.
–Para abrir la puerta del garaje –respondió el señor asomado
por la ventana.
–Está bien –gritó el señor Veneranda–. Si quiere que abra la
puerta del garaje tíreme la llave.
–Pero ¿usted no vive aquí? –preguntó el señor asomado a la
ventana, que empezaba a no entender nada.
–¿Yo? No –gritó el señor Veneranda.
–¿Y entonces para qué quiere la llave?
–Si usted quiere que le abra la puerta del garaje necesito
la llave, ¿no es cierto? No puedo abrir esa puerta con mi pipa, ¿no le parece?
–Pero si yo no quiero abrir la puerta del garaje –gritó
el señor asomado a la ventana–. Creía que usted vivía aquí. Lo oí silbar.
–¿Porque todos los que viven aquí silban? –preguntó el
señor Veneranda, gritando siempre.
–Si no tienen llave, sí –respondió el señor asomado a la
ventana.
–Yo no tengo llave –gritó el señor Veneranda.
–¿Puede saberse por qué gritan tanto? No se puede
dormir –ululó un señor asomándose a la ventana del primer piso.
–Gritamos porque el señor está en el tercer piso y yo estoy
en la calle –contestó el señor Veneranda–. Si hablamos en voz baja no nos
entendemos.
–Pero, ¿qué quiere usted? –preguntó el señor asomado a la
ventana del primer piso.
–Pregunte al inquilino del tercer piso qué quiere –dijo el
señor Veneranda–. Todavía no he entendido: primero quiere tirarme la llave
para que abra la puerta del garaje; después no quiere que abra la puerta del
garaje; después dice que si silbo tengo que vivir aquí. En suma, todavía no he
entendido. ¿Usted silba?
–¿Yo? ¡No! ¿Por qué tendría que silbar? –preguntó el señor
asomado a la ventana del primer piso.
–Porque usted vive aquí –dijo el señor Veneranda–. El tipo
del tercer piso dice que todos los que viven en esta casa silban. ¡Bah! De
todos modos eso no me interesa. Si se le antoja, silbe todo lo que quiera.
El señor Veneranda saludó con una inclinación de cabeza y
continuó con su camino, murmurando que esa casa debía ser un asilo de locos.
Carlo Manzoni
No conocía la obra de Manzoni, pero me ha recordado a Tip y Coll, o los diálogos para besugos, del pulgarcito.
ResponderEliminarMe gustó muchisimo! Imaginé todo. Perfecto.
ResponderEliminarUn beso querido amigo!
Diálogo de besugos como dice Marcos, jajaja. Estuvo gracioso, :)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querido amigo.
Jajajajaj!!!! Fantástico! Con este personaje, "el Señor Veneranda", Manzoni aprovecha para poner de manifiesto su capacidad para crear estereotipos humanos tan llenos de humor...Este Veneranda, por ejemplo, es muy, muy gracioso!...Se cuestiona cada cosa, y toma los diálogos tan literalmente, que genera situaciones o conversaciones desopilantes, como en este texto que publicas. Me encanta! Gracias por traerlo, Antonio. Saludos!
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, Antonio y, ya sabes, no dejes de escribir nunca. Me ha encantado tu artículo.
ResponderEliminarMuy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarmucho texto
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