II - EL MIEDO
Antonio Campillo Ruiz
Aquel quien pierde sus riquezas pierde mucho;
aquel quien pierde a un amigo pierde más;
pero el que pierde el valor lo pierde todo.
Miguel de Cervantes Saavedra
John Henry Fuseli
No es fácil deducir
si en otras civilizaciones, en otras etapas de la Historia de la Humanidad, las
personas han sido una presa tan fácil del miedo como en el momento actual. Ante
este miedo no se puede hacer nada, es como un gas paralizante, un letargo, un
acomodaticio estado en el que todo es miedo y nada puede contra él. Si practicamos
sexo, podemos infectarnos de una enfermedad venérea muy grave, tenemos miedo a
los ladrones y a la policía, a las puertas sin cerradura, miedo a la noche sin
pastillas para poder dormir y miedo a la mañana sin pastillas para despertar. El
hambre desayuna miedo y el miedo al silencio aturde las calles: si respiramos absorbemos
contaminación, si fumamos tendremos cáncer, si bebemos tendremos accidentes, el
automovilista tiene miedo de caminar y ni siquiera se encuentra seguro con los
mil inventos protectores de su coche, el peatón de ser atropellado. Tenemos
miedo al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, medo a la soledad y miedo
a la multitud. Si comemos tendremos colesterol, quien no tiene miedo al hambre
tiene miedo a la comida.
John Henry Fuseli
La democracia tiene
miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir. Los civiles tienen miedo
a los militares, los militares a la falta de armas, las armas tienen miedo a la
falta de guerras: si pensamos tendremos angustia, si dudamos locura, si sentimos…
tendremos soledad. Es el tiempo del miedo. Miedo de la mujer a la violencia del
hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo. Tenemos miedo a lo que fue y
miedo a lo que será, miedo de morir, miedo de vivir. Los que trabajan tienen
miedo de perder su empleo y los que no tienen trabajo tienen miedo de no
encontrarlo nunca. Tenemos miedo de todo en todo momento. El miedo
predominante, porque se siente más en la vida cotidiana, es el miedo a perder
el trabajo que es el típico pánico de nuestro tiempo: la inseguridad laboral es
el miedo a no encontrar mañana tu puesto de trabajo en la fábrica o en la
oficina. Este miedo es el generador de los miedos que vivimos en nuestra vida habitual y que nos llevan a pensar continuamente en esos miedos indecentes,
cambiantes en función de las necesidades de las direcciones que establecen los
provocadores de esta nueva plaga.
Una gran cantidad
de derechos, adquiridos a lo largo de más de dos siglos de lucha, están ahora
corriendo grave peligro de muerte. Incluso, quienes han dado lo mejor de su
vida por la sociedad en la que les tocó vivir, se encuentran en un interespacio
en el que solo le dan opción a la espera, la espera de decisiones que puedan afectar
a sus pequeños y últimos ingresos que no son sino una devolución de sus
aportaciones previas, de su sacrificio y tesón. Nadie se arriesga a perder lo que se entiende
por dignidad, proporcionada por un puesto de trabajo, por miedo a no volver a
encontrarlo, a pesar de la indignidad de vivir sin ser, de dejarse pisar por
defender la parcela egoísta que, supuestamente, con el miedo como bandera, cada
día, justifica una sociedad más injusta. Los derechos democráticos van a morir
y lo que está viviendo Europa es una tercermundialización de los contratos colectivos
de trabajo que ya están desapareciendo. El Estatuto del Trabajador desaparece y
el trabajo se convierte en una mercancía como cualquier otra. El hombre se
convierte en una mercancía y allí donde se encuentra el miedo más favorable, el
capital va a buscarlo, organizarlo y alentarlo. En otras palabras, se produce
una deslocalización permanente y el miedo a este proceso provoca en las
personas un miedo generalizado ante la posibilidad de perder su trabajo, lo que siempre consideró como su
medio de subsistencia digno y útil a la sociedad.
Distribución por territorios de las sedes sociales
de las 500 mayores empresas mundiales.
La Unión Europea es
la potencia económica más fuerte que el mundo haya conocido, lo que ya empieza
a ser dudosa afirmación, con cuatrocientos millones de trabajadores y
consumidores de un alto nivel en sus veinticinco países. Bien, hoy existen
diecinueve millones de parados con una probabilidad muy alta de no encontrar
trabajo. Son los excluidos de una sociedad que está atenazada, desde los
directores generales hasta los conserjes, por un miedo irrefrenable, por una
falta de garantías sociales admitidas y sometidas voluntariamente a un
retroceso social en el que se decide quien trabaja y quien no, quien puede ser un
mendigo que solicita seguir en su trabajo con el miedo como único compañero y
quien es un marginado que debe salir urgentemente del sistema. El año pasado
las quinientas sociedades internacionales mayores del mundo controlaron el
cincuenta y dos por ciento del producto mundial bruto. Ellas son las creadoras
del estado de miedo universalizado que sufrimos y, cual Jinete del Apocalipsis
moderno, cabalga como el señor lo hacía en la plaza del pueblo designando quien
debía trabajar y quién no, quien debía vivir para morir o perecer por él. Hay
que acabar empezando por uno mismo: el miedo debe dejar de existir y
sustituirlo por la solidaridad ante la violencia estructural de estos nuevos
guerreros que pretenden, y están consiguiendo, que el hombre se convierta en el
ser más ignorado y maltratado de nuestro planeta.
!Hola,Antonio!
ResponderEliminarMe da miedo sentir ese miedo.El miedo a no ver esperanza en millones de ojos,que cansados miran sin creer que sean verdad los cuentos de hadas.Un post muy sincero y realista.Me ha gustado mucho.Muchos besitos y buen fin de semana,estimado Antonio.
P.D Tengo problemas con los comentarios en mi blog,no salen,estoy arreglándolo.
Es una psicosis del mundo moderno, pero creo que ha sido implantada muy lentamente. Si bien es cierto que hay desastres por todos lados que se mire, el ser humano está siendo manipulado para tener fobias. Las películas, los programas de televisión, los juegos de internet, tratan de muertes, sangre, mutilaciones, guerras, drogas....etc. Ya lo cómico... está OFF.. El ser humano está siendo manipulado, también, para no respetar a la familia, no querer formar un hogar, no tener hijos...para que "todo le dé igual" .La juventud no tiene la alegría de la juventud de antes que nos ilusionábamos con pequeñas tonterias, ellos, ahora, ya probaron todo y no les satisface nada. Han envejecido por dentro antes de tiempo y se me parte el corazón al verlos, porque sin ilusiones están desamparados..
ResponderEliminarLos políticos, que casi todos ellos son marionetas de los superpoderes, utilizan ese miedo, que aunque considero, que en alguna medida fue "implantado", con el correr de los años se ha hecho genético: " la función hace al órgano" por dar un ejemplo cercano a lo que pienso.
Estamos en un círculo vicioso, nos han atiborrado con aparatitos para jugar, para no pensar, para robotizarnos, y al decir de Pino Aprile: "la cultura la heredamos en forma de INSTRUCCIONES DE USO, sin ejercer la inteligencia" . Y, lamentablemente, sin la inteligencia que es además de algo innato: RAZONAMIENTO y LÓGICA... somos víctimas fáciles de todos los pánicos.habidos y por haber.....
Me encantó tu post. Un abrazo, amigo Antonio
Miedo, si, maestro, miedo, nunca habíamos tenido tanto. Como si fuera la carta a los RRMM yo añadiría ... miedo a que los hijos se queden sin trabajo y miedo a que me roben la vida en vida.
ResponderEliminarFeliz noche y, si puede ser, sin miedo.
Después de leerte me he quedado con ganas de llorar, pero llorar a mares.
ResponderEliminarDe cara al exterior se vende la cara de una Europa PODEROSA, harta de democracia, de justicia social, de equilibrio entre unos y otros. Una Europs ficticia y que vive de espaldas a su gente. Que Europa no solo es Alemania o Francia, no. Estos ponen la cara y los demás ponemos el culo.
Pero bueno, si miramos más allá de la UE, ya sabemos que están igual o peor.
Pero yo soñaba, en mis años mozos, en que el resto del mundo nos igualase en muchas cosas buenas que teníamos, pero nada de esto ha sucedido: ellos no nos han alcanzado y a nosotros nos han echo retroceder.
Amigos, hay que pensar que meternos en la UE no nos ha beneficiado.
El sueño era muy bonito pero nos han comprado y ahora nos quieren vender como esclavos.
Querido amigo, vamos a superar el miedo. Cada vez tenemos menos que perder.
Esta entrada es una obra de arte, de las valiosas. Por cómo lo expresas, por cómo lo dices, y sobre todo por su contenido, su mensaje.
Gracias.
Bicos.
Si ya de por sí tenía miedo de todas estas cosas, con tu "crudo" texto estoy por salir corriendo!!!! Ay, ay,ay...Antonio, evidentemente hay muchas cosas sobre las que también, tenemos miedo de hablar! Gran abrazo!
ResponderEliminarSolo decirte que esta entrada me ha parecido genial. Te felicito de todo corazón por este maravilloso post.
ResponderEliminarUn abrazo bien grande.